Los criptozoólogos no estuvieron ni se les esperó:
Las especies más impactantes descubiertas en 2009.
Odio la fanfarronería, odio la impostura, odio la superstición, odio la mentira y odio toda clase de tipos miserables y embaucadores, que son muchísimos, como sabes. Luciano de Samósata (s. II)
martes, diciembre 29, 2009
lunes, diciembre 21, 2009
"Cuarto milenio" en el Museo de Historia de Tenerife
Publicado originalmente en Circular Escéptica, 8.
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Hace apenas un mes y medio, el programa televisivo «Cuarto milenio» dedicó un reportaje a la casa Lercaro de La Laguna (Tenerife), que alberga actualmente el Museo de Historia de Tenerife. En estos tres enlaces tiene el producto final que echaron por la tele, con alevosía y nocturnidad: este, este y este.
Como el autor de este comentario tiene la intención de escribir un artículo sobre este asunto para que la única información que el interesado se tropieza en Internet no sean las majaderías paranormalófilas habituales, me limitaré ahora a revisar con cierto detalle el contenido del citado reportaje. Aplazar la redacción de mi artículo me ha venido bien, finalmente: este material «cuartomilenario» es estupendo para completar el caso, como compendio de todas las afirmaciones paranormales, extrañas y «escalofriantísimas» que se han dicho sobre el palacio encantado lagunero. Gracias, amigos del misterio televisivo.
El reportaje, perpetrado con la ayuda de la cofradía del «más allá» local, lleva por título «Lercaro: el palacio encantado». Encantado porque ellos lo dicen, claro. La cosa viene de que, al parecer, a finales del siglo XVI, una muchachita llamada Catalina, hija del dueño del palacio, se suicidó tirándose por un pozo ya que no quería casarse con el maromo que pretendía su familia por conveniencia; vamos, por dinero. A partir de entonces, Catalina se habría dedicado a dejarse ver en formato fantasma, a hacer ruiditos y a provocar corrientes de aire, que son las cosas que los fantasmas tienen a bien hacer. Eso es todo. Ahí tendría su origen una leyenda de la que no se aportan pruebas de que ésta se originase entonces. En realidad, todo empieza a partir de los años noventa del pasado siglo cuando, con motivo de la restauración del inmueble, los obreros oían ruidos y notaban presencias. Como para creérselo sin rechistar, vaya. Así creció la popularidad de esta historia en las últimas dos décadas, lo que, según los criterios paranormales, equivale a pruebas de la existencia del más allá, que es por donde anda la citada Catalina, de la que ni siquiera existe constancia documental de que existiera realmente, como me comentó en 2007 la actual directora del Museo, Carmen Dolores Chinea. Pero no jodamos con la crítica y el rigor historiográfico una «cuartomileniada», ¿verdad?
A Catalina la habrían enterrado en algún lugar del palacio sin el correspondiente visto bueno de los curas, y entonces comenzaron los ruidos y las cosas raras y presencias espectrales, es decir, a producirse esa mística conexión entre las manifestaciones post-mortem de una hipotética muchacha burguesa del siglo XVI y la voracidad comercial de los ocultistas televisivos de la cadena «Cuatro», que no me negarán que es todo un fenómeno sincronístico jungiano.
Fachada del Museo de Historia de Tenerife (La Laguna). ¿No sienten el "misterio"?
Según el narrador del reportaje, tenemos que creernos que esas presencias y cosas paranormales han continuado a lo largo de los siglos hasta hoy, es decir, que no es un rumor inicial luego olvidado y rescatado en los años noventa del siglo XX por los que se dedican a olisquear en estos asuntos sin el más mínimo interés por despejar dudas, aclarar malentendidos y eliminar enigmas, que es para lo que están ahí, lógicamente, si no eres un vendedor de patrañas sin escrúpulos. Curiosamente, uno de los entrevistados asegura que esa leyenda se había olvidado hasta hace unos veinte años, con la restauración del inmueble.
Después de que la propia directora del Museo de Historia de Tenerife -que es la utilidad que el Cabildo de la isla dio al inmueble-, aportara algunas claves psicosociales del asunto de las visiones y sonidos (en otras palabras: cada uno interpreta los estímulos ambiguos que observa en determinadas condiciones según le da a entender su propio cerebro), nos cuentan el relato de un vigilante de seguridad que vio a una mujer en el patio y el de una encargada de la limpieza que vio, en un espejo frente al que se lavaba las manos, cómo por detrás, fuera del baño en el que se encontraba, pasaba una sombra parecida a un chica vestida de blanco. A ello hay que sumar otros que perciben olores, todo ello porque «existen personas que tienen desarrollada la parte de su cuerpo que percibe estas cosas», según un investigador (a secas, no se indica qué clase de investigador es).
¿Le gustaría al lector que le presentase una ristra de preguntas que deberían hacerse esos «investigadores del misterio» antes de dar por buenas esas subjetivas palabras? Pues no le voy a dar ese gusto ahora: lo dejo para la futura versión extendida de este artículo de la que tendrá conocimiento oportuno. Esa ristra será, seguramente, larga. Mientras, haga usted el ejercicio de ponerse a pensar un poco y formule preguntas críticas. Verá cómo se le ocurren unas cuantas. Imagine que el vendedor de misterios paranormales que tiene delante es, en realidad, un vendedor de coches de segunda mano, y que el coche -el «misterio»- que le quiere vender (y que a usted, en principio, le gusta) le crea muchas dudas.
La directora vuelve a intervenir para aclarar un poco la cosa: los responsables del Museo realizaron una investigación genealógica y no consiguieron hallar a ninguna Catalina que encaje con la de la leyenda. Además, «los fantasmas se cuelan por las rendijas que deja la crítica científica», dice Chinea con algo de ironía. Esto es correcto en cierto sentido, pero el problema es que a la crítica científica no le interesa ocuparse de semejantes cosas porque son asuntos que ya fueros refutados y desechados hace más de un siglo. En cambio, los que por manía o negocio se aprovechan de estos rumores se dedican a menear cada pocos años estas historias.
Pero lo mejor estaba por llegar: un grupo de ocultistas haciendo un paripé para el programa en el que se los ve anotando unas cifras en unas tablas y colocándole una tapa a una especie de caja de zapatos forrada con papel de aluminio. ¿Que para qué estaban haciendo tales preparativos ultra-sofisticados?; pues para qué va a ser: para «llevar a cabo pruebas psicofónicas en el mismo pasillo donde varios testigos se toparon con lo sobrenatural, y, como era de esperar, algo sucedió: una de las grabadoras captó un desconcertante sonido». Y uno de los tipos pregunta si «hay algún ente manifestándose en esta casa». Chanante, totalmente chanante. Un sonido extraño, anómalo, dicen, quedó grabado, «algo sucedió, una de las grabadoras captó un desconcertante sonido, lo que parece una rueca o un telar, que se repite durante toda la grabación». Menos mal que lo están analizando «con nuevo equipamiento, intentando captar lo invisible». Dicho queda para la posteridad. El equipo para la ocasión consistía en «dos cámaras de infrarrojo en circuito cerrado en dos habitaciones y un detector de iones para captar lo que es el cambio de volumen, si hay, en la habitación». ¿Me puede explicar alguien lo del «detector de iones»?; es que soy de letras. También colocaron «una grabadora para intentar coger alguna psicofonía». Es realmente meritorio que intenten captar algo que no se han molestado previamente en demostrar que existe. Pero éste es un detalle menor en «Paranormalandia», no se vaya el lector a imaginar que nuestros paranormalólogos andan preocupándose por detalles «menores».
Después el editor metió unas imágenes de relleno, y a los cuartomilenarios paseándose por los pasillos y escaleras de madera de la casa al mismo tiempo que mostraban a la cámara un aparatito que daba un lectura digital de algo, no se dice el qué, quizá la presión sanguínea del vigilante de seguridad que los acompañaba o el grado de dureza de la cara de alguien en la escala de Mohs. Yo me pregunto si realmente se creen lo que están haciendo o van aguantando las carcajadas para que el televidente credulón no se mosquee. El portavoz de la filial tinerfeña de «Cuarto milenio» dice a continuación que «hay que moverse con mucho cuidado porque hay vitrinas (están en un museo) y se están moviendo en la oscuridad». Coño, ¡pues enciendan las luces, por favor! ¿O es que a Catalina le da vergüenza que le vean las enaguas? Y no hace falta que se pongan en la piel de los guardias de seguridad: pónganse en la suya propia y no le tomen el pelo al televidente, por favor.
Y, por cierto, que me aspen si las imágenes de animales disecados pertenecen al Museo de Historia o, más bien, al pequeño museo, ahora cerrado, del antiguo Instituto de Enseñanza Secundaria Cabrera Pinto, en la misma calle que el Museo que nos ocupa pero más arriba. Esto lo voy a aclarar mediante la correspondiente investigación de campo, con mi chaleco multibolsillos, grabadora y cámara de infrarrojos, para que no se diga.
