jueves, octubre 13, 2011

Indiferencia y prescindencia de la critptozoología (XXVI)

Una vez más, y van... los criptozoólogos no fueron llamados, no hicieron falta y se quedaron intercambiando cromos del bigfoot, el calamar gigante de dos kilómetros y el monstruo del lago Ness.

Y, además, no se pierdan esta noticia. Normalmente lo criptos no hacen el ridículo como lo pueden hacer los paranormalistas al uso o los ufólogos campestres que venden platillos al peso, pero hay excepciones. Eso de que los yeti son telépatas es una de las mamonadas más simpáticas que he oído últimamente. Pero, lo mejor de todo, es que esta gente se pone la soga al cuello ella solita: el personaje dice en sus declaraciones que

"... a los yetis no les gusta ser vistos o fotografiados y viven en lugares remotos, lejos de las personas".

Y poco después asegura que:

"Han encontrado sus huellas, su supuesta cama y varios elementos con los que el yeti marca su territorio".

A los yetis no les gusta ser vistos pero marcan su territorio, y el cripto lo sabe. Hombre, no me jodas. Si es que esta gente da pena...

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