Los criptozoólogos siguen buscando fantasmas.
En este enlace.
Odio la fanfarronería, odio la impostura, odio la superstición, odio la mentira y odio toda clase de tipos miserables y embaucadores, que son muchísimos, como sabes. Luciano de Samósata (s. II)
sábado, febrero 20, 2010
miércoles, febrero 03, 2010
sábado, enero 30, 2010
¡Suicídese homeopáticamente!, y a vivir, que son dos días...
Parte del Círculo Escéptico ha recogido el guante lanzado por los ingleses del Merseyside Skeptics Society y se va a suicidar homeopáticamente en Madrid hoy por la mañana (en este enlace tiene la nota de aviso). Bueno, no hubo ni guante, ni desafío, ni miembros en vinagre; esto me lo he inventado igual que otros se inventan mieditos en casas encantadas, presencias espectrales y ominosas sensaciones en campos santos para que el lector o televidente se lo crea y le quede la impresión de que el fingidor de estos sentimientos es un válido investigador de supersticiones y rumores populares. Ustedes ya saben que todos esos fabricantes de misterios suelen comenzar sus crónicas, artículos y demás secreciones haciendo el ridículo un rato con la creación de esos ambientes góticos de pega, para pasar a continuación a seguir haciendo el ridículo de manera sistemática, una vez entran en faena.

Total que Lola Cárdenas, Julio Plaza y otros se van a tomar unas dosis infinitesimales y sucusionadas de una cosa muy mala para intentar pasar a mejor vida de manera homeopática, de tal forma que sobre la marcha se van a ir de tapas por la capital, que es una de las mejores cosas que se puede hacer por los alrededores de la Puerta del Sol. Allí, en estos momentos, los citados deben estar haciendo el quivalente a hacerse sepukku con una daga de papel cebolla, que es como los japoneses de honor se quitaban de en medio homeopáticamente. Todo muy efectivo; tanto como la capacidad curativa de la homeopatía.
Nos han prometido fotos e impresiones por escrito. Quedamos impacientes.

Total que Lola Cárdenas, Julio Plaza y otros se van a tomar unas dosis infinitesimales y sucusionadas de una cosa muy mala para intentar pasar a mejor vida de manera homeopática, de tal forma que sobre la marcha se van a ir de tapas por la capital, que es una de las mejores cosas que se puede hacer por los alrededores de la Puerta del Sol. Allí, en estos momentos, los citados deben estar haciendo el quivalente a hacerse sepukku con una daga de papel cebolla, que es como los japoneses de honor se quitaban de en medio homeopáticamente. Todo muy efectivo; tanto como la capacidad curativa de la homeopatía.
Nos han prometido fotos e impresiones por escrito. Quedamos impacientes.
miércoles, enero 27, 2010
Homeopatía: carta a la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados
¿El público con poca cultura científica cree en la efectividad de la homeopatía porque nunca estudió y sigue sin tener la menor idea de lo que es el número de Avogadro? No, no es sólo por eso, no es tan secillo. Es pensamiento mágico, y los hilos que lo mueven no desaparecen con datos o información científica.
El Círculo Escéptico ha redactado una carta de protesta para que las últimas decisiones legales al respecto sean reconsideradas. Ésta es la entrada de la carta, que pueden leer íntegran en este enlace.
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El pasado 28 de septiembre, la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados aprobó una proposición no de ley mediante la cual se insta al Gobierno para que adopte las medidas oportunas para que la homeopatía se realice exclusivamente por licenciados en medicina y cirugía. La proposición insta igualmente a que los medicamentos homeopáticos con indicación terapéutica se dispensen en las oficinas de farmacia. Solicitamos que se reconsidere dicha proposición, teniendo en cuenta que la homeopatía no ha demostrado su efectividad.
Además, el pasado 17 de diciembre, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos elaboró un comunicado mediante el cual informaba del acuerdo adoptado por la Asamblea General de la Organización Médica Colegial, en el sentido de reconocer el ejercicio de la homeopatía como acto médico, así como de una serie de consideraciones en las que se basaba la adopción de dicho acuerdo. Desde Círculo Escéptico les enviamos un comunicado explicando por qué el ejercicio de la homeopatía no puede ser considerado un acto médico.
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Al final de la carta pueden adherirse dejando sus datos en el enlace citado.
Y no me resisto a dejar algunos enlaces a entradas que Yamato ha ido subiendo a su blog:
Cómo funcionan los remedios homeopáticos
El remedio homeopático de la semana (I)
10 23: suicidio homeopático
El Círculo Escéptico ha redactado una carta de protesta para que las últimas decisiones legales al respecto sean reconsideradas. Ésta es la entrada de la carta, que pueden leer íntegran en este enlace.
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El pasado 28 de septiembre, la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados aprobó una proposición no de ley mediante la cual se insta al Gobierno para que adopte las medidas oportunas para que la homeopatía se realice exclusivamente por licenciados en medicina y cirugía. La proposición insta igualmente a que los medicamentos homeopáticos con indicación terapéutica se dispensen en las oficinas de farmacia. Solicitamos que se reconsidere dicha proposición, teniendo en cuenta que la homeopatía no ha demostrado su efectividad.
Además, el pasado 17 de diciembre, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos elaboró un comunicado mediante el cual informaba del acuerdo adoptado por la Asamblea General de la Organización Médica Colegial, en el sentido de reconocer el ejercicio de la homeopatía como acto médico, así como de una serie de consideraciones en las que se basaba la adopción de dicho acuerdo. Desde Círculo Escéptico les enviamos un comunicado explicando por qué el ejercicio de la homeopatía no puede ser considerado un acto médico.
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Al final de la carta pueden adherirse dejando sus datos en el enlace citado.
Y no me resisto a dejar algunos enlaces a entradas que Yamato ha ido subiendo a su blog:
Cómo funcionan los remedios homeopáticos
El remedio homeopático de la semana (I)
10 23: suicidio homeopático
sábado, enero 16, 2010
Investigando "misterios"
Una cita de Stoczkowski de su manífico ensayo Para entender los extraterrestres: retrato del investigador de "misterios", en realidad, ocultistas con ordenador.
Todo, en efecto, podía engrosar la teoría de los Antiguos Astronautas. La tradición ocultista era, sin duda, el acervo principal donde estos autores buscaban asuntos, hipótesis y argumentos, pero no se conformaban con esta fuente. También solían escrutar atentamente las obras de divulgación científica en las que algún investigador aventuraba determinados sueños futurológicos; no despreciaban los tratados de teólogos heterodoxos; se interesaban por los relatos míticos de todas las culturas; reunían creencias del foclclore rural y los rumores urbanos; se apasionaban por los sucesos insólitos; entrevistaban a videntes y estrafalarios inventores; citaban las cartas de lectores de enardecida imaginación, y no dudaban en ceder la palabra a enfermos mentales, no porque desconociesen su estado, sino porque consideraban que tras el delirio del demente puede ocultarse un destello de verdad.
PARA ENTENDER A LOS EXTRATERRESTRES.
Wiktor Stoczkowski.
Acento Editorial, Madrid, 2001, p. 250-251.
Todo, en efecto, podía engrosar la teoría de los Antiguos Astronautas. La tradición ocultista era, sin duda, el acervo principal donde estos autores buscaban asuntos, hipótesis y argumentos, pero no se conformaban con esta fuente. También solían escrutar atentamente las obras de divulgación científica en las que algún investigador aventuraba determinados sueños futurológicos; no despreciaban los tratados de teólogos heterodoxos; se interesaban por los relatos míticos de todas las culturas; reunían creencias del foclclore rural y los rumores urbanos; se apasionaban por los sucesos insólitos; entrevistaban a videntes y estrafalarios inventores; citaban las cartas de lectores de enardecida imaginación, y no dudaban en ceder la palabra a enfermos mentales, no porque desconociesen su estado, sino porque consideraban que tras el delirio del demente puede ocultarse un destello de verdad.
PARA ENTENDER A LOS EXTRATERRESTRES.
Wiktor Stoczkowski.
Acento Editorial, Madrid, 2001, p. 250-251.
viernes, enero 15, 2010
martes, diciembre 29, 2009
Indiferencia (y prescindencia) de la criptozoología (XII)
Los criptozoólogos no estuvieron ni se les esperó:
Las especies más impactantes descubiertas en 2009.
Las especies más impactantes descubiertas en 2009.
lunes, diciembre 21, 2009
"Cuarto milenio" en el Museo de Historia de Tenerife
Publicado originalmente en Circular Escéptica, 8.
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Hace apenas un mes y medio, el programa televisivo «Cuarto milenio» dedicó un reportaje a la casa Lercaro de La Laguna (Tenerife), que alberga actualmente el Museo de Historia de Tenerife. En estos tres enlaces tiene el producto final que echaron por la tele, con alevosía y nocturnidad: este, este y este.
Como el autor de este comentario tiene la intención de escribir un artículo sobre este asunto para que la única información que el interesado se tropieza en Internet no sean las majaderías paranormalófilas habituales, me limitaré ahora a revisar con cierto detalle el contenido del citado reportaje. Aplazar la redacción de mi artículo me ha venido bien, finalmente: este material «cuartomilenario» es estupendo para completar el caso, como compendio de todas las afirmaciones paranormales, extrañas y «escalofriantísimas» que se han dicho sobre el palacio encantado lagunero. Gracias, amigos del misterio televisivo.