Lo mejor viene ahora. Se lamentan (digo yo, pero lo dudo) de no haberle encontrado explicación a la grabación del extraño sonido al que ya nos referimos con antelación, que resulta que no pertenece a esta visita, sino a una previa (claridad y precisión, sellos propios de la divulgación paranormalista). Ahora iban a repetir el «experimento», para intentar, bajo las mismas circunstancias (control de variables experimentales y de condiciones de contorno, ¿no?; mucho pedir para un programa de televisión) captar el mismo sonido extraño. Voz del narrador: «Pese al despliegue dispuesto, no se produjo ningún resultado reseñable». ¿Despliegue? ¡Si lo que hizo fue apretar la tecla de «rec» de una grabadora! ¿Eso es el despliegue? Espera, que voy a desplegar el televisor a ver qué basura están poniendo... Bueno, total que no captaron nada, lo que les lleva a pensar que «la grabación de la primera visita no tuviera un origen paranormal». Ah, ya lo entiendo: si lo hubieran captado de nuevo, sí habrían pensado que ambos sonidos tenían un origen paranormal?
Pero, claro, «los testimonios recogidos siguen alimentando la leyenda de la casa Lercaro, donde una presencia anacrónica (sic) deambula como alma en pena sobrecogiendo a los incautos».
No me negarán que tiene miga la frase. Ahora ya las dudas se han disipado, el reportaje llega a su fin e interesa dejar las cosas claras a favor de que esos rumores sin fundamento tienen una base real. Los testimonios no alimentan la leyenda: la alimentan los parapsicólogos de feria con su lamentable enfoque de la realidad, con su creatividad interesada y con su falsa objetividad. En cuanto a lo anacrónico, más que la presencia no probada de un fantasmita, lo es el acercamiento fingidamente neutral a un rumor, la incapacidad para ofrecer un producto digno a los interesados que les aporte las claves psicosociales de estas leyendas y el camuflaje cientifista de una «performance» típica de adolescentes. En cuanto a que todo esto sobrecoja a los incautos, ustedes mismos lo dicen.
Pasamos a continuación a plató, donde el conductor del programa representa su papel de asombrado permanente. Se pone a hablar de la anécdota del sonido de rueca que habrían captado sus imitadores tinerfeños en el minidisc, cosa que a él también le ha ocurrido en otras ocasiones. Pero he aquí que tiene solución para el «misterio»: con el auxilio de un técnico de sonido se nos explica que, si el micrófono está muy cerca y en completo silencio, llega a captar el propio sonido del mecanismo interno del aparato en funcionamiento. Esta explicación, sugiere el de «la nave del misterio», podría haber sido la causa de otras grabaciones similares. El propio técnico ha hecho pruebas y ha obtenido sonidos idénticos, nada «paranormales». ¿Y la cara que se les debió quedar a los amigos del misterio tinerfeño cuando oyeron esto?
Pues yo digo que no, que otra explicación es que Catalina, en el siglo XVI, tenía un minidisc, y que el sonido procede del fantasma de la citada oyendo los «greatest hits» de Tomás Luis de Victoria y Cristóbal de Morales.
Por cierto, me gustaría saber quién concede los permisos y con qué criterios para que unos cazafantasmas se pasen unas horas en un Museo del Cabildo de madrugada para grabar psicofonías. ¿No hay nadie que les diga que se vayan a su casa a dormir o a tomarse unas copas al «cuadrilátero» (zona de copas de La Laguna)? ¿Qué tal si en lugar de divulgar supersticiones se dedican a llevar al televidente leridano, gomero o gaditano los episodios más destacados de la historia de esta isla, que es el objeto del Museo en cuestión?
Venga, muchachos, que ya somos mayorcitos para estar creyendo en cuentos de aparecidos y para estar haciendo el ganso en caserones laguneros, ¿no creen?
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Hace apenas un mes y medio, el programa televisivo «Cuarto milenio» dedicó un reportaje a la casa Lercaro de La Laguna (Tenerife), que alberga actualmente el Museo de Historia de Tenerife. En estos tres enlaces tiene el producto final que echaron por la tele, con alevosía y nocturnidad: este, este y este.
Como el autor de este comentario tiene la intención de escribir un artículo sobre este asunto para que la única información que el interesado se tropieza en Internet no sean las majaderías paranormalófilas habituales, me limitaré ahora a revisar con cierto detalle el contenido del citado reportaje. Aplazar la redacción de mi artículo me ha venido bien, finalmente: este material «cuartomilenario» es estupendo para completar el caso, como compendio de todas las afirmaciones paranormales, extrañas y «escalofriantísimas» que se han dicho sobre el palacio encantado lagunero. Gracias, amigos del misterio televisivo.
El reportaje, perpetrado con la ayuda de la cofradía del «más allá» local, lleva por título «Lercaro: el palacio encantado». Encantado porque ellos lo dicen, claro. La cosa viene de que, al parecer, a finales del siglo XVI, una muchachita llamada Catalina, hija del dueño del palacio, se suicidó tirándose por un pozo ya que no quería casarse con el maromo que pretendía su familia por conveniencia; vamos, por dinero. A partir de entonces, Catalina se habría dedicado a dejarse ver en formato fantasma, a hacer ruiditos y a provocar corrientes de aire, que son las cosas que los fantasmas tienen a bien hacer. Eso es todo. Ahí tendría su origen una leyenda de la que no se aportan pruebas de que ésta se originase entonces. En realidad, todo empieza a partir de los años noventa del pasado siglo cuando, con motivo de la restauración del inmueble, los obreros oían ruidos y notaban presencias. Como para creérselo sin rechistar, vaya. Así creció la popularidad de esta historia en las últimas dos décadas, lo que, según los criterios paranormales, equivale a pruebas de la existencia del más allá, que es por donde anda la citada Catalina, de la que ni siquiera existe constancia documental de que existiera realmente, como me comentó en 2007 la actual directora del Museo, Carmen Dolores Chinea. Pero no jodamos con la crítica y el rigor historiográfico una «cuartomileniada», ¿verdad?
A Catalina la habrían enterrado en algún lugar del palacio sin el correspondiente visto bueno de los curas, y entonces comenzaron los ruidos y las cosas raras y presencias espectrales, es decir, a producirse esa mística conexión entre las manifestaciones post-mortem de una hipotética muchacha burguesa del siglo XVI y la voracidad comercial de los ocultistas televisivos de la cadena «Cuatro», que no me negarán que es todo un fenómeno sincronístico jungiano.
Fachada del Museo de Historia de Tenerife (La Laguna). ¿No sienten el "misterio"?
Según el narrador del reportaje, tenemos que creernos que esas presencias y cosas paranormales han continuado a lo largo de los siglos hasta hoy, es decir, que no es un rumor inicial luego olvidado y rescatado en los años noventa del siglo XX por los que se dedican a olisquear en estos asuntos sin el más mínimo interés por despejar dudas, aclarar malentendidos y eliminar enigmas, que es para lo que están ahí, lógicamente, si no eres un vendedor de patrañas sin escrúpulos. Curiosamente, uno de los entrevistados asegura que esa leyenda se había olvidado hasta hace unos veinte años, con la restauración del inmueble.
Después de que la propia directora del Museo de Historia de Tenerife -que es la utilidad que el Cabildo de la isla dio al inmueble-, aportara algunas claves psicosociales del asunto de las visiones y sonidos (en otras palabras: cada uno interpreta los estímulos ambiguos que observa en determinadas condiciones según le da a entender su propio cerebro), nos cuentan el relato de un vigilante de seguridad que vio a una mujer en el patio y el de una encargada de la limpieza que vio, en un espejo frente al que se lavaba las manos, cómo por detrás, fuera del baño en el que se encontraba, pasaba una sombra parecida a un chica vestida de blanco. A ello hay que sumar otros que perciben olores, todo ello porque «existen personas que tienen desarrollada la parte de su cuerpo que percibe estas cosas», según un investigador (a secas, no se indica qué clase de investigador es).
¿Le gustaría al lector que le presentase una ristra de preguntas que deberían hacerse esos «investigadores del misterio» antes de dar por buenas esas subjetivas palabras? Pues no le voy a dar ese gusto ahora: lo dejo para la futura versión extendida de este artículo de la que tendrá conocimiento oportuno. Esa ristra será, seguramente, larga. Mientras, haga usted el ejercicio de ponerse a pensar un poco y formule preguntas críticas. Verá cómo se le ocurren unas cuantas. Imagine que el vendedor de misterios paranormales que tiene delante es, en realidad, un vendedor de coches de segunda mano, y que el coche -el «misterio»- que le quiere vender (y que a usted, en principio, le gusta) le crea muchas dudas.
