------------------------
Hace algunas fechas, el crítico mexicano Luis Ruiz Noguez, autor de Marcianitos Verdes , me pidió que comentara un texto (bautizado por él con el irónico título de Contacto del tipo 'lo sé todo') de esos que algunas personas ofendidas con el pensamiento crítico y los incómodos escépticos suelen escribir sin pensar demasiado en lo que están haciendo, y adornado con una buena colección de topicazos. La autora es una tal Marla Peña, y el escrito figura en este enlace.
Ruiz Noguez subió luego mis líneas a la zona de comentarios de la entrada correspondiente, y aquí las reproducimos. Los comentarios de la autora van en cursiva, mientras que los míos aparecen en negrita.
-----------------------
Contacto del tipo «lo se todo»
Marla Peña
En más de una ocasión, he dejado de seguir a la gente en Twitter por cruzar la línea de lo que considero que es una conducta tolerable.
Yo no estoy en Twitter, pero es probable que en alguna ocasión dejase de seguir a alguna persona por cruzar una línea semejante. Este escrito de Marla Peña podría ser un caso.
Hay todo tipo de personas en Twitter. Celebridades (que incluso si a veces respondes a sus «tweets» no te siguen), personas que «piensan» que son famosos (por ejemplo, esa basura de los «reality» de la televisión, la mayoría de las veces, son aún más arrogantes que las verdaderas celebridades famosas), escritores famosos (Paulo Coelho es uno de ellos), científicos (sin comentarios), revistas de interés y el resto de todos nosotros.
Pero, aparte de muchos arrogantes que se autopromocionan por ahí (cuyos «tweets» me parecen tolerables), lo que más me ha sorprendido es que la gente que considero que han cruzado la línea son sólo los científicos.
¿Los científicos en general, todos, o algunos ejemplos concretos?
¿Por qué? Me gustaría saber. En mi opinión, estoy más allá de sorprendida. Tengo que admitir que, durante toda mi vida, he tenido profesores de la universidad, con doctorados, que son insoportablemente arrogantes y engreídos, pero también tuve profesores que eran muy inteligentes y humildes. Además, muchos de mis mejores amigos tienen doctorados así, por esa razón, nunca he tenido ninguna idea preconcebida negativa hacia los triunfadores académicamente avanzados.
Arrogantes, engreídos, inteligentes, humildes... Eso pasa en el gremio de los científicos, en el de los panaderos, en el de los informáticos, en el de los escritores de espiritualidades de tercera división como Paulo Coelho, etc. Pasa en todas las colectividades, en todos los oficios que han inventado los seres humanos. Tales defectos y virtudes no son patrimonio de los científicos.
No quiero generalizar, ya que he encontrado científicos muy agradables y amistosos cuyos «tweets» son muy interesantes. Sin embargo, he leído «tweets» de un grupo de científicos que realmente me han molestado.
Ah, ahora lo veo más claro. Esto, sin duda, es más razonable. Otra cosa es que en usted y en mí no coincidan aquéllos que consideramos agradables y amistosos y los que percibimos como molestos. Es muy probable que sea al contrario.
Algunos científicos piensan que están promoviendo el «pensamiento crítico» y, por tanto, todo lo que está fuera de su burbuja de sistema de creencias es muy criticado por ellos de una forma muy grosera. La gente que he visto que sigue esta práctica son medio famosos y tienen su propio programa de televisión, lo que lo hace (en mi opinión) aún peor.
Bueno, no todos los científicos promueven el pensamiento crítico, que es algo que, por cierto, deberían promover constantemente todos porque es una herramienta indispensable en su trabajo; de hecho, lo es en casi cualquier ámbito de la vida: si usted pierde las llaves del coche no piensa que se las robó un fantasma invisible o algún extraterrestre, sino que pone a su cerebro a trabajar para reconstruir todas las acciones que haya ejecutado desde la última vez que vio las llaves hasta que, quizá, dé con ellas pensando racional y críticamente. La inmensa mayoría de los científicos no son famosos ni tienen programa de televisión. Ojalá hubiera muchos programas de televisión donde científicos, filósofos y artistas promovieran el pensamiento crítico y el sanísimo escepticismo, y no la credulidad, los programas de tarotistas, de adivinadores y del resto de aprovechados de la buena fe de sus semejantes. Estas son las basuras que las ciertas televisiones emiten con frecuencia, todo con una buena pasta de por medio, que esta gente no se alimenta del aire, claro.