El reportaje, perpetrado con la ayuda de la cofradía del «más allá» local, lleva por título «Lercaro: el palacio encantado». Encantado porque ellos lo dicen, claro. La cosa viene de que, al parecer, a finales del siglo XVI, una muchachita llamada Catalina, hija del dueño del palacio, se suicidó tirándose por un pozo ya que no quería casarse con el maromo que pretendía su familia por conveniencia; vamos, por dinero. A partir de entonces, Catalina se habría dedicado a dejarse ver en formato fantasma, a hacer ruiditos y a provocar corrientes de aire, que son las cosas que los fantasmas tienen a bien hacer. Eso es todo. Ahí tendría su origen una leyenda de la que no se aportan pruebas de que ésta se originase entonces. En realidad, todo empieza a partir de los años noventa del pasado siglo cuando, con motivo de la restauración del inmueble, los obreros oían ruidos y notaban presencias. Como para creérselo sin rechistar, vaya. Así creció la popularidad de esta historia en las últimas dos décadas, lo que, según los criterios paranormales, equivale a pruebas de la existencia del más allá, que es por donde anda la citada Catalina, de la que ni siquiera existe constancia documental de que existiera realmente, como me comentó en 2007 la actual directora del Museo, Carmen Dolores Chinea. Pero no jodamos con la crítica y el rigor historiográfico una «cuartomileniada», ¿verdad?
A Catalina la habrían enterrado en algún lugar del palacio sin el correspondiente visto bueno de los curas, y entonces comenzaron los ruidos y las cosas raras y presencias espectrales, es decir, a producirse esa mística conexión entre las manifestaciones post-mortem de una hipotética muchacha burguesa del siglo XVI y la voracidad comercial de los ocultistas televisivos de la cadena «Cuatro», que no me negarán que es todo un fenómeno sincronístico jungiano.

Fachada del Museo de Historia de Tenerife (La Laguna). ¿No sienten el "misterio"?
Según el narrador del reportaje, tenemos que creernos que esas presencias y cosas paranormales han continuado a lo largo de los siglos hasta hoy, es decir, que no es un rumor inicial luego olvidado y rescatado en los años noventa del siglo XX por los que se dedican a olisquear en estos asuntos sin el más mínimo interés por despejar dudas, aclarar malentendidos y eliminar enigmas, que es para lo que están ahí, lógicamente, si no eres un vendedor de patrañas sin escrúpulos. Curiosamente, uno de los entrevistados asegura que esa leyenda se había olvidado hasta hace unos veinte años, con la restauración del inmueble.
Después de que la propia directora del Museo de Historia de Tenerife -que es la utilidad que el Cabildo de la isla dio al inmueble-, aportara algunas claves psicosociales del asunto de las visiones y sonidos (en otras palabras: cada uno interpreta los estímulos ambiguos que observa en determinadas condiciones según le da a entender su propio cerebro), nos cuentan el relato de un vigilante de seguridad que vio a una mujer en el patio y el de una encargada de la limpieza que vio, en un espejo frente al que se lavaba las manos, cómo por detrás, fuera del baño en el que se encontraba, pasaba una sombra parecida a un chica vestida de blanco. A ello hay que sumar otros que perciben olores, todo ello porque «existen personas que tienen desarrollada la parte de su cuerpo que percibe estas cosas», según un investigador (a secas, no se indica qué clase de investigador es).
¿Le gustaría al lector que le presentase una ristra de preguntas que deberían hacerse esos «investigadores del misterio» antes de dar por buenas esas subjetivas palabras? Pues no le voy a dar ese gusto ahora: lo dejo para la futura versión extendida de este artículo de la que tendrá conocimiento oportuno. Esa ristra será, seguramente, larga. Mientras, haga usted el ejercicio de ponerse a pensar un poco y formule preguntas críticas. Verá cómo se le ocurren unas cuantas. Imagine que el vendedor de misterios paranormales que tiene delante es, en realidad, un vendedor de coches de segunda mano, y que el coche -el «misterio»- que le quiere vender (y que a usted, en principio, le gusta) le crea muchas dudas.
La directora vuelve a intervenir para aclarar un poco la cosa: los responsables del Museo realizaron una investigación genealógica y no consiguieron hallar a ninguna Catalina que encaje con la de la leyenda. Además, «los fantasmas se cuelan por las rendijas que deja la crítica científica», dice Chinea con algo de ironía. Esto es correcto en cierto sentido, pero el problema es que a la crítica científica no le interesa ocuparse de semejantes cosas porque son asuntos que ya fueros refutados y desechados hace más de un siglo. En cambio, los que por manía o negocio se aprovechan de estos rumores se dedican a menear cada pocos años estas historias.
Pero lo mejor estaba por llegar: un grupo de ocultistas haciendo un paripé para el programa en el que se los ve anotando unas cifras en unas tablas y colocándole una tapa a una especie de caja de zapatos forrada con papel de aluminio. ¿Que para qué estaban haciendo tales preparativos ultra-sofisticados?; pues para qué va a ser: para «llevar a cabo pruebas psicofónicas en el mismo pasillo donde varios testigos se toparon con lo sobrenatural, y, como era de esperar, algo sucedió: una de las grabadoras captó un desconcertante sonido». Y uno de los tipos pregunta si «hay algún ente manifestándose en esta casa». Chanante, totalmente chanante. Un sonido extraño, anómalo, dicen, quedó grabado, «algo sucedió, una de las grabadoras captó un desconcertante sonido, lo que parece una rueca o un telar, que se repite durante toda la grabación». Menos mal que lo están analizando «con nuevo equipamiento, intentando captar lo invisible». Dicho queda para la posteridad. El equipo para la ocasión consistía en «dos cámaras de infrarrojo en circuito cerrado en dos habitaciones y un detector de iones para captar lo que es el cambio de volumen, si hay, en la habitación». ¿Me puede explicar alguien lo del «detector de iones»?; es que soy de letras. También colocaron «una grabadora para intentar coger alguna psicofonía». Es realmente meritorio que intenten captar algo que no se han molestado previamente en demostrar que existe. Pero éste es un detalle menor en «Paranormalandia», no se vaya el lector a imaginar que nuestros paranormalólogos andan preocupándose por detalles «menores».
Después el editor metió unas imágenes de relleno, y a los cuartomilenarios paseándose por los pasillos y escaleras de madera de la casa al mismo tiempo que mostraban a la cámara un aparatito que daba un lectura digital de algo, no se dice el qué, quizá la presión sanguínea del vigilante de seguridad que los acompañaba o el grado de dureza de la cara de alguien en la escala de Mohs. Yo me pregunto si realmente se creen lo que están haciendo o van aguantando las carcajadas para que el televidente credulón no se mosquee. El portavoz de la filial tinerfeña de «Cuarto milenio» dice a continuación que «hay que moverse con mucho cuidado porque hay vitrinas (están en un museo) y se están moviendo en la oscuridad». Coño, ¡pues enciendan las luces, por favor! ¿O es que a Catalina le da vergüenza que le vean las enaguas? Y no hace falta que se pongan en la piel de los guardias de seguridad: pónganse en la suya propia y no le tomen el pelo al televidente, por favor.
Y, por cierto, que me aspen si las imágenes de animales disecados pertenecen al Museo de Historia o, más bien, al pequeño museo, ahora cerrado, del antiguo Instituto de Enseñanza Secundaria Cabrera Pinto, en la misma calle que el Museo que nos ocupa pero más arriba. Esto lo voy a aclarar mediante la correspondiente investigación de campo, con mi chaleco multibolsillos, grabadora y cámara de infrarrojos, para que no se diga.
Lo mejor viene ahora. Se lamentan (digo yo, pero lo dudo) de no haberle encontrado explicación a la grabación del extraño sonido al que ya nos referimos con antelación, que resulta que no pertenece a esta visita, sino a una previa (claridad y precisión, sellos propios de la divulgación paranormalista). Ahora iban a repetir el «experimento», para intentar, bajo las mismas circunstancias (control de variables experimentales y de condiciones de contorno, ¿no?; mucho pedir para un programa de televisión) captar el mismo sonido extraño. Voz del narrador: «Pese al despliegue dispuesto, no se produjo ningún resultado reseñable». ¿Despliegue? ¡Si lo que hizo fue apretar la tecla de «rec» de una grabadora! ¿Eso es el despliegue? Espera, que voy a desplegar el televisor a ver qué basura están poniendo... Bueno, total que no captaron nada, lo que les lleva a pensar que «la grabación de la primera visita no tuviera un origen paranormal». Ah, ya lo entiendo: si lo hubieran captado de nuevo, sí habrían pensado que ambos sonidos tenían un origen paranormal?
Pero, claro, «los testimonios recogidos siguen alimentando la leyenda de la casa Lercaro, donde una presencia anacrónica (sic) deambula como alma en pena sobrecogiendo a los incautos».
No me negarán que tiene miga la frase. Ahora ya las dudas se han disipado, el reportaje llega a su fin e interesa dejar las cosas claras a favor de que esos rumores sin fundamento tienen una base real. Los testimonios no alimentan la leyenda: la alimentan los parapsicólogos de feria con su lamentable enfoque de la realidad, con su creatividad interesada y con su falsa objetividad. En cuanto a lo anacrónico, más que la presencia no probada de un fantasmita, lo es el acercamiento fingidamente neutral a un rumor, la incapacidad para ofrecer un producto digno a los interesados que les aporte las claves psicosociales de estas leyendas y el camuflaje cientifista de una «performance» típica de adolescentes. En cuanto a que todo esto sobrecoja a los incautos, ustedes mismos lo dicen.