La directora vuelve a intervenir para aclarar un poco la cosa: los responsables del Museo realizaron una investigación genealógica y no consiguieron hallar a ninguna Catalina que encaje con la de la leyenda. Además, «los fantasmas se cuelan por las rendijas que deja la crítica científica», dice Chinea con algo de ironía. Esto es correcto en cierto sentido, pero el problema es que a la crítica científica no le interesa ocuparse de semejantes cosas porque son asuntos que ya fueros refutados y desechados hace más de un siglo. En cambio, los que por manía o negocio se aprovechan de estos rumores se dedican a menear cada pocos años estas historias.
Pero lo mejor estaba por llegar: un grupo de ocultistas haciendo un paripé para el programa en el que se los ve anotando unas cifras en unas tablas y colocándole una tapa a una especie de caja de zapatos forrada con papel de aluminio. ¿Que para qué estaban haciendo tales preparativos ultra-sofisticados?; pues para qué va a ser: para «llevar a cabo pruebas psicofónicas en el mismo pasillo donde varios testigos se toparon con lo sobrenatural, y, como era de esperar, algo sucedió: una de las grabadoras captó un desconcertante sonido». Y uno de los tipos pregunta si «hay algún ente manifestándose en esta casa». Chanante, totalmente chanante. Un sonido extraño, anómalo, dicen, quedó grabado, «algo sucedió, una de las grabadoras captó un desconcertante sonido, lo que parece una rueca o un telar, que se repite durante toda la grabación». Menos mal que lo están analizando «con nuevo equipamiento, intentando captar lo invisible». Dicho queda para la posteridad. El equipo para la ocasión consistía en «dos cámaras de infrarrojo en circuito cerrado en dos habitaciones y un detector de iones para captar lo que es el cambio de volumen, si hay, en la habitación». ¿Me puede explicar alguien lo del «detector de iones»?; es que soy de letras. También colocaron «una grabadora para intentar coger alguna psicofonía». Es realmente meritorio que intenten captar algo que no se han molestado previamente en demostrar que existe. Pero éste es un detalle menor en «Paranormalandia», no se vaya el lector a imaginar que nuestros paranormalólogos andan preocupándose por detalles «menores».
Después el editor metió unas imágenes de relleno, y a los cuartomilenarios paseándose por los pasillos y escaleras de madera de la casa al mismo tiempo que mostraban a la cámara un aparatito que daba un lectura digital de algo, no se dice el qué, quizá la presión sanguínea del vigilante de seguridad que los acompañaba o el grado de dureza de la cara de alguien en la escala de Mohs. Yo me pregunto si realmente se creen lo que están haciendo o van aguantando las carcajadas para que el televidente credulón no se mosquee. El portavoz de la filial tinerfeña de «Cuarto milenio» dice a continuación que «hay que moverse con mucho cuidado porque hay vitrinas (están en un museo) y se están moviendo en la oscuridad». Coño, ¡pues enciendan las luces, por favor! ¿O es que a Catalina le da vergüenza que le vean las enaguas? Y no hace falta que se pongan en la piel de los guardias de seguridad: pónganse en la suya propia y no le tomen el pelo al televidente, por favor.
Y, por cierto, que me aspen si las imágenes de animales disecados pertenecen al Museo de Historia o, más bien, al pequeño museo, ahora cerrado, del antiguo Instituto de Enseñanza Secundaria Cabrera Pinto, en la misma calle que el Museo que nos ocupa pero más arriba. Esto lo voy a aclarar mediante la correspondiente investigación de campo, con mi chaleco multibolsillos, grabadora y cámara de infrarrojos, para que no se diga.
Lo mejor viene ahora. Se lamentan (digo yo, pero lo dudo) de no haberle encontrado explicación a la grabación del extraño sonido al que ya nos referimos con antelación, que resulta que no pertenece a esta visita, sino a una previa (claridad y precisión, sellos propios de la divulgación paranormalista). Ahora iban a repetir el «experimento», para intentar, bajo las mismas circunstancias (control de variables experimentales y de condiciones de contorno, ¿no?; mucho pedir para un programa de televisión) captar el mismo sonido extraño. Voz del narrador: «Pese al despliegue dispuesto, no se produjo ningún resultado reseñable». ¿Despliegue? ¡Si lo que hizo fue apretar la tecla de «rec» de una grabadora! ¿Eso es el despliegue? Espera, que voy a desplegar el televisor a ver qué basura están poniendo... Bueno, total que no captaron nada, lo que les lleva a pensar que «la grabación de la primera visita no tuviera un origen paranormal». Ah, ya lo entiendo: si lo hubieran captado de nuevo, sí habrían pensado que ambos sonidos tenían un origen paranormal?
Pero, claro, «los testimonios recogidos siguen alimentando la leyenda de la casa Lercaro, donde una presencia anacrónica (sic) deambula como alma en pena sobrecogiendo a los incautos».
No me negarán que tiene miga la frase. Ahora ya las dudas se han disipado, el reportaje llega a su fin e interesa dejar las cosas claras a favor de que esos rumores sin fundamento tienen una base real. Los testimonios no alimentan la leyenda: la alimentan los parapsicólogos de feria con su lamentable enfoque de la realidad, con su creatividad interesada y con su falsa objetividad. En cuanto a lo anacrónico, más que la presencia no probada de un fantasmita, lo es el acercamiento fingidamente neutral a un rumor, la incapacidad para ofrecer un producto digno a los interesados que les aporte las claves psicosociales de estas leyendas y el camuflaje cientifista de una «performance» típica de adolescentes. En cuanto a que todo esto sobrecoja a los incautos, ustedes mismos lo dicen.
Pasamos a continuación a plató, donde el conductor del programa representa su papel de asombrado permanente. Se pone a hablar de la anécdota del sonido de rueca que habrían captado sus imitadores tinerfeños en el minidisc, cosa que a él también le ha ocurrido en otras ocasiones. Pero he aquí que tiene solución para el «misterio»: con el auxilio de un técnico de sonido se nos explica que, si el micrófono está muy cerca y en completo silencio, llega a captar el propio sonido del mecanismo interno del aparato en funcionamiento. Esta explicación, sugiere el de «la nave del misterio», podría haber sido la causa de otras grabaciones similares. El propio técnico ha hecho pruebas y ha obtenido sonidos idénticos, nada «paranormales». ¿Y la cara que se les debió quedar a los amigos del misterio tinerfeño cuando oyeron esto?
Pues yo digo que no, que otra explicación es que Catalina, en el siglo XVI, tenía un minidisc, y que el sonido procede del fantasma de la citada oyendo los «greatest hits» de Tomás Luis de Victoria y Cristóbal de Morales.
Por cierto, me gustaría saber quién concede los permisos y con qué criterios para que unos cazafantasmas se pasen unas horas en un Museo del Cabildo de madrugada para grabar psicofonías. ¿No hay nadie que les diga que se vayan a su casa a dormir o a tomarse unas copas al «cuadrilátero» (zona de copas de La Laguna)? ¿Qué tal si en lugar de divulgar supersticiones se dedican a llevar al televidente leridano, gomero o gaditano los episodios más destacados de la historia de esta isla, que es el objeto del Museo en cuestión?
Venga, muchachos, que ya somos mayorcitos para estar creyendo en cuentos de aparecidos y para estar haciendo el ganso en caserones laguneros, ¿no creen?
martes, noviembre 24, 2009
Indiferencia (y prescindencia) de la criptozoología (XI)
La criptozoología sigue siendo completamente innecesaria.
En este enlace.
Y en este también. Más, aquí.
En este enlace.
Y en este también. Más, aquí.
lunes, noviembre 09, 2009
What the Bleep Do We Know!? (¿¡Qué mierda de peli es ésta!?)
¿Una película con mala ciencia como “The Core”, es tan dañina al espectador como la pseudociencia de “What the Bleep Do We Know!?”, por poner dos ejemplos?
En absoluto. “The Core” es un producto de absoluto entretenimiento, pero no hay pseudociencia en ella. La pseudociencia es la peor enfermedad de la ciencia, un cáncer incurable, todavía hoy, que sólo puede responder ante la más feroz de las quimioterapias y radioterapias, es decir, ante la razón más tenaz. Lo mejor que se puede hacer con una película que trate de difundir las ideas y el pensamiento pseudocientífico es utilizarla para todo lo contrario, es decir, llevarla al aula y destriparla sin piedad. La matas a ella y haces un poco más fuerte a la ciencia.
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En una entrevista de Kanijo a Sergio L. Palacios, autor de La guerra de dos mundos, en este enlace.