De la nada, los llamados «pensadores críticos» comienzan a criticar, de una manera muy grosera, a otras personas que creen en cualquier cosa en la que ellos no creen, como Dios, o empiezan a burlarse de las personas que dicen haber tenido un avistamiento ovni.
Están tan seguros de que Dios no existe... ¡wow! Hey, yo no soy una persona religiosa y, personalmente, sí, creo en la existencia de Dios y en el creador. Pero aquí está la cosa, si usted afirma que Dios no existe, para mí suena como si tuviera las respuestas a todos los misterios del mundo.
¿De la nada? De la nada no. Precisamente por conocer cómo funciona el cerebro humano y buena parte de la realidad, y por cómo se ha comprobado que podemos construir leyes de la naturaleza que parecen describir con gran fidelidad cómo funciona ésta, con mucho tiempo, esfuerzo y repetición, es que los científicos, y cualquier persona bien informada, pueden concluir que hay cosas como las visitas de extraterrestres a la Tierra que son escasamente probables. No estaría mal que se aportaran pruebas de este apasionante hallazgo, pero no sé si usted sabrá que los testimonios humanos y las fotografías borrosas no son «pruebas» que estén a la altura de una afirmación tan «enorme», «tremenda» y alejada de la «cotidianeidad» como las visitas de alienígenas a la Tierra. Si a usted le dicen que en la calle donde vive acaba de aterrizar una nave procedente de un planeta de nuestra galaxia, ¿le basta para dar su consentimiento la palabra de un familiar o de un vecino o necesita verlo con sus propios ojos primero y que, luego, un amplio grupo independiente de científicos de todo el mundo examine la nave y el ADN de los seres y llegue a la conclusión de que tal objeto no tiene su origen en la Tierra? ¿Capta ahora la enorme diferencia que existe entre afirmaciones gratuitas y pruebas científicas? ¿Verdad que no basta la palabra de cualquier persona, sea ésta quien sea, científico, escritor de novelas de misterio o piloto de Fórmula 1? En cambio, si un familiar le dice «Está lloviendo», quizá sea suficiente con su palabra y no le haga falta asomar la cabeza por la ventana para comprobar que es verdad para coger el paraguas antes de salir a la calle...
En cuanto a Dios, muchos científicos creen que no existen pruebas de su existencia, y están en su completo derecho de afirmarlo públicamente. Igual que usted de lo contrario.
Personalmente, creo en la combinación de la evolución y creación.
Ésta es la diferencia: usted necesita creer. Hay muchos científicos, y los biólogos evolucionistas de hoy en día están entre ellos, que no necesitan creer: les basta con los hechos de la evolución para explicar el origen y desarrollo de las especies.
Y realmente odio cuando la gente afirma tener verdades absolutas. ¡No hay verdades absolutas, gente! Yo esperaba que fueran lo suficientemente humildes para reconocerlo, pero lamentablemente no lo son.
Pues precisamente la ciencia no está basada en verdades absolutas, sino en modelos provisionales, unos más fuertes que otros, pero sujetos al cambio y a la falsación. Parece poco probable que la teoría de la gravitación universal pueda ser falsada. Si acaso, será en el futuro integrada en alguna hipotética Teoría del Todo, si llega a lograrse algún día. En cualquier caso, los objetos y los seres vivos seguirán siendo atraídos por gravedad hacia el centro de la Tierra, ¿no cree?, independientemente del odio que a usted le puedan producir los científicos especializados en Física, si es que están englobados en el paquete contra el que dirige tal odio (sentimiento que debería quedar al margen cuando se habla de ciencia, por cierto).
No importa cuántos errores han hecho a lo largo de la historia la ciencia y la religión, no han aprendido nada de ella, porque en cuanto se les pregunta, están listos para sentarse en su absurda posición absoluta y no muestran flexibilidad al admitir que podrían estar equivocados.