Pasamos a continuación a plató, donde el conductor del programa representa su papel de asombrado permanente. Se pone a hablar de la anécdota del sonido de rueca que habrían captado sus imitadores tinerfeños en el minidisc, cosa que a él también le ha ocurrido en otras ocasiones. Pero he aquí que tiene solución para el «misterio»: con el auxilio de un técnico de sonido se nos explica que, si el micrófono está muy cerca y en completo silencio, llega a captar el propio sonido del mecanismo interno del aparato en funcionamiento. Esta explicación, sugiere el de «la nave del misterio», podría haber sido la causa de otras grabaciones similares. El propio técnico ha hecho pruebas y ha obtenido sonidos idénticos, nada «paranormales». ¿Y la cara que se les debió quedar a los amigos del misterio tinerfeño cuando oyeron esto?
Pues yo digo que no, que otra explicación es que Catalina, en el siglo XVI, tenía un minidisc, y que el sonido procede del fantasma de la citada oyendo los «greatest hits» de Tomás Luis de Victoria y Cristóbal de Morales.
Por cierto, me gustaría saber quién concede los permisos y con qué criterios para que unos cazafantasmas se pasen unas horas en un Museo del Cabildo de madrugada para grabar psicofonías. ¿No hay nadie que les diga que se vayan a su casa a dormir o a tomarse unas copas al «cuadrilátero» (zona de copas de La Laguna)? ¿Qué tal si en lugar de divulgar supersticiones se dedican a llevar al televidente leridano, gomero o gaditano los episodios más destacados de la historia de esta isla, que es el objeto del Museo en cuestión?
Venga, muchachos, que ya somos mayorcitos para estar creyendo en cuentos de aparecidos y para estar haciendo el ganso en caserones laguneros, ¿no creen?
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Hace apenas un mes y medio, el programa televisivo «Cuarto milenio» dedicó un reportaje a la casa Lercaro de La Laguna (Tenerife), que alberga actualmente el Museo de Historia de Tenerife. En estos tres enlaces tiene el producto final que echaron por la tele, con alevosía y nocturnidad: este, este y este.
Como el autor de este comentario tiene la intención de escribir un artículo sobre este asunto para que la única información que el interesado se tropieza en Internet no sean las majaderías paranormalófilas habituales, me limitaré ahora a revisar con cierto detalle el contenido del citado reportaje. Aplazar la redacción de mi artículo me ha venido bien, finalmente: este material «cuartomilenario» es estupendo para completar el caso, como compendio de todas las afirmaciones paranormales, extrañas y «escalofriantísimas» que se han dicho sobre el palacio encantado lagunero. Gracias, amigos del misterio televisivo.
El reportaje, perpetrado con la ayuda de la cofradía del «más allá» local, lleva por título «Lercaro: el palacio encantado». Encantado porque ellos lo dicen, claro. La cosa viene de que, al parecer, a finales del siglo XVI, una muchachita llamada Catalina, hija del dueño del palacio, se suicidó tirándose por un pozo ya que no quería casarse con el maromo que pretendía su familia por conveniencia; vamos, por dinero. A partir de entonces, Catalina se habría dedicado a dejarse ver en formato fantasma, a hacer ruiditos y a provocar corrientes de aire, que son las cosas que los fantasmas tienen a bien hacer. Eso es todo. Ahí tendría su origen una leyenda de la que no se aportan pruebas de que ésta se originase entonces. En realidad, todo empieza a partir de los años noventa del pasado siglo cuando, con motivo de la restauración del inmueble, los obreros oían ruidos y notaban presencias. Como para creérselo sin rechistar, vaya. Así creció la popularidad de esta historia en las últimas dos décadas, lo que, según los criterios paranormales, equivale a pruebas de la existencia del más allá, que es por donde anda la citada Catalina, de la que ni siquiera existe constancia documental de que existiera realmente, como me comentó en 2007 la actual directora del Museo, Carmen Dolores Chinea. Pero no jodamos con la crítica y el rigor historiográfico una «cuartomileniada», ¿verdad?
A Catalina la habrían enterrado en algún lugar del palacio sin el correspondiente visto bueno de los curas, y entonces comenzaron los ruidos y las cosas raras y presencias espectrales, es decir, a producirse esa mística conexión entre las manifestaciones post-mortem de una hipotética muchacha burguesa del siglo XVI y la voracidad comercial de los ocultistas televisivos de la cadena «Cuatro», que no me negarán que es todo un fenómeno sincronístico jungiano.
Fachada del Museo de Historia de Tenerife (La Laguna). ¿No sienten el "misterio"?
Según el narrador del reportaje, tenemos que creernos que esas presencias y cosas paranormales han continuado a lo largo de los siglos hasta hoy, es decir, que no es un rumor inicial luego olvidado y rescatado en los años noventa del siglo XX por los que se dedican a olisquear en estos asuntos sin el más mínimo interés por despejar dudas, aclarar malentendidos y eliminar enigmas, que es para lo que están ahí, lógicamente, si no eres un vendedor de patrañas sin escrúpulos. Curiosamente, uno de los entrevistados asegura que esa leyenda se había olvidado hasta hace unos veinte años, con la restauración del inmueble.
Después de que la propia directora del Museo de Historia de Tenerife -que es la utilidad que el Cabildo de la isla dio al inmueble-, aportara algunas claves psicosociales del asunto de las visiones y sonidos (en otras palabras: cada uno interpreta los estímulos ambiguos que observa en determinadas condiciones según le da a entender su propio cerebro), nos cuentan el relato de un vigilante de seguridad que vio a una mujer en el patio y el de una encargada de la limpieza que vio, en un espejo frente al que se lavaba las manos, cómo por detrás, fuera del baño en el que se encontraba, pasaba una sombra parecida a un chica vestida de blanco. A ello hay que sumar otros que perciben olores, todo ello porque «existen personas que tienen desarrollada la parte de su cuerpo que percibe estas cosas», según un investigador (a secas, no se indica qué clase de investigador es).
¿Le gustaría al lector que le presentase una ristra de preguntas que deberían hacerse esos «investigadores del misterio» antes de dar por buenas esas subjetivas palabras? Pues no le voy a dar ese gusto ahora: lo dejo para la futura versión extendida de este artículo de la que tendrá conocimiento oportuno. Esa ristra será, seguramente, larga. Mientras, haga usted el ejercicio de ponerse a pensar un poco y formule preguntas críticas. Verá cómo se le ocurren unas cuantas. Imagine que el vendedor de misterios paranormales que tiene delante es, en realidad, un vendedor de coches de segunda mano, y que el coche -el «misterio»- que le quiere vender (y que a usted, en principio, le gusta) le crea muchas dudas.
La directora vuelve a intervenir para aclarar un poco la cosa: los responsables del Museo realizaron una investigación genealógica y no consiguieron hallar a ninguna Catalina que encaje con la de la leyenda. Además, «los fantasmas se cuelan por las rendijas que deja la crítica científica», dice Chinea con algo de ironía. Esto es correcto en cierto sentido, pero el problema es que a la crítica científica no le interesa ocuparse de semejantes cosas porque son asuntos que ya fueros refutados y desechados hace más de un siglo. En cambio, los que por manía o negocio se aprovechan de estos rumores se dedican a menear cada pocos años estas historias.
Pero lo mejor estaba por llegar: un grupo de ocultistas haciendo un paripé para el programa en el que se los ve anotando unas cifras en unas tablas y colocándole una tapa a una especie de caja de zapatos forrada con papel de aluminio. ¿Que para qué estaban haciendo tales preparativos ultra-sofisticados?; pues para qué va a ser: para «llevar a cabo pruebas psicofónicas en el mismo pasillo donde varios testigos se toparon con lo sobrenatural, y, como era de esperar, algo sucedió: una de las grabadoras captó un desconcertante sonido». Y uno de los tipos pregunta si «hay algún ente manifestándose en esta casa». Chanante, totalmente chanante. Un sonido extraño, anómalo, dicen, quedó grabado, «algo sucedió, una de las grabadoras captó un desconcertante sonido, lo que parece una rueca o un telar, que se repite durante toda la grabación». Menos mal que lo están analizando «con nuevo equipamiento, intentando captar lo invisible». Dicho queda para la posteridad. El equipo para la ocasión consistía en «dos cámaras de infrarrojo en circuito cerrado en dos habitaciones y un detector de iones para captar lo que es el cambio de volumen, si hay, en la habitación». ¿Me puede explicar alguien lo del «detector de iones»?; es que soy de letras. También colocaron «una grabadora para intentar coger alguna psicofonía». Es realmente meritorio que intenten captar algo que no se han molestado previamente en demostrar que existe. Pero éste es un detalle menor en «Paranormalandia», no se vaya el lector a imaginar que nuestros paranormalólogos andan preocupándose por detalles «menores».
Después el editor metió unas imágenes de relleno, y a los cuartomilenarios paseándose por los pasillos y escaleras de madera de la casa al mismo tiempo que mostraban a la cámara un aparatito que daba un lectura digital de algo, no se dice el qué, quizá la presión sanguínea del vigilante de seguridad que los acompañaba o el grado de dureza de la cara de alguien en la escala de Mohs. Yo me pregunto si realmente se creen lo que están haciendo o van aguantando las carcajadas para que el televidente credulón no se mosquee. El portavoz de la filial tinerfeña de «Cuarto milenio» dice a continuación que «hay que moverse con mucho cuidado porque hay vitrinas (están en un museo) y se están moviendo en la oscuridad». Coño, ¡pues enciendan las luces, por favor! ¿O es que a Catalina le da vergüenza que le vean las enaguas? Y no hace falta que se pongan en la piel de los guardias de seguridad: pónganse en la suya propia y no le tomen el pelo al televidente, por favor.