En absoluto. “The Core” es un producto de absoluto entretenimiento, pero no hay pseudociencia en ella. La pseudociencia es la peor enfermedad de la ciencia, un cáncer incurable, todavía hoy, que sólo puede responder ante la más feroz de las quimioterapias y radioterapias, es decir, ante la razón más tenaz. Lo mejor que se puede hacer con una película que trate de difundir las ideas y el pensamiento pseudocientífico es utilizarla para todo lo contrario, es decir, llevarla al aula y destriparla sin piedad. La matas a ella y haces un poco más fuerte a la ciencia.
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En una entrevista de Kanijo a Sergio L. Palacios, autor de La guerra de dos mundos, en este enlace.
domingo, noviembre 01, 2009
El ovni que nunca aterrizó
En este enlace.
Y cuando les hablen de ocultaciones, secretos oficiales y platillos ocultos en el trastero de la Casa Blanca, les endilgan este enlace.
Y cuando les hablen de ocultaciones, secretos oficiales y platillos ocultos en el trastero de la Casa Blanca, les endilgan este enlace.
miércoles, octubre 21, 2009
martes, octubre 20, 2009
Los nuevos charlatanes
Publicado originalmente en Circular Escéptica, 7
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Los nuevos charlatanes
Damian Thompson
Colección Ares y Mares, Editorial Crítica; Barcelona, 2009
(229 páginas).
A grandes rasgos, el mundo alternativo, paranormalista y misterioso «que lo digo yo» ha ido perdiendo interés por la casuística clásica y se escora, poco a poco, hacia una mezcla de conspiranoia de grano grueso, pataleo desequilibrado y ensimismamiento agresivo. Esta deriva en la subcultura ocultista es paralela a la de otras manifestaciones sociales. Si buena parte de la juventud considera un ejercicio recomendable empatar noches de botellón y vómitos, no es de extrañar que los interesados en las cosas del «más allá» sean ahora más agrestes, más solipsistas, más cercanos a la paranoia y más lejanos de cualquier indicio de racionalidad. Un ejemplo importante es el de los chicos de la exopolítica, que estuvieron de vacaciones por Barcelona hace algunas semanas. Su revolución de dos días ya está olvidada, y ahora la van a promocionar por Europa, a ver si por ahí siguen picando. Por el contrario, tenemos ejemplos en la propia cultura popular de ofertas pseudocientíficas menos asilvestradas, más cultivadas; entre ellas «El retorno de los brujos» de Pauwels y Bergier. O los «masaallases» televisivos de Jiménez del Oso en España. En ambos casos abundan las falsedades y las interpretaciones absurdas, pero con un cierto estilo o mesura en la exposición del invento, cierta cautela, incluso. En cambio en lo que va de siglo XXI, nos encontramos al respecto con lo que los sociólogos denominan un medio «cúltico»: «una síntesis de profecía apocalíptica, pseudoarqueología, numerología y racismo», como señala Damian Thompson en su libro «Los nuevos charlatanes», al referirse a una obra del siglo XIX, en la que, como ahora, «las ideas extrañas se mezclan y confunden, libres de las restricciones que imponen las reglas convencionales sobre la evidencia».
Los difusores de contraconocimiento -que es el término que emplea Damian Thompson para referirse a los productos de la cultura alternativa- los conspiracionistas, las fantasías histórico-arqueológicas y la pseudo-terapéutica («en cuanto a los proveedores de medicinas y terapias "alternativas" no están interesados en lo que pueden afirmar con veracidad, sino en lo que pueden llegar a afirmar saliendo impunes, que es distinto») siempre han tenido un cierto nivel de actividad, no surgieron de la noche a la mañana hace diez o veinte años. Lo que ocurre es que todo ello ahora se ha convertido en un magma «internético» que gana adeptos. Este medio cúltico -o cultual- se está integrando en la cultura normalizada: la homeopatía y otras pseudo-medicinas alternativas, el creacionismo (tanto el cristiano como el islámico) y las invenciones astroarqueológicas, ayudadas por una prensa ignorante, se sitúan en el mismo nivel que los conocimientos contrastados. Todas estas cosas son ejemplos destacados de contraconocimiento.
«Los nuevos charlatanes» se ocupa de manera clara de toda esta maraña de pseudoconocimientos. Tiene la ventaja de dedicar un capítulo, «El retorno de la pseudohistoria», a poner de manifiesto que una cosa es la historia y otra la patraña de los historiadores del priorato de Sión, los santos griales y las novelas de Dan Brown. El gremio de los historiadores, desgraciadamente, no parece lo suficientemente preocupado por todos estos embrollos e invenciones. Si hubiese aparecido un número adecuado de réplicas o comentarios en la prensa general, por ejemplo, podrían haber aprovechado para divulgar los métodos de investigación historiográficos y arqueológicos, matando dos pájaros de un tiro. En cierta medida, en Canarias contamos con un buen volumen de réplica a las majaderías pseudo-históricas de los ocultistas locales: «I-dentidad canaria. Los antiguos» (Artemisa Ediciones; La Laguna, 2006). También en el caso de las «pirámides» güimareras los arqueólogos de la Universidad de La Laguna alzaron su voz contra la falsificación histórica, pero no fue suficiente para que durante años se escucharan numerosos disparates históricos, virus que se propaga muy fácilmente.
Por cierto, cuando Thompson asegura que «Si uno cree que el Espíritu Santo existe, nadie puede demostrar que se equivoque. Eso no es contraconocimiento», debería haber añadido que esto es cierto mientras no pretenda convertirlo en una pieza de conocimiento comprobable, porque entonces no serán los escépticos quienes deban buscar pruebas en contra, sino quien afirma la existencia de la conocida paloma quien deberá aportarlas a favor. No hay que confundir una cosa con la otra.
Todos aquellos que pretenden reescribir la historia después de darse una vuelta por el lugar de turno disfrazados de Indiana Jones o los que venden agua «curativa» a precio de caro antibiótico deberían echarle un vistazo al libro Thompson. La manipulación de los datos, el empeño absurdo en hechos que no tuvieron lugar o la difusión de conocimientos arquitectónicos entre continentes, de lo que no existe prueba alguna, figuran en esta más que recomendable obra. Todas estas barbaridades son comercializadas por editores más interesados en hacer caja que en llevar una información meritoria y educadora a sus lectores, al contrario que Thompson. El nivel baja progresivamente, los escrúpulos huyen en desbandada y los expertos miran para otro lado: el contraconocimiento se nos cuela bajo el ropaje de la novedad, cuando en realidad nos intenta atraer con especulaciones ya refutadas en el siglo XIX, con la palabrería de maniáticos de la historia alternativa que parecen directamente inspirados en los chiflados de la «Ahnenerbe» nacionalsocialista; como los negacionistas del holocausto, los negacionistas del SIDA, y los conspiracionistas de los atentados del 11-S, que también reciben atención en el libro, con datos contrastados y con documentación reciente que en su mayor parte no llega a nuestro país porque es más divertido el circo estupefaciente de los pseudos-investigadores (aunque se den una pátina crítico-escéptica a la media hora te venden una estupidez ocultista para niños asustadizos) que el acercamiento crítico a la realidad.
Adquiera usted «Los nuevos charlatanes» de Damian Thompson. Le abrirá su mente y no le entontecerá como un Coelho cualquiera.
Otros comentarios sobre el mismo libro en
este enlace;
este;
y este.
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Los nuevos charlatanes
Damian Thompson
Colección Ares y Mares, Editorial Crítica; Barcelona, 2009
(229 páginas).
A grandes rasgos, el mundo alternativo, paranormalista y misterioso «que lo digo yo» ha ido perdiendo interés por la casuística clásica y se escora, poco a poco, hacia una mezcla de conspiranoia de grano grueso, pataleo desequilibrado y ensimismamiento agresivo. Esta deriva en la subcultura ocultista es paralela a la de otras manifestaciones sociales. Si buena parte de la juventud considera un ejercicio recomendable empatar noches de botellón y vómitos, no es de extrañar que los interesados en las cosas del «más allá» sean ahora más agrestes, más solipsistas, más cercanos a la paranoia y más lejanos de cualquier indicio de racionalidad. Un ejemplo importante es el de los chicos de la exopolítica, que estuvieron de vacaciones por Barcelona hace algunas semanas. Su revolución de dos días ya está olvidada, y ahora la van a promocionar por Europa, a ver si por ahí siguen picando. Por el contrario, tenemos ejemplos en la propia cultura popular de ofertas pseudocientíficas menos asilvestradas, más cultivadas; entre ellas «El retorno de los brujos» de Pauwels y Bergier. O los «masaallases» televisivos de Jiménez del Oso en España. En ambos casos abundan las falsedades y las interpretaciones absurdas, pero con un cierto estilo o mesura en la exposición del invento, cierta cautela, incluso. En cambio en lo que va de siglo XXI, nos encontramos al respecto con lo que los sociólogos denominan un medio «cúltico»: «una síntesis de profecía apocalíptica, pseudoarqueología, numerología y racismo», como señala Damian Thompson en su libro «Los nuevos charlatanes», al referirse a una obra del siglo XIX, en la que, como ahora, «las ideas extrañas se mezclan y confunden, libres de las restricciones que imponen las reglas convencionales sobre la evidencia».
