Entrevista en El Laberinto sobre el caso 22/6/76, Canarias:
En este enlace.
Odio la fanfarronería, odio la impostura, odio la superstición, odio la mentira y odio toda clase de tipos miserables y embaucadores, que son muchísimos, como sabes. Luciano de Samósata (s. II)
Entrevista en El Laberinto sobre el caso 22/6/76, Canarias:
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V. J. Ballester Olmos, en su blog Fotocat, se ha hecho eco preliminar de la aparición de la segunda parte de El fenómeno ovni en Canarias desde 1981 a 2015. Incluye el prefacio redactado para esta segunda parte de la obra. Se puede leer al final de este enlace (sección Bibliografía).
Luis Ruiz Noguez se ha hecho eco de la aparición de El fenómeno ovni en Canarias desde 1981 a 2015 (Coliseo Sentosa) en su portal Marcianitos verdes. Incluye el prefacio que redacté para esta segunda parte dela obra.
Pueden leerlo en este enlace.
Ya se encuentra disponible en Amazon la segunda y última parte de El fenómeno ovni en Canarias, gracias al trabajo de edición llevado a cabo por Diego Zúñiga, de la editorial Coliseo Sentosa.
Puede adquirirse en este enlace.
Acaba de publicarse un artículo de mi autoría sobre la leyenda de luz de Mafasca en la revista Bloc de las islas Canarias. Sin sentimientos exaltados, ni arrobamientos ni cuentos exagerados.
Se puede leer y bajar en este enlace de Academia.
Yendo, pues, desta manera, la noche escura, el escudero hambriento y el amo con gana de comer, vieron que por el mesmo camino que iban venían hacia ellos gran multitud de lumbres, que no parecían sino estrellas que se movían. Pasmóse Sancho en viéndolas, y don Quijote nos las tuvo todas consigo; tiró el uno del cabestro a su asno, y el otro de las riendas a su rocino, y estuvieron quedos, mirando atentamente lo que podía ser aquello; y vieron que las lumbres se iban acercando a ellos, y mientras más se llegaban, mayores parecían; a cuya vista Sancho comenzó a temblar como un azogado, y los cabellos de la cabeza se erizaron a don Quijote, el cual, animándose un poco, dijo:
- Ésta, sin duda, Sancho, debe ser grandísima y peligrosísima aventura, donde será necesario que yo muestre todo mi valor y esfuerzo.
I, XIX.