Y, por cierto, que me aspen si las imágenes de animales disecados pertenecen al Museo de Historia o, más bien, al pequeño museo, ahora cerrado, del antiguo Instituto de Enseñanza Secundaria Cabrera Pinto, en la misma calle que el Museo que nos ocupa pero más arriba. Esto lo voy a aclarar mediante la correspondiente investigación de campo, con mi chaleco multibolsillos, grabadora y cámara de infrarrojos, para que no se diga.
Lo mejor viene ahora. Se lamentan (digo yo, pero lo dudo) de no haberle encontrado explicación a la grabación del extraño sonido al que ya nos referimos con antelación, que resulta que no pertenece a esta visita, sino a una previa (claridad y precisión, sellos propios de la divulgación paranormalista). Ahora iban a repetir el «experimento», para intentar, bajo las mismas circunstancias (control de variables experimentales y de condiciones de contorno, ¿no?; mucho pedir para un programa de televisión) captar el mismo sonido extraño. Voz del narrador: «Pese al despliegue dispuesto, no se produjo ningún resultado reseñable». ¿Despliegue? ¡Si lo que hizo fue apretar la tecla de «rec» de una grabadora! ¿Eso es el despliegue? Espera, que voy a desplegar el televisor a ver qué basura están poniendo... Bueno, total que no captaron nada, lo que les lleva a pensar que «la grabación de la primera visita no tuviera un origen paranormal». Ah, ya lo entiendo: si lo hubieran captado de nuevo, sí habrían pensado que ambos sonidos tenían un origen paranormal?
Pero, claro, «los testimonios recogidos siguen alimentando la leyenda de la casa Lercaro, donde una presencia anacrónica (sic) deambula como alma en pena sobrecogiendo a los incautos».
No me negarán que tiene miga la frase. Ahora ya las dudas se han disipado, el reportaje llega a su fin e interesa dejar las cosas claras a favor de que esos rumores sin fundamento tienen una base real. Los testimonios no alimentan la leyenda: la alimentan los parapsicólogos de feria con su lamentable enfoque de la realidad, con su creatividad interesada y con su falsa objetividad. En cuanto a lo anacrónico, más que la presencia no probada de un fantasmita, lo es el acercamiento fingidamente neutral a un rumor, la incapacidad para ofrecer un producto digno a los interesados que les aporte las claves psicosociales de estas leyendas y el camuflaje cientifista de una «performance» típica de adolescentes. En cuanto a que todo esto sobrecoja a los incautos, ustedes mismos lo dicen.
Pasamos a continuación a plató, donde el conductor del programa representa su papel de asombrado permanente. Se pone a hablar de la anécdota del sonido de rueca que habrían captado sus imitadores tinerfeños en el minidisc, cosa que a él también le ha ocurrido en otras ocasiones. Pero he aquí que tiene solución para el «misterio»: con el auxilio de un técnico de sonido se nos explica que, si el micrófono está muy cerca y en completo silencio, llega a captar el propio sonido del mecanismo interno del aparato en funcionamiento. Esta explicación, sugiere el de «la nave del misterio», podría haber sido la causa de otras grabaciones similares. El propio técnico ha hecho pruebas y ha obtenido sonidos idénticos, nada «paranormales». ¿Y la cara que se les debió quedar a los amigos del misterio tinerfeño cuando oyeron esto?
Pues yo digo que no, que otra explicación es que Catalina, en el siglo XVI, tenía un minidisc, y que el sonido procede del fantasma de la citada oyendo los «greatest hits» de Tomás Luis de Victoria y Cristóbal de Morales.
Por cierto, me gustaría saber quién concede los permisos y con qué criterios para que unos cazafantasmas se pasen unas horas en un Museo del Cabildo de madrugada para grabar psicofonías. ¿No hay nadie que les diga que se vayan a su casa a dormir o a tomarse unas copas al «cuadrilátero» (zona de copas de La Laguna)? ¿Qué tal si en lugar de divulgar supersticiones se dedican a llevar al televidente leridano, gomero o gaditano los episodios más destacados de la historia de esta isla, que es el objeto del Museo en cuestión?
Venga, muchachos, que ya somos mayorcitos para estar creyendo en cuentos de aparecidos y para estar haciendo el ganso en caserones laguneros, ¿no creen?
martes, noviembre 24, 2009
Indiferencia (y prescindencia) de la criptozoología (XI)
La criptozoología sigue siendo completamente innecesaria.
En este enlace.
Y en este también. Más, aquí.
En este enlace.
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lunes, noviembre 09, 2009
What the Bleep Do We Know!? (¿¡Qué mierda de peli es ésta!?)
¿Una película con mala ciencia como “The Core”, es tan dañina al espectador como la pseudociencia de “What the Bleep Do We Know!?”, por poner dos ejemplos?
En absoluto. “The Core” es un producto de absoluto entretenimiento, pero no hay pseudociencia en ella. La pseudociencia es la peor enfermedad de la ciencia, un cáncer incurable, todavía hoy, que sólo puede responder ante la más feroz de las quimioterapias y radioterapias, es decir, ante la razón más tenaz. Lo mejor que se puede hacer con una película que trate de difundir las ideas y el pensamiento pseudocientífico es utilizarla para todo lo contrario, es decir, llevarla al aula y destriparla sin piedad. La matas a ella y haces un poco más fuerte a la ciencia.
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En una entrevista de Kanijo a Sergio L. Palacios, autor de La guerra de dos mundos, en este enlace.
En absoluto. “The Core” es un producto de absoluto entretenimiento, pero no hay pseudociencia en ella. La pseudociencia es la peor enfermedad de la ciencia, un cáncer incurable, todavía hoy, que sólo puede responder ante la más feroz de las quimioterapias y radioterapias, es decir, ante la razón más tenaz. Lo mejor que se puede hacer con una película que trate de difundir las ideas y el pensamiento pseudocientífico es utilizarla para todo lo contrario, es decir, llevarla al aula y destriparla sin piedad. La matas a ella y haces un poco más fuerte a la ciencia.
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En una entrevista de Kanijo a Sergio L. Palacios, autor de La guerra de dos mundos, en este enlace.
domingo, noviembre 01, 2009
El ovni que nunca aterrizó
En este enlace.
Y cuando les hablen de ocultaciones, secretos oficiales y platillos ocultos en el trastero de la Casa Blanca, les endilgan este enlace.
Y cuando les hablen de ocultaciones, secretos oficiales y platillos ocultos en el trastero de la Casa Blanca, les endilgan este enlace.
miércoles, octubre 21, 2009
martes, octubre 20, 2009
Los nuevos charlatanes
Publicado originalmente en Circular Escéptica, 7
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Los nuevos charlatanes
Damian Thompson
Colección Ares y Mares, Editorial Crítica; Barcelona, 2009
(229 páginas).
A grandes rasgos, el mundo alternativo, paranormalista y misterioso «que lo digo yo» ha ido perdiendo interés por la casuística clásica y se escora, poco a poco, hacia una mezcla de conspiranoia de grano grueso, pataleo desequilibrado y ensimismamiento agresivo. Esta deriva en la subcultura ocultista es paralela a la de otras manifestaciones sociales. Si buena parte de la juventud considera un ejercicio recomendable empatar noches de botellón y vómitos, no es de extrañar que los interesados en las cosas del «más allá» sean ahora más agrestes, más solipsistas, más cercanos a la paranoia y más lejanos de cualquier indicio de racionalidad. Un ejemplo importante es el de los chicos de la exopolítica, que estuvieron de vacaciones por Barcelona hace algunas semanas. Su revolución de dos días ya está olvidada, y ahora la van a promocionar por Europa, a ver si por ahí siguen picando. Por el contrario, tenemos ejemplos en la propia cultura popular de ofertas pseudocientíficas menos asilvestradas, más cultivadas; entre ellas «El retorno de los brujos» de Pauwels y Bergier. O los «masaallases» televisivos de Jiménez del Oso en España. En ambos casos abundan las falsedades y las interpretaciones absurdas, pero con un cierto estilo o mesura en la exposición del invento, cierta cautela, incluso. En cambio en lo que va de siglo XXI, nos encontramos al respecto con lo que los sociólogos denominan un medio «cúltico»: «una síntesis de profecía apocalíptica, pseudoarqueología, numerología y racismo», como señala Damian Thompson en su libro «Los nuevos charlatanes», al referirse a una obra del siglo XIX, en la que, como ahora, «las ideas extrañas se mezclan y confunden, libres de las restricciones que imponen las reglas convencionales sobre la evidencia».

Los difusores de contraconocimiento -que es el término que emplea Damian Thompson para referirse a los productos de la cultura alternativa- los conspiracionistas, las fantasías histórico-arqueológicas y la pseudo-terapéutica («en cuanto a los proveedores de medicinas y terapias "alternativas" no están interesados en lo que pueden afirmar con veracidad, sino en lo que pueden llegar a afirmar saliendo impunes, que es distinto») siempre han tenido un cierto nivel de actividad, no surgieron de la noche a la mañana hace diez o veinte años. Lo que ocurre es que todo ello ahora se ha convertido en un magma «internético» que gana adeptos. Este medio cúltico -o cultual- se está integrando en la cultura normalizada: la homeopatía y otras pseudo-medicinas alternativas, el creacionismo (tanto el cristiano como el islámico) y las invenciones astroarqueológicas, ayudadas por una prensa ignorante, se sitúan en el mismo nivel que los conocimientos contrastados. Todas estas cosas son ejemplos destacados de contraconocimiento.