Los difusores de contraconocimiento -que es el término que emplea Damian Thompson para referirse a los productos de la cultura alternativa- los conspiracionistas, las fantasías histórico-arqueológicas y la pseudo-terapéutica («en cuanto a los proveedores de medicinas y terapias "alternativas" no están interesados en lo que pueden afirmar con veracidad, sino en lo que pueden llegar a afirmar saliendo impunes, que es distinto») siempre han tenido un cierto nivel de actividad, no surgieron de la noche a la mañana hace diez o veinte años. Lo que ocurre es que todo ello ahora se ha convertido en un magma «internético» que gana adeptos. Este medio cúltico -o cultual- se está integrando en la cultura normalizada: la homeopatía y otras pseudo-medicinas alternativas, el creacionismo (tanto el cristiano como el islámico) y las invenciones astroarqueológicas, ayudadas por una prensa ignorante, se sitúan en el mismo nivel que los conocimientos contrastados. Todas estas cosas son ejemplos destacados de contraconocimiento.
«Los nuevos charlatanes» se ocupa de manera clara de toda esta maraña de pseudoconocimientos. Tiene la ventaja de dedicar un capítulo, «El retorno de la pseudohistoria», a poner de manifiesto que una cosa es la historia y otra la patraña de los historiadores del priorato de Sión, los santos griales y las novelas de Dan Brown. El gremio de los historiadores, desgraciadamente, no parece lo suficientemente preocupado por todos estos embrollos e invenciones. Si hubiese aparecido un número adecuado de réplicas o comentarios en la prensa general, por ejemplo, podrían haber aprovechado para divulgar los métodos de investigación historiográficos y arqueológicos, matando dos pájaros de un tiro. En cierta medida, en Canarias contamos con un buen volumen de réplica a las majaderías pseudo-históricas de los ocultistas locales: «I-dentidad canaria. Los antiguos» (Artemisa Ediciones; La Laguna, 2006). También en el caso de las «pirámides» güimareras los arqueólogos de la Universidad de La Laguna alzaron su voz contra la falsificación histórica, pero no fue suficiente para que durante años se escucharan numerosos disparates históricos, virus que se propaga muy fácilmente.
Por cierto, cuando Thompson asegura que «Si uno cree que el Espíritu Santo existe, nadie puede demostrar que se equivoque. Eso no es contraconocimiento», debería haber añadido que esto es cierto mientras no pretenda convertirlo en una pieza de conocimiento comprobable, porque entonces no serán los escépticos quienes deban buscar pruebas en contra, sino quien afirma la existencia de la conocida paloma quien deberá aportarlas a favor. No hay que confundir una cosa con la otra.
Todos aquellos que pretenden reescribir la historia después de darse una vuelta por el lugar de turno disfrazados de Indiana Jones o los que venden agua «curativa» a precio de caro antibiótico deberían echarle un vistazo al libro Thompson. La manipulación de los datos, el empeño absurdo en hechos que no tuvieron lugar o la difusión de conocimientos arquitectónicos entre continentes, de lo que no existe prueba alguna, figuran en esta más que recomendable obra. Todas estas barbaridades son comercializadas por editores más interesados en hacer caja que en llevar una información meritoria y educadora a sus lectores, al contrario que Thompson. El nivel baja progresivamente, los escrúpulos huyen en desbandada y los expertos miran para otro lado: el contraconocimiento se nos cuela bajo el ropaje de la novedad, cuando en realidad nos intenta atraer con especulaciones ya refutadas en el siglo XIX, con la palabrería de maniáticos de la historia alternativa que parecen directamente inspirados en los chiflados de la «Ahnenerbe» nacionalsocialista; como los negacionistas del holocausto, los negacionistas del SIDA, y los conspiracionistas de los atentados del 11-S, que también reciben atención en el libro, con datos contrastados y con documentación reciente que en su mayor parte no llega a nuestro país porque es más divertido el circo estupefaciente de los pseudos-investigadores (aunque se den una pátina crítico-escéptica a la media hora te venden una estupidez ocultista para niños asustadizos) que el acercamiento crítico a la realidad.
Adquiera usted «Los nuevos charlatanes» de Damian Thompson. Le abrirá su mente y no le entontecerá como un Coelho cualquiera.
Otros comentarios sobre el mismo libro en
este enlace;
este;
y este.
lunes, octubre 05, 2009
El platillo volante de Galicia (¡viva Terra!)
Por fin se ha desvelado el montaje del ovni gallego. Terra ha tenido la estupenda iniciativa de fabricar una farsa en la que, por supuesto, un buen número de feligreses de la iglesia del platillo volante, cayeron. Ahora andan pidiendo incluso la denuncia del portal. Como en el caso de cualquier secta, no toleran que se juegue con sus objetos sagrados.
A mí me parece muy bien que haya montajes de este tipo. Son muy útiles para que el propio ambiente de aficionados ventile sus miserias por sí solo. Pasó algo similar con el proyecto Magonia. En su caso, ni siquiera fue necesaria la fabricación de platillos de pega para comprobar cómo se las gasta el patio platillista. Merece la pena recordar también, como es lógico, el experimento IVAN.
Al parecer, los fervientes admiradores del platillo volante se tragaron los vídeos de Terra. Lo interesante, ahora, es recoger esas opiniones y leerlas todas de un tirón. Se comprueba así de qué está hecha la creencia, un ambiente parecido al de las niñas que gimen y lloriquean al paso de Cristiano Ronaldo. A aquéllas les importa un pimiento que haya partidos en los que Ronaldo juega regular, igual que había muchos a los que era imposible convencer de que las grabaciones eran un fake. Todavía algunos, apuesto, habrá que preferirán seguir creyendo que de verdad los tripulantes del pesquero gallego vieron un extraño objeto sumergirse en el mar mientras un par de cazas sobrevolaban el escenario. O que de verdad hallaron una cápsula de origen desconocido.
Gran parte de la ufología huele a adolescente.
De risa: vean el vídeo. Ahí tienen las pruebas. La investigación de campo y playa, sin chalecos multi-bolsillos ni poses estúpidas señalando el lugar desde el que un fulano vio algo que no supo identificar (miseria de la ufología).
LA PRUEBA DE QUE LOS EXTRATERRESTRES SON GALLEGOS
Felicidades a Terra. Y a Wells. Y a Welles.
A mí me parece muy bien que haya montajes de este tipo. Son muy útiles para que el propio ambiente de aficionados ventile sus miserias por sí solo. Pasó algo similar con el proyecto Magonia. En su caso, ni siquiera fue necesaria la fabricación de platillos de pega para comprobar cómo se las gasta el patio platillista. Merece la pena recordar también, como es lógico, el experimento IVAN.
Al parecer, los fervientes admiradores del platillo volante se tragaron los vídeos de Terra. Lo interesante, ahora, es recoger esas opiniones y leerlas todas de un tirón. Se comprueba así de qué está hecha la creencia, un ambiente parecido al de las niñas que gimen y lloriquean al paso de Cristiano Ronaldo. A aquéllas les importa un pimiento que haya partidos en los que Ronaldo juega regular, igual que había muchos a los que era imposible convencer de que las grabaciones eran un fake. Todavía algunos, apuesto, habrá que preferirán seguir creyendo que de verdad los tripulantes del pesquero gallego vieron un extraño objeto sumergirse en el mar mientras un par de cazas sobrevolaban el escenario. O que de verdad hallaron una cápsula de origen desconocido.
Gran parte de la ufología huele a adolescente.
De risa: vean el vídeo. Ahí tienen las pruebas. La investigación de campo y playa, sin chalecos multi-bolsillos ni poses estúpidas señalando el lugar desde el que un fulano vio algo que no supo identificar (miseria de la ufología).
LA PRUEBA DE QUE LOS EXTRATERRESTRES SON GALLEGOS
Felicidades a Terra. Y a Wells. Y a Welles.
jueves, octubre 01, 2009
Declaración frente a las jornadas de homeopatía de Tenerife
El uso de la homeopatía (superstición de alto standing, retórica de la sanación apoyada en el vacío) aumenta, hasta tal punto que las instituciones educativas y gubernamentales no parecen manifestar escrúpulos a la hora de dar el visto bueno a esta práctica sin sentido, o con el mismo sentido terapéutico que tendría una amistosa conversación: el autoconvencimiento. Sólo que las conversaciones amistosas son gratis, y los falsos remedios homeopáticos suelen ser bastante caros para no ser más que pura y simple agua. El Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife y diversas entidades homeopáticas (más bien alopáticas, porque si fuesen homeopáticas serían invisibles e inútiles) celebrarán el próximo fin de semana un acto en el edificio de la Presidencia del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife con la colaboración del Parmamento de Canarias, el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife y CajaCanarias. Publicidad gratuita para una pseudociencia pseudo-terapéutica. Por ello, el Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (ACDC) redactó la carta de protesta reproducida a continuación.