De ello hay casos en cualquier actividad humana.
Sé que esto es improbable, una ilusión, pero a veces fantaseo que un buen día el universo comenzará a contraerse, y luego a expandirse de nuevo en un patrón completamente impredecible.
Bueno, ésa es una de las teorías cosmológicas que se barajan sobre la evolución a largo plazo del Universo. No tiene que ver con la fantasía: es una teoría racional cosmológica. Si es cierta o falsa, quizá algún día se pueda probar o descartar, independientemente de lo que a quienquiera que sea le guste más o le guste menos.
Lo mismo se aplica al fenómeno ovni. Me acuerdo de este tipo que se llama el «Bad astronomer» (o algo así) que escribió un artículo hace un rato diciendo que afirmaciones ovni eran falsas. Todo era Venus, un meteoro, ISS, satélites o aviones. Él cree que se trata de la verdad, porque nadie ha recogido ninguna prueba real de los ovnis.
Las afirmaciones sobre ovnis son afirmaciones sobre ovnis. No son «ovnis», ni naves extraterrestres, ni seres de otra galaxia, ni pruebas de nada. Son relatos emitidos por un ser humano sobre un hipotético fenómeno que él no supo identificar y que, aprovechando una palabra muy conocida difundida en nuestra sociedad, calificó como «ovni». Otra cosa es lo que vio en realidad. Y sí, realmente buena parte de los testimonios pueden explicarse por las causas citadas y otras muchas. Eche un vistazo, por ejemplo, a este blog
Me pregunto (y no tengo ningún conocimiento acerca de sus procedimientos), pero hace mucho oí a un científico mencionar que en el pasado, los restos de aviones rusos habían sido recuperados por el gobierno de EE.UU. y viceversa. Me pregunto si, en virtud de las circunstancias de misiones altamente secretas, cualquier civil normal tendría acceso a recoger los restos sólo por el hecho de probar su punto.
No entiendo muy bien qué quiere decir con esto. En muchas partes del mundo, civiles y militares han hallado restos de aviones, de satélites y de otros artefactos de fabricación humana caídos a tierra después de cumplir su cometido. ¿Y?
Lo siento, pero simplemente no creo que todo lo que hay más allá de este planeta pueda no ser más que microbios o gente en una etapa de la revolución preindustrial.
Esto no tiene nada que ver con lo anterior. No es cuestión de creer: es cuestión de probar. Para su tranquilidad, le diré que hay muchos científicos que creen que pueda existir vida no sólo en lugares lejanos del Universo, sino, quizá, en nuestro propio Sistema Solar, en Marte, en Titán, y en otros satélites, pero siempre vida sencilla y microscópica adaptada a las condiciones ambientales. Usted puede seguir creyendo que el Universo es como nos lo presenta «Star Wars», pero no dejará de ser eso, una creencia.
Una vez más, negar la existencia de otra civilización (en mi opinión) equivale a decir que ya sabes todo lo que hay en el universo entero.
Falso. Es que no tenemos pruebas de ello. Y no hay ninguna ley en el Universo que lleve a que obligatoriamente deban existir otras civilizaciones, nos guste o no.
Y diciendo que lo que cada persona ha sido testigo (cuando dicen que han tenido un avistamiento ovni) no es más que Venus, un meteoro, ISS, satélites o aviones está más allá de un insulto. ¿Por qué algunas personas creen que si no tenemos un grado en astrofísica, por lo tanto, todos somos idiotas? ¡Hey, incluso han dicho que los pilotos pueden cometer errores, pero nunca los científicos!
Falso. No se toma por idiota a nadie. Eso lo dice usted. Todo el mundo puede confundirse, puede malinterpretar un estímulo visual en un momento dado, sea barrendero, astronauta o piloto militar. Nuestro cerebro no es infalible, interpretamos constantemente lo que vemos. Nuestra mente, nuestra fisiología cerebral, nuestros recuerdos y nuestras palabras funcionan creativamente. Recreamos la realidad, no la transmitimos con absoluta fiabilidad, como si fuéramos espejos que reflejan la imagen tal y como les llega. Esto es la base de nuestra psicología de la percepción. Está en los libros de divulgación elemental, al alcance de cualquiera, incluso de usted.