«Los nuevos charlatanes» se ocupa de manera clara de toda esta maraña de pseudoconocimientos. Tiene la ventaja de dedicar un capítulo, «El retorno de la pseudohistoria», a poner de manifiesto que una cosa es la historia y otra la patraña de los historiadores del priorato de Sión, los santos griales y las novelas de Dan Brown. El gremio de los historiadores, desgraciadamente, no parece lo suficientemente preocupado por todos estos embrollos e invenciones. Si hubiese aparecido un número adecuado de réplicas o comentarios en la prensa general, por ejemplo, podrían haber aprovechado para divulgar los métodos de investigación historiográficos y arqueológicos, matando dos pájaros de un tiro. En cierta medida, en Canarias contamos con un buen volumen de réplica a las majaderías pseudo-históricas de los ocultistas locales: «I-dentidad canaria. Los antiguos» (Artemisa Ediciones; La Laguna, 2006). También en el caso de las «pirámides» güimareras los arqueólogos de la Universidad de La Laguna alzaron su voz contra la falsificación histórica, pero no fue suficiente para que durante años se escucharan numerosos disparates históricos, virus que se propaga muy fácilmente.
Por cierto, cuando Thompson asegura que «Si uno cree que el Espíritu Santo existe, nadie puede demostrar que se equivoque. Eso no es contraconocimiento», debería haber añadido que esto es cierto mientras no pretenda convertirlo en una pieza de conocimiento comprobable, porque entonces no serán los escépticos quienes deban buscar pruebas en contra, sino quien afirma la existencia de la conocida paloma quien deberá aportarlas a favor. No hay que confundir una cosa con la otra.
Todos aquellos que pretenden reescribir la historia después de darse una vuelta por el lugar de turno disfrazados de Indiana Jones o los que venden agua «curativa» a precio de caro antibiótico deberían echarle un vistazo al libro Thompson. La manipulación de los datos, el empeño absurdo en hechos que no tuvieron lugar o la difusión de conocimientos arquitectónicos entre continentes, de lo que no existe prueba alguna, figuran en esta más que recomendable obra. Todas estas barbaridades son comercializadas por editores más interesados en hacer caja que en llevar una información meritoria y educadora a sus lectores, al contrario que Thompson. El nivel baja progresivamente, los escrúpulos huyen en desbandada y los expertos miran para otro lado: el contraconocimiento se nos cuela bajo el ropaje de la novedad, cuando en realidad nos intenta atraer con especulaciones ya refutadas en el siglo XIX, con la palabrería de maniáticos de la historia alternativa que parecen directamente inspirados en los chiflados de la «Ahnenerbe» nacionalsocialista; como los negacionistas del holocausto, los negacionistas del SIDA, y los conspiracionistas de los atentados del 11-S, que también reciben atención en el libro, con datos contrastados y con documentación reciente que en su mayor parte no llega a nuestro país porque es más divertido el circo estupefaciente de los pseudos-investigadores (aunque se den una pátina crítico-escéptica a la media hora te venden una estupidez ocultista para niños asustadizos) que el acercamiento crítico a la realidad.
Adquiera usted «Los nuevos charlatanes» de Damian Thompson. Le abrirá su mente y no le entontecerá como un Coelho cualquiera.
Otros comentarios sobre el mismo libro en
este enlace;
este;
y este.
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Los nuevos charlatanes
Damian Thompson
Colección Ares y Mares, Editorial Crítica; Barcelona, 2009
(229 páginas).
A grandes rasgos, el mundo alternativo, paranormalista y misterioso «que lo digo yo» ha ido perdiendo interés por la casuística clásica y se escora, poco a poco, hacia una mezcla de conspiranoia de grano grueso, pataleo desequilibrado y ensimismamiento agresivo. Esta deriva en la subcultura ocultista es paralela a la de otras manifestaciones sociales. Si buena parte de la juventud considera un ejercicio recomendable empatar noches de botellón y vómitos, no es de extrañar que los interesados en las cosas del «más allá» sean ahora más agrestes, más solipsistas, más cercanos a la paranoia y más lejanos de cualquier indicio de racionalidad. Un ejemplo importante es el de los chicos de la exopolítica, que estuvieron de vacaciones por Barcelona hace algunas semanas. Su revolución de dos días ya está olvidada, y ahora la van a promocionar por Europa, a ver si por ahí siguen picando. Por el contrario, tenemos ejemplos en la propia cultura popular de ofertas pseudocientíficas menos asilvestradas, más cultivadas; entre ellas «El retorno de los brujos» de Pauwels y Bergier. O los «masaallases» televisivos de Jiménez del Oso en España. En ambos casos abundan las falsedades y las interpretaciones absurdas, pero con un cierto estilo o mesura en la exposición del invento, cierta cautela, incluso. En cambio en lo que va de siglo XXI, nos encontramos al respecto con lo que los sociólogos denominan un medio «cúltico»: «una síntesis de profecía apocalíptica, pseudoarqueología, numerología y racismo», como señala Damian Thompson en su libro «Los nuevos charlatanes», al referirse a una obra del siglo XIX, en la que, como ahora, «las ideas extrañas se mezclan y confunden, libres de las restricciones que imponen las reglas convencionales sobre la evidencia».

Los difusores de contraconocimiento -que es el término que emplea Damian Thompson para referirse a los productos de la cultura alternativa- los conspiracionistas, las fantasías histórico-arqueológicas y la pseudo-terapéutica («en cuanto a los proveedores de medicinas y terapias "alternativas" no están interesados en lo que pueden afirmar con veracidad, sino en lo que pueden llegar a afirmar saliendo impunes, que es distinto») siempre han tenido un cierto nivel de actividad, no surgieron de la noche a la mañana hace diez o veinte años. Lo que ocurre es que todo ello ahora se ha convertido en un magma «internético» que gana adeptos. Este medio cúltico -o cultual- se está integrando en la cultura normalizada: la homeopatía y otras pseudo-medicinas alternativas, el creacionismo (tanto el cristiano como el islámico) y las invenciones astroarqueológicas, ayudadas por una prensa ignorante, se sitúan en el mismo nivel que los conocimientos contrastados. Todas estas cosas son ejemplos destacados de contraconocimiento.
«Los nuevos charlatanes» se ocupa de manera clara de toda esta maraña de pseudoconocimientos. Tiene la ventaja de dedicar un capítulo, «El retorno de la pseudohistoria», a poner de manifiesto que una cosa es la historia y otra la patraña de los historiadores del priorato de Sión, los santos griales y las novelas de Dan Brown. El gremio de los historiadores, desgraciadamente, no parece lo suficientemente preocupado por todos estos embrollos e invenciones. Si hubiese aparecido un número adecuado de réplicas o comentarios en la prensa general, por ejemplo, podrían haber aprovechado para divulgar los métodos de investigación historiográficos y arqueológicos, matando dos pájaros de un tiro. En cierta medida, en Canarias contamos con un buen volumen de réplica a las majaderías pseudo-históricas de los ocultistas locales: «I-dentidad canaria. Los antiguos» (Artemisa Ediciones; La Laguna, 2006). También en el caso de las «pirámides» güimareras los arqueólogos de la Universidad de La Laguna alzaron su voz contra la falsificación histórica, pero no fue suficiente para que durante años se escucharan numerosos disparates históricos, virus que se propaga muy fácilmente.
Por cierto, cuando Thompson asegura que «Si uno cree que el Espíritu Santo existe, nadie puede demostrar que se equivoque. Eso no es contraconocimiento», debería haber añadido que esto es cierto mientras no pretenda convertirlo en una pieza de conocimiento comprobable, porque entonces no serán los escépticos quienes deban buscar pruebas en contra, sino quien afirma la existencia de la conocida paloma quien deberá aportarlas a favor. No hay que confundir una cosa con la otra.
Todos aquellos que pretenden reescribir la historia después de darse una vuelta por el lugar de turno disfrazados de Indiana Jones o los que venden agua «curativa» a precio de caro antibiótico deberían echarle un vistazo al libro Thompson. La manipulación de los datos, el empeño absurdo en hechos que no tuvieron lugar o la difusión de conocimientos arquitectónicos entre continentes, de lo que no existe prueba alguna, figuran en esta más que recomendable obra. Todas estas barbaridades son comercializadas por editores más interesados en hacer caja que en llevar una información meritoria y educadora a sus lectores, al contrario que Thompson. El nivel baja progresivamente, los escrúpulos huyen en desbandada y los expertos miran para otro lado: el contraconocimiento se nos cuela bajo el ropaje de la novedad, cuando en realidad nos intenta atraer con especulaciones ya refutadas en el siglo XIX, con la palabrería de maniáticos de la historia alternativa que parecen directamente inspirados en los chiflados de la «Ahnenerbe» nacionalsocialista; como los negacionistas del holocausto, los negacionistas del SIDA, y los conspiracionistas de los atentados del 11-S, que también reciben atención en el libro, con datos contrastados y con documentación reciente que en su mayor parte no llega a nuestro país porque es más divertido el circo estupefaciente de los pseudos-investigadores (aunque se den una pátina crítico-escéptica a la media hora te venden una estupidez ocultista para niños asustadizos) que el acercamiento crítico a la realidad.
