De nuevo, el falso “ovni de Canarias” (su designación
correcta es 5/3/79, Canarias) vuelve a la prensa, en este caso digital. En
este enlace un redactor de ABC en Las Palmas de Gran Canaria que firma como R. L. P.
publicó el pasado 19 de julio una noticia centrada en un informe de los rusos
de la época –que espero conseguir pronto- en el que aseguran que el fenómeno
salió del mar, pero no aclararon que se tratara de un misil. Esto prueba que
esos rusos soviéticos no estaban bien informados. Lamentablemente, no figura
enlace a ese informe que, según el articulista, aparece firmado por el coronel
P.V.L. y el capitán L.A.P. (me recordó a Francisco Padrón (q.e.p.d.), que jamás
incluía el nombre real de los muchos testigos con los que habló, según contaba
en sus desvaríos de
Diario de Avisos, ya que siempre se trataba de siglas o se
iniciales falsas, me imagino que por miedo a que este que escribe hablara con
ellos y comprobara que…). Veremos qué composición de lugar se hizo esa pareja de
militares por entonces. De entrada, no me da buena espina que se refieran
exclusivamente a Gran Canaria, con sus miles de testigos. ¿Y los miles de
testigos de las otras seis islas? Bien es cierto que basta con los testimonios
de una isla para darse cuenta de la naturaleza artificial del fenómeno, que no
pudo ser otra que lanzamientos de misiles (yanquis, en esta ocasión).
En realidad, dudo que los soviéticos -la inteligencia
soviética, la de verdad, la que cortaba el bacalao- no supieran realmente qué
fue el fenómeno. El propio artículo habla del
espionaje ruso en Tenerife con Sovhispan .
A Canarias llegaban muchos barcos soviéticos en esa década con grandes bolas y
antenas. Y mucho pesquero que no pescaba nada. Ellos mismos, los USA y los
franceses habían sido responsables de fenómenos idénticos antes del 5/3/79 y lo
volverían a ser después.
Dando por correcta la información divulgada de ese informe,
sus dos autores no conocían –o decían no conocer-, por el motivo que fuera, la
auténtica naturaleza del fenómeno divisado. Si aseguraron que salió del mar,
¿qué podía ser?; ¿la nave de otro mundo de J. J. Benítez? Eso no se lo cree ni
un par de soviéticos hartos de vodka. Es decir, no me creo que quien de verdad
tenía que saber estas cosas en las altas esferas de la Armada soviética no
supiera que los USA andaban tirando misiles de prueba en latitudes canarias
pero en alta mar en una década de Guerra Fría. Si hasta el General Jefe de la
Zona Aérea de Canarias sospechaba fuertemente en el mismo año de 1979 y en 1980
que había sido un misil, a pesar de que su subordinado –el juez informador
Pedro Ortega- no se decantó por esta explicación, confundido por la
abundantísima información, docenas de testimonios contradictorios, mamomadas en
la prensa local, etc.
El articulista se refiere al “informe del tres de marzo…”.
En realidad es 5 de marzo. Pero la errata que viene a continuación es más
grave, ya que se indica que:
- A las 17:56 el controlador ACC y el controlador CAMO observan
un eco primario en la pantalla en la radial 47/80 NM de la antena que
se desplaza rápidamente, se avisa al operador de W-8, que también lo está
observando en su pantalla a NM desaparece de la pantalla. En ese momento,
no había ningún tráfico procediendo por ese radial".
Me gustaría saber en qué parte del informe desclasificado
por el Mando Aéreo de Combate en octubre de 1995 aparece tal párrafo, porque
nada más empezar el largo texto de 229 páginas, en el resumen inicial previo al
informe en sí, se asegura que:
- En el documento 0015 [es decir, la página 15 de expediente]
el Escuadrón de Vigilancia Aérea nº 8 declara que, estando totalmente operativo
y con todos los equipos funcionando normalmente, no observaron ninguna traza
anormal y todas fueron identificadas.
Y en la página 191, en el punto 3 de las conclusiones del
juez informador, se dice:
- Que al no haber sido posible tener contacto radar, no
podemos determinar si la fuente que dio origen al citado fenómeno tenía
consistencia sólida. Aunque tampoco se tienen pruebas concluyentes de que aun teniendo consistencia
sólida dicho fenómeno pudiera ser detectado.
¿De dónde saca el redactor de
ABC esa información? No creo
que sea un misterio, tranquilos, cuartomilenarios: debe ser una confusión por
la que tomó datos de otra observación y se los endosó al 5/3/79. Otra errata es
el falso color de la imagen reproducida y el hecho de que aparece invertida.
Correctamente, es así:
Versión correcta de la imagen reproducida por ABC digital.
He recortado su tamaño original para que se asemeje a la que aparece en el
citado medio. Se trata de una de las imágenes captadas por Antonio González
Llopis desde el sur de Gran Canaria
El fenómeno no modificó su rumbo volando horizontalmente un
tiempo, porque los misiles Poseidón no podían pensar por sí mismos en 1979 y
descansar un rato en su esfuerzo de ascensión. Ésa fue una impresión subjetiva
de algunos testigos, igual que otro que se hallaba en Las Cañadas del Teide
aseguró que se movieron las ramas de un pino misteriosamente, y otro desde
playa de las Américas que dijo que los pájaros dejaron de cantar
repentinamente. ¿Rompió aguas alguna señora embarazada justo a las 20:07 horas
del 5 de marzo de 1979 en La Gomera? Seguramente sí. ¿Y? Ese “vuelo
horizontal”, al igual que la “detención” o “aceleraciones” a las que se refirieron
algunos más, hay que achacarlo a la impresión que desde más de 700 kilómetros
de distancia producía un fenómeno gaseoso gigantesco que reflejaba la luz solar
y que era empujado y distorsionado por el viento a diversas alturas, de más 50
kilómetros, como en todos los abundantes sucesos de lanzamientos de misiles
que, en horas crepusculares, han producido fenómenos muy similares (en España,
por ejemplo, el mal llamado “ovni de los Pirineos”, en realidad un misil
balístico MSBS lanzado desde el Centro de Ensayos de La Landas, Francia, el 12
de junio de 1974; o el 21 de marzo de 1989, un S-3 lanzado desde la misma base
y que fue observado desde el noroeste de España y otros países mediterráneos. ¿Recuerdan
el “ovni visto desde Noruega el 9 de diciembre de 2009?: se trató de
un cohete ruso Bulava vertiendo combustible en la atmósfera sobre el mar de Barents.
Ruego al articulista de
ABC en Las Palmas de Gran Canaria
que eche un vistazo a
este ensayo de Manuel Borraz. Los enemigos del sentido común lo han
ignorado durante décadas y ahí está la clave de la interpretación correcta de
este caso y de otros cuatro observados desde Canarias (y, por extensión, de
otros muchos en diversas partes del mundo).
Ah, dejo para otra ocasión
este enlace,
que es de traca.