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El Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (ACDC) ha tenido noticia, a través entre otros, de algunos carteles aparecidos en el tablón de anuncios de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, de la celebración de unas denominadas II Jornadas Científicas de Homeopatía. Dichas Jornadas se celebrarán nada menos que en el edificio de Presidencia del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, los días 2 y 3 de octubre del año en curso. Está organizado por el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife y tres sociedades homeopáticas; una de ámbito local (Asociación Médico-Homeopática de Santa Cruz de Tenerife), otra regional (Sociedad Canaria de Homeopatía) y una nacional (Asamblea Nacional de Homeopatía).
Como miembros de la comunidad universitaria, comprometidos con la divulgación de la Ciencia y la crítica a las pseudociencias deseamos manifestar a la sociedad tinerfeña y a la canaria lo siguiente:
Nos sorprende la inclusión, en el título, de dos palabras contradictorias: "científica" y "homeopatía". La homeopatía, como han puesto de manifiesto numerosos estudios, carece de cualquier base científica al no cumplir con ninguno de los requisitos que debe tener una disciplina para ser considerada como tal. La homeopatía es uno de los mejores ejemplos del efecto placebo ya que no existe ninguna evidencia que demuestre que con unas cantidades infinitesimales de producto (en el mejor de los casos) se puedan obtener los resultados que dice obtener. Supuestos conceptos como el de la "memoria del agua", la "dinamización", la "potenciación" o aquello de que "lo similar cura lo similar" no pueden ser tomados en serio a estas alturas del siglo XXI.
También sorprende y preocupa que algunos licenciados y licenciadas en Medicina y Cirugía hayan olvidado tan fácilmente lo que durante años necesariamente les tuvieron que enseñar en las facultades en las que realizaron sus estudios, ya que la práctica homeopática y la de la medicina científica son incompatibles. Remitimos al interesado al editorial y al artículo de investigación de la revista The Lancet (“The end of homeopathy”. Lancet 2005; 366:690; Shang, A.; Huwiler-Müntener, K.; Nartey, L.; Jüni, P.; Dörig, S.; Sterne, J.A.C.; Pewsner, D. and Egger, M. "Are the clinical effects of homeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homeopathy and allopathy". Lancet 2005; 366:726-731) en los que se evalúa en los términos antes descritos la práctica homeopática.
Sin embargo, no sorprende que en la organización de dicho evento aparezcan como colaboradoras varias empresas expendedoras de productos homeopáticos: es su negocio... Algo menos comprensible es que aparezca también como patrocinador la Obra Social de CajaCanarias. Pero lo que resulta inaceptable es que al lado de estas empresas aparezcan respaldando la reunión instituciones de carácter público y de indudable relevancia en nuestra comunidad autónoma como son el Gobierno de Canarias, el Parlamento de Canarias y el Cabildo Insular de Tenerife y que como organizadora se presente una institución como el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife.
Desde el ACDC de la Universidad de La Laguna denunciamos la implicación de instituciones canarias en el fomento de actividades que carecen de fundamento científico y que pretenden dar credibilidad a unas prácticas supuestamente terapéuticas y repetidamente desacreditadas por la investigación científica; manifestamos nuestro desacuerdo en la utilización para este propósito de recursos públicos, siempre limitados y cuyo destino, por tanto, debe ser cuidadosamente elegido; y lamentamos profundamente que se apoyen estas iniciativas que contribuyen a la desinformación de la población pretendiendo lo imposible: legitimar lo que sólo es una pseudociencia.
Dr. Néstor Torres Darias
Director del Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna
(http://www.divulgacioncientifica.org).
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El Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (ACDC) ha tenido noticia, a través entre otros, de algunos carteles aparecidos en el tablón de anuncios de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, de la celebración de unas denominadas II Jornadas Científicas de Homeopatía. Dichas Jornadas se celebrarán nada menos que en el edificio de Presidencia del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, los días 2 y 3 de octubre del año en curso. Está organizado por el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife y tres sociedades homeopáticas; una de ámbito local (Asociación Médico-Homeopática de Santa Cruz de Tenerife), otra regional (Sociedad Canaria de Homeopatía) y una nacional (Asamblea Nacional de Homeopatía).
Como miembros de la comunidad universitaria, comprometidos con la divulgación de la Ciencia y la crítica a las pseudociencias deseamos manifestar a la sociedad tinerfeña y a la canaria lo siguiente:
Nos sorprende la inclusión, en el título, de dos palabras contradictorias: "científica" y "homeopatía". La homeopatía, como han puesto de manifiesto numerosos estudios, carece de cualquier base científica al no cumplir con ninguno de los requisitos que debe tener una disciplina para ser considerada como tal. La homeopatía es uno de los mejores ejemplos del efecto placebo ya que no existe ninguna evidencia que demuestre que con unas cantidades infinitesimales de producto (en el mejor de los casos) se puedan obtener los resultados que dice obtener. Supuestos conceptos como el de la "memoria del agua", la "dinamización", la "potenciación" o aquello de que "lo similar cura lo similar" no pueden ser tomados en serio a estas alturas del siglo XXI.
También sorprende y preocupa que algunos licenciados y licenciadas en Medicina y Cirugía hayan olvidado tan fácilmente lo que durante años necesariamente les tuvieron que enseñar en las facultades en las que realizaron sus estudios, ya que la práctica homeopática y la de la medicina científica son incompatibles. Remitimos al interesado al editorial y al artículo de investigación de la revista The Lancet (“The end of homeopathy”. Lancet 2005; 366:690; Shang, A.; Huwiler-Müntener, K.; Nartey, L.; Jüni, P.; Dörig, S.; Sterne, J.A.C.; Pewsner, D. and Egger, M. "Are the clinical effects of homeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homeopathy and allopathy". Lancet 2005; 366:726-731) en los que se evalúa en los términos antes descritos la práctica homeopática.
Sin embargo, no sorprende que en la organización de dicho evento aparezcan como colaboradoras varias empresas expendedoras de productos homeopáticos: es su negocio... Algo menos comprensible es que aparezca también como patrocinador la Obra Social de CajaCanarias. Pero lo que resulta inaceptable es que al lado de estas empresas aparezcan respaldando la reunión instituciones de carácter público y de indudable relevancia en nuestra comunidad autónoma como son el Gobierno de Canarias, el Parlamento de Canarias y el Cabildo Insular de Tenerife y que como organizadora se presente una institución como el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife.
Desde el ACDC de la Universidad de La Laguna denunciamos la implicación de instituciones canarias en el fomento de actividades que carecen de fundamento científico y que pretenden dar credibilidad a unas prácticas supuestamente terapéuticas y repetidamente desacreditadas por la investigación científica; manifestamos nuestro desacuerdo en la utilización para este propósito de recursos públicos, siempre limitados y cuyo destino, por tanto, debe ser cuidadosamente elegido; y lamentamos profundamente que se apoyen estas iniciativas que contribuyen a la desinformación de la población pretendiendo lo imposible: legitimar lo que sólo es una pseudociencia.
Dr. Néstor Torres Darias
Director del Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna
(http://www.divulgacioncientifica.org).
martes, septiembre 29, 2009
Jornadas de mi$terios en la Universidad de Sevilla
Como la Universidad (incluso la de Sevilla) es lugar para aclarar y explicar los misterios y enigmas, que es lo normal y su destino lógico, no para vender motos de "misterios" que son remanentes de supersticiones del siglo XIX, el Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (Tenerife) redactó esta carta de protesta, que ya está siendo dirigida a los lugares oportunos.
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La Universidad de Sevilla da espacio al pseudoperiodismo del "misterio"
En la Universidad no hay temas tabú; o no debería haberlos. Sólo desde un elitismo absurdo o una visión economicista de la producción intelectual podría alguien argumentar -sin razón, en último término- sobre la exclusión de antemano de ciertos aspectos de nuestra cultura como objeto de estudio legítimo. Otro escenario es la orientación que los interesados imprimen al tratamiento de los temas en cuestión. Por si no lo han adivinado -seguro que sí- nos estamos refiriendo a lo que en los medios de comunicación se etiqueta con la palabra baúl "misterios".
Un ejemplo importante de lo que acabamos de comentar se nos ha presentado estos días: la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla (US) no ha tenido mejor idea que ofrecer unas jornadas a sus alumnos que llevan por título "I Jornadas de Periodismo de Misterio e Investigación" del 13 al 16 de octubre de 2009. Semejante nombre es un engaño, así que, desde el momento en que la bautizaron, la criatura viene vestida de seda. El engañoso disfraz es juntar en una misma frase "periodismo", "misterio" e "investigación", porque, aunque estos tres aspectos podrían darse sin dificultad, y de hecho se dan con acierto en muchos casos, en el que nos ocupa se convierte en un vergonzoso fraude al estudiante o al simple oyente.