Adquiera usted «Los nuevos charlatanes» de Damian Thompson. Le abrirá su mente y no le entontecerá como un Coelho cualquiera.
Otros comentarios sobre el mismo libro en
este enlace;
este;
y este.
lunes, octubre 05, 2009
El platillo volante de Galicia (¡viva Terra!)
Por fin se ha desvelado el montaje del ovni gallego. Terra ha tenido la estupenda iniciativa de fabricar una farsa en la que, por supuesto, un buen número de feligreses de la iglesia del platillo volante, cayeron. Ahora andan pidiendo incluso la denuncia del portal. Como en el caso de cualquier secta, no toleran que se juegue con sus objetos sagrados.
A mí me parece muy bien que haya montajes de este tipo. Son muy útiles para que el propio ambiente de aficionados ventile sus miserias por sí solo. Pasó algo similar con el proyecto Magonia. En su caso, ni siquiera fue necesaria la fabricación de platillos de pega para comprobar cómo se las gasta el patio platillista. Merece la pena recordar también, como es lógico, el experimento IVAN.
Al parecer, los fervientes admiradores del platillo volante se tragaron los vídeos de Terra. Lo interesante, ahora, es recoger esas opiniones y leerlas todas de un tirón. Se comprueba así de qué está hecha la creencia, un ambiente parecido al de las niñas que gimen y lloriquean al paso de Cristiano Ronaldo. A aquéllas les importa un pimiento que haya partidos en los que Ronaldo juega regular, igual que había muchos a los que era imposible convencer de que las grabaciones eran un fake. Todavía algunos, apuesto, habrá que preferirán seguir creyendo que de verdad los tripulantes del pesquero gallego vieron un extraño objeto sumergirse en el mar mientras un par de cazas sobrevolaban el escenario. O que de verdad hallaron una cápsula de origen desconocido.
Gran parte de la ufología huele a adolescente.
De risa: vean el vídeo. Ahí tienen las pruebas. La investigación de campo y playa, sin chalecos multi-bolsillos ni poses estúpidas señalando el lugar desde el que un fulano vio algo que no supo identificar (miseria de la ufología).
LA PRUEBA DE QUE LOS EXTRATERRESTRES SON GALLEGOS
Felicidades a Terra. Y a Wells. Y a Welles.
A mí me parece muy bien que haya montajes de este tipo. Son muy útiles para que el propio ambiente de aficionados ventile sus miserias por sí solo. Pasó algo similar con el proyecto Magonia. En su caso, ni siquiera fue necesaria la fabricación de platillos de pega para comprobar cómo se las gasta el patio platillista. Merece la pena recordar también, como es lógico, el experimento IVAN.
Al parecer, los fervientes admiradores del platillo volante se tragaron los vídeos de Terra. Lo interesante, ahora, es recoger esas opiniones y leerlas todas de un tirón. Se comprueba así de qué está hecha la creencia, un ambiente parecido al de las niñas que gimen y lloriquean al paso de Cristiano Ronaldo. A aquéllas les importa un pimiento que haya partidos en los que Ronaldo juega regular, igual que había muchos a los que era imposible convencer de que las grabaciones eran un fake. Todavía algunos, apuesto, habrá que preferirán seguir creyendo que de verdad los tripulantes del pesquero gallego vieron un extraño objeto sumergirse en el mar mientras un par de cazas sobrevolaban el escenario. O que de verdad hallaron una cápsula de origen desconocido.
Gran parte de la ufología huele a adolescente.
De risa: vean el vídeo. Ahí tienen las pruebas. La investigación de campo y playa, sin chalecos multi-bolsillos ni poses estúpidas señalando el lugar desde el que un fulano vio algo que no supo identificar (miseria de la ufología).
LA PRUEBA DE QUE LOS EXTRATERRESTRES SON GALLEGOS
Felicidades a Terra. Y a Wells. Y a Welles.
jueves, octubre 01, 2009
Declaración frente a las jornadas de homeopatía de Tenerife
El uso de la homeopatía (superstición de alto standing, retórica de la sanación apoyada en el vacío) aumenta, hasta tal punto que las instituciones educativas y gubernamentales no parecen manifestar escrúpulos a la hora de dar el visto bueno a esta práctica sin sentido, o con el mismo sentido terapéutico que tendría una amistosa conversación: el autoconvencimiento. Sólo que las conversaciones amistosas son gratis, y los falsos remedios homeopáticos suelen ser bastante caros para no ser más que pura y simple agua. El Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife y diversas entidades homeopáticas (más bien alopáticas, porque si fuesen homeopáticas serían invisibles e inútiles) celebrarán el próximo fin de semana un acto en el edificio de la Presidencia del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife con la colaboración del Parmamento de Canarias, el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife y CajaCanarias. Publicidad gratuita para una pseudociencia pseudo-terapéutica. Por ello, el Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (ACDC) redactó la carta de protesta reproducida a continuación.
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El Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (ACDC) ha tenido noticia, a través entre otros, de algunos carteles aparecidos en el tablón de anuncios de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, de la celebración de unas denominadas II Jornadas Científicas de Homeopatía. Dichas Jornadas se celebrarán nada menos que en el edificio de Presidencia del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, los días 2 y 3 de octubre del año en curso. Está organizado por el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife y tres sociedades homeopáticas; una de ámbito local (Asociación Médico-Homeopática de Santa Cruz de Tenerife), otra regional (Sociedad Canaria de Homeopatía) y una nacional (Asamblea Nacional de Homeopatía).
Como miembros de la comunidad universitaria, comprometidos con la divulgación de la Ciencia y la crítica a las pseudociencias deseamos manifestar a la sociedad tinerfeña y a la canaria lo siguiente:
Nos sorprende la inclusión, en el título, de dos palabras contradictorias: "científica" y "homeopatía". La homeopatía, como han puesto de manifiesto numerosos estudios, carece de cualquier base científica al no cumplir con ninguno de los requisitos que debe tener una disciplina para ser considerada como tal. La homeopatía es uno de los mejores ejemplos del efecto placebo ya que no existe ninguna evidencia que demuestre que con unas cantidades infinitesimales de producto (en el mejor de los casos) se puedan obtener los resultados que dice obtener. Supuestos conceptos como el de la "memoria del agua", la "dinamización", la "potenciación" o aquello de que "lo similar cura lo similar" no pueden ser tomados en serio a estas alturas del siglo XXI.
También sorprende y preocupa que algunos licenciados y licenciadas en Medicina y Cirugía hayan olvidado tan fácilmente lo que durante años necesariamente les tuvieron que enseñar en las facultades en las que realizaron sus estudios, ya que la práctica homeopática y la de la medicina científica son incompatibles. Remitimos al interesado al editorial y al artículo de investigación de la revista The Lancet (“The end of homeopathy”. Lancet 2005; 366:690; Shang, A.; Huwiler-Müntener, K.; Nartey, L.; Jüni, P.; Dörig, S.; Sterne, J.A.C.; Pewsner, D. and Egger, M. "Are the clinical effects of homeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homeopathy and allopathy". Lancet 2005; 366:726-731) en los que se evalúa en los términos antes descritos la práctica homeopática.
Sin embargo, no sorprende que en la organización de dicho evento aparezcan como colaboradoras varias empresas expendedoras de productos homeopáticos: es su negocio... Algo menos comprensible es que aparezca también como patrocinador la Obra Social de CajaCanarias. Pero lo que resulta inaceptable es que al lado de estas empresas aparezcan respaldando la reunión instituciones de carácter público y de indudable relevancia en nuestra comunidad autónoma como son el Gobierno de Canarias, el Parlamento de Canarias y el Cabildo Insular de Tenerife y que como organizadora se presente una institución como el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife.
Desde el ACDC de la Universidad de La Laguna denunciamos la implicación de instituciones canarias en el fomento de actividades que carecen de fundamento científico y que pretenden dar credibilidad a unas prácticas supuestamente terapéuticas y repetidamente desacreditadas por la investigación científica; manifestamos nuestro desacuerdo en la utilización para este propósito de recursos públicos, siempre limitados y cuyo destino, por tanto, debe ser cuidadosamente elegido; y lamentamos profundamente que se apoyen estas iniciativas que contribuyen a la desinformación de la población pretendiendo lo imposible: legitimar lo que sólo es una pseudociencia.
Dr. Néstor Torres Darias
Director del Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna
(http://www.divulgacioncientifica.org).
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El Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (ACDC) ha tenido noticia, a través entre otros, de algunos carteles aparecidos en el tablón de anuncios de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, de la celebración de unas denominadas II Jornadas Científicas de Homeopatía. Dichas Jornadas se celebrarán nada menos que en el edificio de Presidencia del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, los días 2 y 3 de octubre del año en curso. Está organizado por el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife y tres sociedades homeopáticas; una de ámbito local (Asociación Médico-Homeopática de Santa Cruz de Tenerife), otra regional (Sociedad Canaria de Homeopatía) y una nacional (Asamblea Nacional de Homeopatía).