Luego otro tipo dijo recientemente que si nosotros idiotas decimos la palabra «ovni», significa que todos nos estamos refiriendo a una nave ET.
Pues me parece que es lo que a la mayoría de las personas les viene a la mente cuando oyen la palabra «ovni». Otra cosa es esa asociación sea completamente falsa, claro.
¡Uf! Estoy cansada de esos idiotas.
A mí me pasa lo mismo, sólo que mis blancos no son los suyos.
Honestamente, no quisiera que el LHC les proporcione las respuestas que buscan. Un bien merecido castigo por su actitud estúpida.
Pues yo espero todo lo contrario, por el bien del conocimiento humano.
3 comentarios:
Las respuestas de Marla resonden a un guión mental previo inamobible. No escucha, no interacciona, simplemente repite consignas. No puedo comprender esta mentalidad. En mi propio círculo de amistades, con el correr de los años están proliferando los que reniegan de la racionalidad aduciendo que hay otras formas de comprender la realidad de forma intuitiva, activando zonas de cerebro hasta ahora inexploradas. Hablan de la energía, el cuerpo sutil, disociaciones de conciencia... Me pregunto por qué esto puede ocurrir entre gente culta e inteligente (conozco un ingeniero de telecomunicaciones que admite como posibilidad que en la cara oculta d ela luna haya una civilización desconocida) que renuncia premeditadamente a pensar de forma autónoma. Todos funcionamos con patrones establecidos que no siempre enjuiciamos, aceptamos teorías científicas que el establishment da por ciertas porque nuestros conocimientos no dan para más, por falta de curiosidad o por mero acomodo. Pero detrás de este comportamiento me parece ver el miedo a reconocer que el ser humano es un accidente en el universo, y no el centro de todas las miradas. Creo que estas teorías aportan lo que la religión aportó en otras épocas: trascendencia. El miedo a desaparecer y no dejar huella es un poderoso argumento para convencer a los que sienten la poderosa necesidad de creer y no de conocer.
La subcultura ocultista siempre ha tenido una presencia mayor o menor en la sociedad, más o menos abundante en número, en número de personas que albergan en sus cabezas tales ideas. Pero parece que en las últimas décadas tales creencias se han ido "normalizando", en el sentido de dejar de estar en los arrabales de lo ideológicamente sancionado como correcto o simplemente funcional.
Éste es un fenómeno complejo y que no puede ser explicado por una causa única. Hay dos que parecen haber servido como motores de esta reactivación de las ideas ocultistas: la resistencia de la religión tradicional a desaparecer por "decreto racional", multiplicándose en muchas ramas, en pequeñas religiones y espiritualidades individualistas, y el desarrollo de un medio técnico hiper-democrático en el que circulan sin restricciones: Internet.
Una tercera podría ser la percepción social de la ciencia como mitologías de la ciencia: salvadora, destructiva, confirmadora de "saberes" antiquísimos, ocultadora de secretos (como la "civilización" en la cara oculta de la Luna), dominadora de las masas, hermético-iluminadora, etc. Todas estas visiones influyen en los factores antes citados.
El pensamiento crítico es ahora más necesario que nunca.
"conozco un ingeniero de telecomunicaciones que admite como posibilidad que en la cara oculta d ela luna haya una civilización desconocida"
mmmmm, yo solia ir por el mundo pensando que un ingeniero era equivalente a una persona racional, pero despues me desengañe dandome cuenta que usan lo que se llama "razon instrumental", que es mas o menos que usan la razon y la ciencia para su trabajo(por ejemplo, construir un circuito electronico) y no es un modo de vida, he llegado a escuchar en plena clase de fisica a un estudiate perfilando personas segun su signo del zodiaco.
Al margen de eso, la discusion que mas arriba se expone es ya un clasico, cuando a nosotros los escepticos no nos ha pasado toparnos con argumentos idiotas de ese tipo, que no llegan siquiera al nivel de argumentos, porque son simples ideas idiotas que repiten una y otra vez.
Publicar un comentario