Y esto es así porque la lista de invitados no parece la selección más apropiada para ofrecer a los alumnos una visión rigurosa de esos supuestos misterios (conjunto de especulaciones cuando menos absurdas o restos de creencias superadas siglos atrás): se trata de periodistas especializados en perpetuar esas creencias y falsedades, es decir, en pervertir la auténtica profesión periodística de investigación, que consiste en documentar, explicar y aclarar la realidad, no en convertirla en un producto destinado al consumo de un colectivo de creyentes en el ocultismo más rancio.
Los invitados son Javier Sierra, Jesús Callejo, Nacho Ares, Francisco Contreras y Miguel Blanco. Entre sus logros está el vender la autopsia de un muñeco de látex en Roswell (EE.UU.) como si se hubiese tratado de un alienígena de verdad; el divulgar la existencia de "lugares mágicos" como si tales lugares realmente lo fueran, y no una simple imaginación de quienes los visitan, influidos por sus creencias previas y la labor de otros publicistas previos; proclamar la existencia real de íncubos y súcubos que atormentan a los seres humanos; la divulgación de la cultura egipcia antigua como si hubiese acogido realmente todas las invenciones ocultistas y maravillosas que desde el siglo XIX dudosos personajes se han inventado; la presencia de fantasmas y casas entandadas como si tales relatos y testimonios probasen otra cosa más que la propia creencia instalada en la mente de numerosas personas; y, por último, toda la panoplia de supersticiones y absurdas creencias, desde las visitas de extraterrestres a visiones del diablo pasando por las vidas pasadas, la reencarnación y las profecías del inútil Nostradamus.
¿En estos invitados se gasta el dinero la Universidad de Sevilla? ¿Este bazar de anti-cultura científica es lo que los responsables de la US van a entregar a sus matriculados? ¿Finalizarán los asistentes a las jornadas con una idea más crítica y sensata de la subcultura ocultista? Nos tememos lo contrario: muy probablemente, aumentará su dificultad para distinguir entre conocimiento científico y especulaciones pseudo-periodísticas; pensarán que, por el hecho de acudir a una Universidad, cierto sector del periodismo especializado en refritos de viejos mitos paranormalistas ha sido habilitado para contribuir a la formación del alumnado; o sospecharán que nuestro mundo se halla penetrado de fuerzas ocultas y "misterios" irresolubles, cuando, en realidad, se trata de un timo cultural clásico, en esta ocasión bajo los auspicios de la Universidad sevillana. Las autoridades rectoras de la US deberían ser informados de que el acto que tendrá lugar en sus aulas no es más un caso de venta de productos culturales fraudulentos y no de diseminación de una interpretación crítica y académica de una parcela del imaginario de la cultura contemporánea. Una forma hábil de negocio en el que los alumnos son predispuestos, mediante la retórica y el propio escenario, a dar por plausibles afirmaciones propias de la mala literatura fantástica.
Por todo ello, desde el Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (Tenerife) (ACDC) deseamos hacer un llamamiento a los responsables de extensión universitaria de la Universidad de Sevilla para que tengan en cuenta las circunstancias indicadas en esta carta. No nos parece adecuado para una Universidad, que, por naturaleza, debe fomentar el pensamiento crítico frente a cualquier manipulación interesada de la realidad, el ofrecimiento de unas jornadas en las que el protagonismo será el ocultismo y la tergiversación de la ciencia en aras de la figuración y el prestigio popular como adalides de un sector de pretendidos periodistas que no han aportado jamás una sola prueba científica de sus extravagantes afirmaciones.
ACDC de la Universidad de La Laguna, Tenerife (http://www.divulgacioncientifica.org).
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Más comentarios sobre este acto en:
Magonia
El retorno de los charlatanes
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La Universidad de Sevilla da espacio al pseudoperiodismo del "misterio"
En la Universidad no hay temas tabú; o no debería haberlos. Sólo desde un elitismo absurdo o una visión economicista de la producción intelectual podría alguien argumentar -sin razón, en último término- sobre la exclusión de antemano de ciertos aspectos de nuestra cultura como objeto de estudio legítimo. Otro escenario es la orientación que los interesados imprimen al tratamiento de los temas en cuestión. Por si no lo han adivinado -seguro que sí- nos estamos refiriendo a lo que en los medios de comunicación se etiqueta con la palabra baúl "misterios".
Un ejemplo importante de lo que acabamos de comentar se nos ha presentado estos días: la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla (US) no ha tenido mejor idea que ofrecer unas jornadas a sus alumnos que llevan por título "I Jornadas de Periodismo de Misterio e Investigación" del 13 al 16 de octubre de 2009. Semejante nombre es un engaño, así que, desde el momento en que la bautizaron, la criatura viene vestida de seda. El engañoso disfraz es juntar en una misma frase "periodismo", "misterio" e "investigación", porque, aunque estos tres aspectos podrían darse sin dificultad, y de hecho se dan con acierto en muchos casos, en el que nos ocupa se convierte en un vergonzoso fraude al estudiante o al simple oyente.
Y esto es así porque la lista de invitados no parece la selección más apropiada para ofrecer a los alumnos una visión rigurosa de esos supuestos misterios (conjunto de especulaciones cuando menos absurdas o restos de creencias superadas siglos atrás): se trata de periodistas especializados en perpetuar esas creencias y falsedades, es decir, en pervertir la auténtica profesión periodística de investigación, que consiste en documentar, explicar y aclarar la realidad, no en convertirla en un producto destinado al consumo de un colectivo de creyentes en el ocultismo más rancio.
Los invitados son Javier Sierra, Jesús Callejo, Nacho Ares, Francisco Contreras y Miguel Blanco. Entre sus logros está el vender la autopsia de un muñeco de látex en Roswell (EE.UU.) como si se hubiese tratado de un alienígena de verdad; el divulgar la existencia de "lugares mágicos" como si tales lugares realmente lo fueran, y no una simple imaginación de quienes los visitan, influidos por sus creencias previas y la labor de otros publicistas previos; proclamar la existencia real de íncubos y súcubos que atormentan a los seres humanos; la divulgación de la cultura egipcia antigua como si hubiese acogido realmente todas las invenciones ocultistas y maravillosas que desde el siglo XIX dudosos personajes se han inventado; la presencia de fantasmas y casas entandadas como si tales relatos y testimonios probasen otra cosa más que la propia creencia instalada en la mente de numerosas personas; y, por último, toda la panoplia de supersticiones y absurdas creencias, desde las visitas de extraterrestres a visiones del diablo pasando por las vidas pasadas, la reencarnación y las profecías del inútil Nostradamus.
¿En estos invitados se gasta el dinero la Universidad de Sevilla? ¿Este bazar de anti-cultura científica es lo que los responsables de la US van a entregar a sus matriculados? ¿Finalizarán los asistentes a las jornadas con una idea más crítica y sensata de la subcultura ocultista? Nos tememos lo contrario: muy probablemente, aumentará su dificultad para distinguir entre conocimiento científico y especulaciones pseudo-periodísticas; pensarán que, por el hecho de acudir a una Universidad, cierto sector del periodismo especializado en refritos de viejos mitos paranormalistas ha sido habilitado para contribuir a la formación del alumnado; o sospecharán que nuestro mundo se halla penetrado de fuerzas ocultas y "misterios" irresolubles, cuando, en realidad, se trata de un timo cultural clásico, en esta ocasión bajo los auspicios de la Universidad sevillana. Las autoridades rectoras de la US deberían ser informados de que el acto que tendrá lugar en sus aulas no es más un caso de venta de productos culturales fraudulentos y no de diseminación de una interpretación crítica y académica de una parcela del imaginario de la cultura contemporánea. Una forma hábil de negocio en el que los alumnos son predispuestos, mediante la retórica y el propio escenario, a dar por plausibles afirmaciones propias de la mala literatura fantástica.
Por todo ello, desde el Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna (Tenerife) (ACDC) deseamos hacer un llamamiento a los responsables de extensión universitaria de la Universidad de Sevilla para que tengan en cuenta las circunstancias indicadas en esta carta. No nos parece adecuado para una Universidad, que, por naturaleza, debe fomentar el pensamiento crítico frente a cualquier manipulación interesada de la realidad, el ofrecimiento de unas jornadas en las que el protagonismo será el ocultismo y la tergiversación de la ciencia en aras de la figuración y el prestigio popular como adalides de un sector de pretendidos periodistas que no han aportado jamás una sola prueba científica de sus extravagantes afirmaciones.
ACDC de la Universidad de La Laguna, Tenerife (http://www.divulgacioncientifica.org).