Como miembros de la comunidad universitaria, comprometidos con la divulgación de la Ciencia y la crítica a las pseudociencias deseamos manifestar a la sociedad tinerfeña y a la canaria lo siguiente:
Nos sorprende la inclusión, en el título, de dos palabras contradictorias: "científica" y "homeopatía". La homeopatía, como han puesto de manifiesto numerosos estudios, carece de cualquier base científica al no cumplir con ninguno de los requisitos que debe tener una disciplina para ser considerada como tal. La homeopatía es uno de los mejores ejemplos del efecto placebo ya que no existe ninguna evidencia que demuestre que con unas cantidades infinitesimales de producto (en el mejor de los casos) se puedan obtener los resultados que dice obtener. Supuestos conceptos como el de la "memoria del agua", la "dinamización", la "potenciación" o aquello de que "lo similar cura lo similar" no pueden ser tomados en serio a estas alturas del siglo XXI.
También sorprende y preocupa que algunos licenciados y licenciadas en Medicina y Cirugía hayan olvidado tan fácilmente lo que durante años necesariamente les tuvieron que enseñar en las facultades en las que realizaron sus estudios, ya que la práctica homeopática y la de la medicina científica son incompatibles. Remitimos al interesado al editorial y al artículo de investigación de la revista The Lancet (“The end of homeopathy”. Lancet 2005; 366:690; Shang, A.; Huwiler-Müntener, K.; Nartey, L.; Jüni, P.; Dörig, S.; Sterne, J.A.C.; Pewsner, D. and Egger, M. "Are the clinical effects of homeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homeopathy and allopathy". Lancet 2005; 366:726-731) en los que se evalúa en los términos antes descritos la práctica homeopática.
Sin embargo, no sorprende que en la organización de dicho evento aparezcan como colaboradoras varias empresas expendedoras de productos homeopáticos: es su negocio... Algo menos comprensible es que aparezca también como patrocinador la Obra Social de CajaCanarias. Pero lo que resulta inaceptable es que al lado de estas empresas aparezcan respaldando la reunión instituciones de carácter público y de indudable relevancia en nuestra comunidad autónoma como son el Gobierno de Canarias, el Parlamento de Canarias y el Cabildo Insular de Tenerife y que como organizadora se presente una institución como el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife.
Desde el ACDC de la Universidad de La Laguna denunciamos la implicación de instituciones canarias en el fomento de actividades que carecen de fundamento científico y que pretenden dar credibilidad a unas prácticas supuestamente terapéuticas y repetidamente desacreditadas por la investigación científica; manifestamos nuestro desacuerdo en la utilización para este propósito de recursos públicos, siempre limitados y cuyo destino, por tanto, debe ser cuidadosamente elegido; y lamentamos profundamente que se apoyen estas iniciativas que contribuyen a la desinformación de la población pretendiendo lo imposible: legitimar lo que sólo es una pseudociencia.
Dr. Néstor Torres Darias
Director del Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna
(http://www.divulgacioncientifica.org).
martes, septiembre 29, 2009
Jornadas de mi$terios en la Universidad de Sevilla
Como la Universidad (incluso la de Sevilla) es lugar para aclarar y explicar los misterios y enigmas, que es lo normal y su destino lógico, no para vender motos de "misterios" que son remanentes de supersticiones del siglo XIX, el Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (Tenerife) redactó esta carta de protesta, que ya está siendo dirigida a los lugares oportunos.
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La Universidad de Sevilla da espacio al pseudoperiodismo del "misterio"
En la Universidad no hay temas tabú; o no debería haberlos. Sólo desde un elitismo absurdo o una visión economicista de la producción intelectual podría alguien argumentar -sin razón, en último término- sobre la exclusión de antemano de ciertos aspectos de nuestra cultura como objeto de estudio legítimo. Otro escenario es la orientación que los interesados imprimen al tratamiento de los temas en cuestión. Por si no lo han adivinado -seguro que sí- nos estamos refiriendo a lo que en los medios de comunicación se etiqueta con la palabra baúl "misterios".
Un ejemplo importante de lo que acabamos de comentar se nos ha presentado estos días: la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla (US) no ha tenido mejor idea que ofrecer unas jornadas a sus alumnos que llevan por título "I Jornadas de Periodismo de Misterio e Investigación" del 13 al 16 de octubre de 2009. Semejante nombre es un engaño, así que, desde el momento en que la bautizaron, la criatura viene vestida de seda. El engañoso disfraz es juntar en una misma frase "periodismo", "misterio" e "investigación", porque, aunque estos tres aspectos podrían darse sin dificultad, y de hecho se dan con acierto en muchos casos, en el que nos ocupa se convierte en un vergonzoso fraude al estudiante o al simple oyente.
Y esto es así porque la lista de invitados no parece la selección más apropiada para ofrecer a los alumnos una visión rigurosa de esos supuestos misterios (conjunto de especulaciones cuando menos absurdas o restos de creencias superadas siglos atrás): se trata de periodistas especializados en perpetuar esas creencias y falsedades, es decir, en pervertir la auténtica profesión periodística de investigación, que consiste en documentar, explicar y aclarar la realidad, no en convertirla en un producto destinado al consumo de un colectivo de creyentes en el ocultismo más rancio.
Los invitados son Javier Sierra, Jesús Callejo, Nacho Ares, Francisco Contreras y Miguel Blanco. Entre sus logros está el vender la autopsia de un muñeco de látex en Roswell (EE.UU.) como si se hubiese tratado de un alienígena de verdad; el divulgar la existencia de "lugares mágicos" como si tales lugares realmente lo fueran, y no una simple imaginación de quienes los visitan, influidos por sus creencias previas y la labor de otros publicistas previos; proclamar la existencia real de íncubos y súcubos que atormentan a los seres humanos; la divulgación de la cultura egipcia antigua como si hubiese acogido realmente todas las invenciones ocultistas y maravillosas que desde el siglo XIX dudosos personajes se han inventado; la presencia de fantasmas y casas entandadas como si tales relatos y testimonios probasen otra cosa más que la propia creencia instalada en la mente de numerosas personas; y, por último, toda la panoplia de supersticiones y absurdas creencias, desde las visitas de extraterrestres a visiones del diablo pasando por las vidas pasadas, la reencarnación y las profecías del inútil Nostradamus.
¿En estos invitados se gasta el dinero la Universidad de Sevilla? ¿Este bazar de anti-cultura científica es lo que los responsables de la US van a entregar a sus matriculados? ¿Finalizarán los asistentes a las jornadas con una idea más crítica y sensata de la subcultura ocultista? Nos tememos lo contrario: muy probablemente, aumentará su dificultad para distinguir entre conocimiento científico y especulaciones pseudo-periodísticas; pensarán que, por el hecho de acudir a una Universidad, cierto sector del periodismo especializado en refritos de viejos mitos paranormalistas ha sido habilitado para contribuir a la formación del alumnado; o sospecharán que nuestro mundo se halla penetrado de fuerzas ocultas y "misterios" irresolubles, cuando, en realidad, se trata de un timo cultural clásico, en esta ocasión bajo los auspicios de la Universidad sevillana. Las autoridades rectoras de la US deberían ser informados de que el acto que tendrá lugar en sus aulas no es más un caso de venta de productos culturales fraudulentos y no de diseminación de una interpretación crítica y académica de una parcela del imaginario de la cultura contemporánea. Una forma hábil de negocio en el que los alumnos son predispuestos, mediante la retórica y el propio escenario, a dar por plausibles afirmaciones propias de la mala literatura fantástica.
Por todo ello, desde el Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (Tenerife) (ACDC) deseamos hacer un llamamiento a los responsables de extensión universitaria de la Universidad de Sevilla para que tengan en cuenta las circunstancias indicadas en esta carta. No nos parece adecuado para una Universidad, que, por naturaleza, debe fomentar el pensamiento crítico frente a cualquier manipulación interesada de la realidad, el ofrecimiento de unas jornadas en las que el protagonismo será el ocultismo y la tergiversación de la ciencia en aras de la figuración y el prestigio popular como adalides de un sector de pretendidos periodistas que no han aportado jamás una sola prueba científica de sus extravagantes afirmaciones.
ACDC de la Universidad de La Laguna, Tenerife (http://www.divulgacioncientifica.org).
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Más comentarios sobre este acto en:
Magonia
El retorno de los charlatanes
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La Universidad de Sevilla da espacio al pseudoperiodismo del "misterio"
En la Universidad no hay temas tabú; o no debería haberlos. Sólo desde un elitismo absurdo o una visión economicista de la producción intelectual podría alguien argumentar -sin razón, en último término- sobre la exclusión de antemano de ciertos aspectos de nuestra cultura como objeto de estudio legítimo. Otro escenario es la orientación que los interesados imprimen al tratamiento de los temas en cuestión. Por si no lo han adivinado -seguro que sí- nos estamos refiriendo a lo que en los medios de comunicación se etiqueta con la palabra baúl "misterios".
Un ejemplo importante de lo que acabamos de comentar se nos ha presentado estos días: la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla (US) no ha tenido mejor idea que ofrecer unas jornadas a sus alumnos que llevan por título "I Jornadas de Periodismo de Misterio e Investigación" del 13 al 16 de octubre de 2009. Semejante nombre es un engaño, así que, desde el momento en que la bautizaron, la criatura viene vestida de seda. El engañoso disfraz es juntar en una misma frase "periodismo", "misterio" e "investigación", porque, aunque estos tres aspectos podrían darse sin dificultad, y de hecho se dan con acierto en muchos casos, en el que nos ocupa se convierte en un vergonzoso fraude al estudiante o al simple oyente.
