lunes, noviembre 12, 2012

Mitologización ufológica

Los ovnis son un mito, ya es sabido. No me refiero con ello al trabajo de algunos ufólogos, aquéllos que se sitúan fuera del mercadeo de los enigmas y misterios inventados en un almuerzo pagado por una editorial. Me refiero a éstos, precisamente, a los que llevan décadas versionando el mismo presupuesto raído y desconchado: la visita de alienígenas a bordo de naves hipertecnológicas o hiperdimensionales al planeta, con sus correlatos de apariciones, encuentros cercanos, luces extrañas, cientos de miles de fotos, alertas ovni, subidas de cejas fingidas y, cling clang, los euros caen en la cuenta corriente de la cutre-ufología.

Es de agradecer que la ufología escasee en España, porque lo mejor siempre es lo menos, y en una sociedad cuyo gusto es moldeado por la propaganda, lo peor se promociona más, tiene más predicamento, y casi todo el mundo es feliz creyendo en las mismas gilipolleces que hace cuarenta años: cambios de conciencia, voces interiores, el derecho a soñar y a imaginar cualquier gansada como si fuera la piedra de toque de la realidad, verdades hechas a medida y sólo válidas para quien las segrega y los cuatro alelados que lo contemplan; es decir, una especie de romanticismo chungo, de baratillo, un desorden mental que lleva a dar visos de realidad a cualquier machangada que el para-ufo-periodista de turno se invente, a cualquier superstición que un empresario-paranormal se dedique a promocionar, a pensar que el mundo es como el capricho de cada uno quiere que sea, a confundir anhelos alcanzables y racionales con el mundo de cursilerías de Las nueve revelaciones.

Los ovnis son un mito, digo, no sólo por lo que representan como interpretación numinosa y tecnológica para muchos creyentes de unas presuntas observaciones “inexplicables”, sino, en ocasiones, por su propia dinámica de crecimiento y consolidación en el mundo de los intangibles colectivos. Así lo plantean Joe Nickell y James McGaha en un artículo publicado en la web del CSI:

Los autores dan detalles de algunos famosos casos que ponen en evidencia la labor reconstructiva del periodismo ufológico y cómo, una vez los hechos se olvidaron, fueron rescatados y actualizados, y convertidos en piezas conspiranoicas para el sector más desquiciado de ovnilandia. Entre ellos el caso Roswell, el falso monstruo de Flatwoods, el 12 de septiembre de 1952, el meteoro observado en Kecksburg, Pensilvania, el 2 de diciembre de 1965, y el caso de Ren­dle­sham a finales de diciembre de 1980.

El análisis de estos cuatro casos de platillos volantes revela cómo la labor de explicación y disolución del misterio puede enviar un caso al subsuelo, donde se transforma mediante un proceso de mitologización emergiendo como una cepa virulenta de un virus en forma de gran cuento conspiranoico.

Los autores llaman a este proceso el síndrome Roswell, por ser el caso paradigmático en el que se produjo: olvido del suceso, rescate por los publicicistas del misterios (Moore, Berlitz y otros) y conversión en cuento paranoico de ocultación gubernamental.

Esta mitologización incluye muchos factores, entre los que destacan: exageraciones, fallos en la memoria, añadidos folclóricos y puros fraudes. Las diferentes versiones de cada historia, que los folcloristas llaman variantes, son prueba de la fabricación de una leyenda mediante tradición oral.

Nickell y McGaha señalan que,

Desde un punto de vista folclorista, las historias sobre caídas de platillos volantes y recuperación de cadáveres funcionan como “cuentos creenciales”, esto es, leyendas que tratan de dar verosimilitud a creencias folclóricas.

En la ufología española abundan los casos que han sufrido un proceso similar al presentado por estos autores, al menos en parte. Cuarto milenio y en general la fraudulenta ufología periodística nacional vive en buena medida del rescate y mistificación de los viejos sucesos platillistas de décadas pasadas. Como ha ido documentando Juan Carlos Victorio en su blog (vea en particular las etiquetas “Años 70”, “Venus” y “La Luna”), las cosas no son casi nunca como las contaron periodistas del misterio con el mismo espíritu científico que cualquier bergante de los programas del corazón.

2 comentarios:

Saturnino José dijo...

Y lo mismo se puede aplicar a muchos "casos" no ufológicos, como los visitantes del futuro, los animales misteriosos, la pseudoarqueología,...

CHAGO dijo...

Para ahondar en este tema de la "mitología" OVNI y como estos parecen ser un mito moderno un moderno conjunto de creencias para ayudarnos a los hombres tan fragiles a darle sentido al mundo... Recomiendo buscar y leer el libro de psicoanalista Carl Jung, "Sobre esos extraños objetos que se ven en el cielo, un mito moderno"

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