Multitud de canarios contemplaron el espectáculo celeste y la prensa dedicó páginas enteras al suceso los días posteriores. Algunos barcos, como la fragata Atrevida de la Armada española y el carguero Osaka Bay divisaron el fenómeno desde el sur de Fuerteventura y desde unos 400 Km. al sur de La Gomera, respectivamente. El fenómeno fue etiquetado como "ovni" acertadamente en principio. De entre todos los testigos la prensa destacó equivocadamente a un médico de Gáldar (Gran Canaria), Francisco Julio Padrón, que aseguró que había visto dos seres extraterrestres vestidos de rojo dentro de una esfera transparente de 30 metros de diámetro. Algunos falsos investigadores divulgaron la distorsionada versión de esta persona de lo que pudo contemplar, cuando decenas de testimonios sobre el mismo espectáculo luminoso no hicieron mención alguna a "seres" o "naves", más que a una gigantesca esfera luminosa y a unos destellos rojizo en su interior.
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Imagen tomada por un turista desde Maspalomas (Gran Canaria) del fenómeno observado
¿Qué fue lo que observaron realmente los canarios aquella noche?: sencillamente el efecto luminoso en la alta atmósfera del lanzamiento de un misil Poseidon desde un submarino de la Armada norteamericana situado al oeste de las Canarias. Todos los testimonios coinciden en la dirección del fenómeno y en la hora, y también el del médico Dr. Padrón, de tal forma que éste no estaba contemplando otra cosa distinta a la que innumerables habitantes de las islas observaron aquella noche.
La percepción nos juega malas pasadas en ocasiones, como puso en evidencia Manuel Borraz en un ejemplar ensayo analítico de éste y otros casos similares (Los gigantes de Gáldar y los avistamientos canarios, 1992): el Dr. Padrón habría realizado una interpretación aberrante de lo que veía, influido por el probable temor, la enorme sorpresa y sus ideas espiritualistas y religiosas, como queda de manifiesto en sus declaraciones. A partir de entonces, por obra y gracia de los figurones del ocultismo español, se convirtió en el testimonio central del episodio.
El suceso tomó tintes aún más grotescos cuando Diario de Las Palmas comentó en su edición del día 25 que ... anoche se repitió otro extraño fenómeno en la zona noroeste de Gran Canaria. Algunas personas, que no han querido revelar sus nombres, entre ellas un médico, afirman haber visto un objeto extraño, redondo y transparente, de dos pisos de altura y que se posó en las cercanías de Piso Firme, entre Agaete y Gáldar con dos figuras de color rojizo que se movían, despegando con el aparato a los pocos segundos. Evidentemente estas personas habían leído las noticias de los días anteriores y trataban así de dar crédito a la aparición de una finca de cebollas quemada el día 24, que fue relacionada con la observación del día 22. O simplemente se trató de un despiste monumental de la prensa que confundió declaraciones de días posteriores al 22 con un nuevo fenómeno. El propietario de la finca donde supuestamente se habría posado el platillo volante no entendía nada: Yo regué las cebollas ayer mismo (el día 24) y hoy me encuentro con este círculo muy dañado (La Provincia, 26-6-1976). Tal vez algunas de esas figuras eran seres humanos con latas de gasolina y cerillas.
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Lugar en el que en 1976 había una plantación de cebollas "quemadas" por el imaginario ovni de la prensa local
El ensayo de Manuel Borraz era más que suficiente para desterrar de Ovnilandia este caso y otros primos hermanos suyos ocurridos en el mismo lustro, pero ya sabemos que en ese país imaginario la obtusa credulidad y el afán de manipulación predomina sobre cualquier interpretación racional y sensata. La explicación quedó definitivamente asentada cuando obtuvimos datos de lanzamientos de los Poseidones norteamericanos en el Eastern Test Range: las coincidencias llegaban al minuto en algunos casos. Blanco y en botella... El trabajo, publicado en la Revista de Aeronáutica y Astronáutica del Ministerio de Defensa en 2001, es accesible en esta dirección. Y una comparativa fotográfica entre los misiles "canarios" y otros lanzamientos fotografiados desde diversas partes del mundo aquí. Todavía algunos memos se aferran a los testimonios humanos como una zarigüeya recién nacida al pezón de su madre. Un pezón que no da leche en el terreno de las pruebas científicas
La creencia en los platillos volantes, de la que este suceso canario no es más que otro ejemplo engordado artificialmente, se originó en Estados unidos en 1947. Casi sesenta años después no existe ni una sóla prueba de que, no ya en el siglo XX y en los años transcurridos del XXI, sino en toda la historia de nuestro planeta, nos haya visitado ser extraterrestre alguno.