Y esto es así porque la lista de invitados no parece la selección más apropiada para ofrecer a los alumnos una visión rigurosa de esos supuestos misterios (conjunto de especulaciones cuando menos absurdas o restos de creencias superadas siglos atrás): se trata de periodistas especializados en perpetuar esas creencias y falsedades, es decir, en pervertir la auténtica profesión periodística de investigación, que consiste en documentar, explicar y aclarar la realidad, no en convertirla en un producto destinado al consumo de un colectivo de creyentes en el ocultismo más rancio.
Los invitados son Javier Sierra, Jesús Callejo, Nacho Ares, Francisco Contreras y Miguel Blanco. Entre sus logros está el vender la autopsia de un muñeco de látex en Roswell (EE.UU.) como si se hubiese tratado de un alienígena de verdad; el divulgar la existencia de "lugares mágicos" como si tales lugares realmente lo fueran, y no una simple imaginación de quienes los visitan, influidos por sus creencias previas y la labor de otros publicistas previos; proclamar la existencia real de íncubos y súcubos que atormentan a los seres humanos; la divulgación de la cultura egipcia antigua como si hubiese acogido realmente todas las invenciones ocultistas y maravillosas que desde el siglo XIX dudosos personajes se han inventado; la presencia de fantasmas y casas entandadas como si tales relatos y testimonios probasen otra cosa más que la propia creencia instalada en la mente de numerosas personas; y, por último, toda la panoplia de supersticiones y absurdas creencias, desde las visitas de extraterrestres a visiones del diablo pasando por las vidas pasadas, la reencarnación y las profecías del inútil Nostradamus.
¿En estos invitados se gasta el dinero la Universidad de Sevilla? ¿Este bazar de anti-cultura científica es lo que los responsables de la US van a entregar a sus matriculados? ¿Finalizarán los asistentes a las jornadas con una idea más crítica y sensata de la subcultura ocultista? Nos tememos lo contrario: muy probablemente, aumentará su dificultad para distinguir entre conocimiento científico y especulaciones pseudo-periodísticas; pensarán que, por el hecho de acudir a una Universidad, cierto sector del periodismo especializado en refritos de viejos mitos paranormalistas ha sido habilitado para contribuir a la formación del alumnado; o sospecharán que nuestro mundo se halla penetrado de fuerzas ocultas y "misterios" irresolubles, cuando, en realidad, se trata de un timo cultural clásico, en esta ocasión bajo los auspicios de la Universidad sevillana. Las autoridades rectoras de la US deberían ser informados de que el acto que tendrá lugar en sus aulas no es más un caso de venta de productos culturales fraudulentos y no de diseminación de una interpretación crítica y académica de una parcela del imaginario de la cultura contemporánea. Una forma hábil de negocio en el que los alumnos son predispuestos, mediante la retórica y el propio escenario, a dar por plausibles afirmaciones propias de la mala literatura fantástica.
Por todo ello, desde el Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (Tenerife) (ACDC) deseamos hacer un llamamiento a los responsables de extensión universitaria de la Universidad de Sevilla para que tengan en cuenta las circunstancias indicadas en esta carta. No nos parece adecuado para una Universidad, que, por naturaleza, debe fomentar el pensamiento crítico frente a cualquier manipulación interesada de la realidad, el ofrecimiento de unas jornadas en las que el protagonismo será el ocultismo y la tergiversación de la ciencia en aras de la figuración y el prestigio popular como adalides de un sector de pretendidos periodistas que no han aportado jamás una sola prueba científica de sus extravagantes afirmaciones.
ACDC de la Universidad de La Laguna, Tenerife (http://www.divulgacioncientifica.org).
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Más comentarios sobre este acto en:
Magonia
El retorno de los charlatanes
lunes, septiembre 28, 2009
viernes, septiembre 25, 2009
Ovnis: la mitología de la era espacial
Taller organizado por el CSI
UFOs: The Space-Age Mythology

Del 9 al 11 de octubre de 2009
6555 East Speedway Blvd.
Tucson, Arizona
Durante más de sesenta años, las diversas interpretaciones sobre las “cosas” que se ven en los cielos ha desembocado en una mitología sobre “alienígenas” y “naves espaciales”. Estos mitos han sido alimentados por la ciencia ficción y los misticismos espiritualistas. Los sucesos anómalos han sido exagerados con anécdotas y teorías conspirativas sobre los “dioses espaciales” que vienen a la Tierra tanto para salvarnos como para destruirnos. ¿Pueden realmente las “luces en los cielos” salvarnos del mundo moderno? Este taller valorará estas y otras cuestiones sobre el papel de la ciencia y el escepticismo al evaluar afirmaciones extraordinarias.
Participantes:
• James McGaha
• David Morrison
• Robert Sheaffer
• Dave Thomas
UFOs: The Space-Age Mythology

Del 9 al 11 de octubre de 2009
6555 East Speedway Blvd.
Tucson, Arizona
Durante más de sesenta años, las diversas interpretaciones sobre las “cosas” que se ven en los cielos ha desembocado en una mitología sobre “alienígenas” y “naves espaciales”. Estos mitos han sido alimentados por la ciencia ficción y los misticismos espiritualistas. Los sucesos anómalos han sido exagerados con anécdotas y teorías conspirativas sobre los “dioses espaciales” que vienen a la Tierra tanto para salvarnos como para destruirnos. ¿Pueden realmente las “luces en los cielos” salvarnos del mundo moderno? Este taller valorará estas y otras cuestiones sobre el papel de la ciencia y el escepticismo al evaluar afirmaciones extraordinarias.
Participantes:
• James McGaha
• David Morrison
• Robert Sheaffer
• Dave Thomas
martes, septiembre 22, 2009
Cuadernos de Ufología 33
La Fundación Anomalía acaba de publicar el número 33 de su Anuario Cuadernos de Ufología. Éste es el índice:
La Fundación Anomalía te necesita (carta del presidente Martí Flò a los interesados reproducida on-line en este enlace, al final del texto).
Luminarias atípicas: "luces Min-Min"
(Mark Moravec)
Incidente "OVNI" sobre el Mar del Norte investigado por la BBC-TV
(David Clarke)
Ministerio de Defensa "Top Secret" - Documentos de Rendlesham
(David Clarke - Andy Roberts)
Mensajes del "Más Allá". De doctores y meteoritos
(Chris Aubeck)

Un habitante del planeta Marte. La obra de Henri de Parville
(Hervelin Vinchon - Jacques Garin)
Un habitante del planeta Marte
(Manuel S. Méndez)
Catálogo de abducciones atribuidas a OVNIs en Francia
(Claude Maugé)
De Fugos a Ufos
(Kentaro Mori - Fernando J.M. Walter)
La batalla de Los Ángeles (1942)
Los OVNIs de Clarke a Kubrick
(David Ferrara)
La Nobel literatura del OVNI
(Jacinto Benavente - Camilo José Cela)
Dossier: Cincuentenario del "Centro de Estudios Interplanetarios"
(Martí Flò)
Adiós a todo aquello - Magonia
(John Rimmer)
La propensión a la fantasía y otras correlaciones psicológicas de la experiencia OVNI
(Kathryn Gow, Janine Lurie, Stuart Coppin et al.)
Astrobiología y la comunicación integral de la ciencia y la tecnología
(José Miguel Alcíbar)
La música del espacio
(Equipo Phi Kappa)
Bibliografía
- Las abducciones ¡vaya timo!
- Enciclopedia de la ignorancia
- Guía turística del Sistema Solar
- Misterios a la luz de la ciencia
- Quirkology - The curious science
- The Philosophy of Science Fiction Film - The Philosophy of the "X Files"
- Wonder of the Worlds
Pedidos en este enlace.
La Fundación Anomalía te necesita (carta del presidente Martí Flò a los interesados reproducida on-line en este enlace, al final del texto).
Luminarias atípicas: "luces Min-Min"
(Mark Moravec)
Incidente "OVNI" sobre el Mar del Norte investigado por la BBC-TV
(David Clarke)
Ministerio de Defensa "Top Secret" - Documentos de Rendlesham
(David Clarke - Andy Roberts)
Mensajes del "Más Allá". De doctores y meteoritos
(Chris Aubeck)

Un habitante del planeta Marte. La obra de Henri de Parville
(Hervelin Vinchon - Jacques Garin)
Un habitante del planeta Marte
(Manuel S. Méndez)
Catálogo de abducciones atribuidas a OVNIs en Francia
(Claude Maugé)
De Fugos a Ufos
(Kentaro Mori - Fernando J.M. Walter)
La batalla de Los Ángeles (1942)
Los OVNIs de Clarke a Kubrick
(David Ferrara)
La Nobel literatura del OVNI
(Jacinto Benavente - Camilo José Cela)
Dossier: Cincuentenario del "Centro de Estudios Interplanetarios"
(Martí Flò)
Adiós a todo aquello - Magonia
(John Rimmer)
La propensión a la fantasía y otras correlaciones psicológicas de la experiencia OVNI
(Kathryn Gow, Janine Lurie, Stuart Coppin et al.)
Astrobiología y la comunicación integral de la ciencia y la tecnología
(José Miguel Alcíbar)
La música del espacio
(Equipo Phi Kappa)
Bibliografía
- Las abducciones ¡vaya timo!
- Enciclopedia de la ignorancia
- Guía turística del Sistema Solar
- Misterios a la luz de la ciencia
- Quirkology - The curious science
- The Philosophy of Science Fiction Film - The Philosophy of the "X Files"
- Wonder of the Worlds
Pedidos en este enlace.
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