En el vídeo televisivo con el que Luis Alfonso Gámez acompaña su última entrada en Magonia se cita el caso del presidente norteamericano Jimmy Carter, e incluso aparece brevemente en el reportaje para decir que vio algo en el cielo que cambió de color (un ovni con toda la barba, seguro; en realidad, una observación del planeta Venus el 6 de enero de 1969 en Leary, Georgia). En mi libro Luces en los cielos (Benchomo, Santa Cruz de Tenerife, 2003, pp. 135-6 cito el episodio en el contexto del habitual relajo con el que los medios de comunicación tratan cualquier noticia relacionada con los platillos volantes, con sus imaginarias andanzas y con las pomposas declaraciones de los que siguen manteniendo con las manos vacías que tras esta creencia se oculta la presencia de naves extraterrestres en nuestro planeta. Reproduzco a continuación el fragmento en cuestión, porque, por supuesto, en la noticia televisiva no aparece tal explicación ni por asomo.
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Incluso periódicos de prestigio internacional como el Whasington Post flaquean en su profesionalidad cuando informan de avistamientos de ovnis. Un ejemplo muy significativo es la noticia que en 1977 insertó de la conocida "observación ovni" del ex presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter —una simple confusión con el planeta Venus, como tuvo oportunidad de comprobar Robert Sheaffer (1). Aunque ya habían transcurrido ocho años desde la observación, el Post publicó la noticia a pesar de que Sheaffer les hizo saber que estaba a punto de aclarar los hechos. Días después de aparecer en primera página esta referencia el citado crítico informó al rotativo de la explicación, pero se limitaron a incluirla en páginas interiores y con modesta tipografía. Aunque era la verdad, no era noticia. Este proceder, universalmente extendido en todos los medios de comunicación por muy escrupulosos que sean en otras cuestiones, es irónicamente bautizado por Sheaffer como el síndrome "lo que quiero es sensación, no me molesten con hechos". Este periodismo tiene una sencilla coartada: "la libertad de expresión", aunque muy a menudo se abuse de ella. De la misma forma, los que no nos dedicamos al cultivo y crianza del misterio, debemos hacer uso de la citada libertad, encontrando terrenos propicios para el debate. No se trata de sentirnos unos iluminados —que ya hay demasiados—, sino de imponernos la obligación de transmitir una visión de este fenómeno social más cercana a la realidad. Responsabilidad frente al despotismo de los medios comerciales.
Para los verdaderos interesados y curiosos en el fenómeno de los ovnis recomiendo que sigan el consejo que ofreció Sheaffer en Veredicto OVNI:
“Cuando lea, vea o escuche una historia que menciona a un conocido partidario de los ovnis en sus declaraciones referentes a un ‘hecho’ asombroso, piense que la afirmación del ‘experto’ no ha sido contrastada en absoluto, incluso cuando la fuente es una publicación respetada o una agencia de noticias de mucha fama”.
Y añade:
"Los errores y declaraciones sin fundamento que jamás serían aceptadas al informar de un hecho político o de un descubrimiento científico son un hecho habitual cuando se trata de informar sobre ovnis”.
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(1)Veredicto OVNI. Examen de la evidencia. Robert Sheaffer. Tikal Ediciones, Gerona, 1994, cap. 2 y pp. 210-1.
Odio la fanfarronería, odio la impostura, odio la superstición, odio la mentira y odio toda clase de tipos miserables y embaucadores, que son muchísimos, como sabes. Luciano de Samósata (s. II)
martes, noviembre 20, 2007
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2 comentarios:
Vamos, Ricardo, ya deberías saber que Venus, como Marte y Júpiter, son totalmente y absolutamente invisibles para los seres humanos comunes y corrientes. Es por ello que, rigurosos, los plativolistas no han aceptado _ni un solo caso_ de avistamiento de tales planetas que se pudiera confundir con las naves extraterrestres de las que ellos hablan...
Incluso periódicos de prestigio internacional como el Whasington Post ...
What is ese periódico?
Washington, en mi pueblo.
¿Prestigio?
http://today.reuters.com/news/articlenews.aspx?type=oddlyEnoughNews&storyid=2007-12-21T152535Z_01_N21257574_RTRUKOC_0_US-UFO.xml
Claro que, Reuters miente, y no tiene prestigio, ergo aquí ni hay OVNIS, ni siquiera UFO´s.
¿No, Ritchie Fields?
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