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Más comentarios sobre este acto en:
Magonia
El retorno de los charlatanes
lunes, septiembre 28, 2009
viernes, septiembre 25, 2009
Ovnis: la mitología de la era espacial
Taller organizado por el CSI
UFOs: The Space-Age Mythology
Del 9 al 11 de octubre de 2009
6555 East Speedway Blvd.
Tucson, Arizona
Durante más de sesenta años, las diversas interpretaciones sobre las “cosas” que se ven en los cielos ha desembocado en una mitología sobre “alienígenas” y “naves espaciales”. Estos mitos han sido alimentados por la ciencia ficción y los misticismos espiritualistas. Los sucesos anómalos han sido exagerados con anécdotas y teorías conspirativas sobre los “dioses espaciales” que vienen a la Tierra tanto para salvarnos como para destruirnos. ¿Pueden realmente las “luces en los cielos” salvarnos del mundo moderno? Este taller valorará estas y otras cuestiones sobre el papel de la ciencia y el escepticismo al evaluar afirmaciones extraordinarias.
Participantes:
• James McGaha
• David Morrison
• Robert Sheaffer
• Dave Thomas
UFOs: The Space-Age Mythology
Del 9 al 11 de octubre de 2009
6555 East Speedway Blvd.
Tucson, Arizona
Durante más de sesenta años, las diversas interpretaciones sobre las “cosas” que se ven en los cielos ha desembocado en una mitología sobre “alienígenas” y “naves espaciales”. Estos mitos han sido alimentados por la ciencia ficción y los misticismos espiritualistas. Los sucesos anómalos han sido exagerados con anécdotas y teorías conspirativas sobre los “dioses espaciales” que vienen a la Tierra tanto para salvarnos como para destruirnos. ¿Pueden realmente las “luces en los cielos” salvarnos del mundo moderno? Este taller valorará estas y otras cuestiones sobre el papel de la ciencia y el escepticismo al evaluar afirmaciones extraordinarias.
Participantes:
• James McGaha
• David Morrison
• Robert Sheaffer
• Dave Thomas
martes, septiembre 22, 2009
Cuadernos de Ufología 33
La Fundación Anomalía acaba de publicar el número 33 de su Anuario Cuadernos de Ufología. Éste es el índice:
La Fundación Anomalía te necesita (carta del presidente Martí Flò a los interesados reproducida on-line en este enlace, al final del texto).
Luminarias atípicas: "luces Min-Min"
(Mark Moravec)
Incidente "OVNI" sobre el Mar del Norte investigado por la BBC-TV
(David Clarke)
Ministerio de Defensa "Top Secret" - Documentos de Rendlesham
(David Clarke - Andy Roberts)
Mensajes del "Más Allá". De doctores y meteoritos
(Chris Aubeck)
Un habitante del planeta Marte. La obra de Henri de Parville
(Hervelin Vinchon - Jacques Garin)
Un habitante del planeta Marte
(Manuel S. Méndez)
Catálogo de abducciones atribuidas a OVNIs en Francia
(Claude Maugé)
De Fugos a Ufos
(Kentaro Mori - Fernando J.M. Walter)
La batalla de Los Ángeles (1942)
Los OVNIs de Clarke a Kubrick
(David Ferrara)
La Nobel literatura del OVNI
(Jacinto Benavente - Camilo José Cela)
Dossier: Cincuentenario del "Centro de Estudios Interplanetarios"
(Martí Flò)
Adiós a todo aquello - Magonia
(John Rimmer)
La propensión a la fantasía y otras correlaciones psicológicas de la experiencia OVNI
(Kathryn Gow, Janine Lurie, Stuart Coppin et al.)
Astrobiología y la comunicación integral de la ciencia y la tecnología
(José Miguel Alcíbar)
La música del espacio
(Equipo Phi Kappa)
Bibliografía
- Las abducciones ¡vaya timo!
- Enciclopedia de la ignorancia
- Guía turística del Sistema Solar
- Misterios a la luz de la ciencia
- Quirkology - The curious science
- The Philosophy of Science Fiction Film - The Philosophy of the "X Files"
- Wonder of the Worlds
Pedidos en este enlace.
La Fundación Anomalía te necesita (carta del presidente Martí Flò a los interesados reproducida on-line en este enlace, al final del texto).
Luminarias atípicas: "luces Min-Min"
(Mark Moravec)
Incidente "OVNI" sobre el Mar del Norte investigado por la BBC-TV
(David Clarke)
Ministerio de Defensa "Top Secret" - Documentos de Rendlesham
(David Clarke - Andy Roberts)
Mensajes del "Más Allá". De doctores y meteoritos
(Chris Aubeck)
Un habitante del planeta Marte. La obra de Henri de Parville
(Hervelin Vinchon - Jacques Garin)
Un habitante del planeta Marte
(Manuel S. Méndez)
Catálogo de abducciones atribuidas a OVNIs en Francia
(Claude Maugé)
De Fugos a Ufos
(Kentaro Mori - Fernando J.M. Walter)
La batalla de Los Ángeles (1942)
Los OVNIs de Clarke a Kubrick
(David Ferrara)
La Nobel literatura del OVNI
(Jacinto Benavente - Camilo José Cela)
Dossier: Cincuentenario del "Centro de Estudios Interplanetarios"
(Martí Flò)
Adiós a todo aquello - Magonia
(John Rimmer)
La propensión a la fantasía y otras correlaciones psicológicas de la experiencia OVNI
(Kathryn Gow, Janine Lurie, Stuart Coppin et al.)
Astrobiología y la comunicación integral de la ciencia y la tecnología
(José Miguel Alcíbar)
La música del espacio
(Equipo Phi Kappa)
Bibliografía
- Las abducciones ¡vaya timo!
- Enciclopedia de la ignorancia
- Guía turística del Sistema Solar
- Misterios a la luz de la ciencia
- Quirkology - The curious science
- The Philosophy of Science Fiction Film - The Philosophy of the "X Files"
- Wonder of the Worlds
Pedidos en este enlace.
jueves, septiembre 17, 2009
jueves, septiembre 10, 2009
lunes, septiembre 07, 2009
viernes, agosto 28, 2009
lunes, agosto 24, 2009
Exocachondeo
[Publicado originalmente en el número 6 de la Circular Escéptica]
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Actualización de 24 de agosto: en este vídeo pueden comprobar la altura del acto que tuvo lugar en Sitges el pasado mes, detalle al que también me refiero en el artículo reproducido a continuación.
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Nunca debemos subestimar la capacidad del mercado ocultista y de la rumorología patológica de las conspiraciones para poner en circulación una barbaridad más descacharrante que las anteriores, más absurda y más directamente conectada con la explotación del miedo y las preocupaciones sociales. Los críticos, por tanto, no debemos quejarnos, que humoristas involuntarios los seguirá habiendo, y atolondrados encorajinados que les laman las botas también. Todo sea por esa componenda entre el sujeto carismático y la colectividad en la que aquél ejerce su influencia en un ambiente hermético y viciado -aun en la plaza pública-, de conspiraciones, energías libres y nuevos paradigmas.
Un medio ambiente muy parecido a este debió ser el de la reunión sobre «exopolítica» celebrada en Sitges (Barcelona) el 25 y el 26 de julio de 2009, a la que acudieron, según los organizadores, mil cuatrocientas personas, que pagaron entre ochenta y ciento cincuenta euros, dependiendo del momento en que compraban su derecho a escuchar el rosario de delirios correspondiente. Unos setenta medios de comunicación se hicieron eco del «congreso» en el que se presentarían las pruebas de la ocultación de la presencia extraterrestre en nuestro planeta, o de la existencia de los propios ETs, como a usted más le guste. Ya se sabe que en verano estas cosas se venden la mar de bien en los medios ¿informativos? de Internet.
En el vídeo de presentación del acto puede leerse lo siguiente:
«No estamos solos, nunca lo estuvimos. Definitivamente. Archivos secretos. Top Secret. Engaños. Negaciones y mentiras. Abre tu mente».
Y para que quede constancia, la lista de invitados la componía la siguiente peña: Dr. Steven Greer, Bob Dean, Stephen Bassett, Paola Harris, Nick Pope, Dr. Michael Salla, Klaus Dona, Alfred Webre, Dr. Brian O´Leary y representantes de la exopolítica en diversos países europeos, entre ellos un tal Pepon Jover por España. Todos bajo el epígrafe: «Exocon. Evidencia de presencia extraterrestre».
Michael Salla es «fundador del Instituto de Exopolítica, entidad cuyo objetivo es concienciar al público de la presencia extraterrestre entre nosotros, preparar a la humanidad para el contacto abierto con los visitantes de otros mundos y poner las bases de una relación pacífica con nuestros vecinos cósmicos», informó Luis Alfonso Gámez en Magonia un par de meses antes. Verdaderamente esos cursos del Instituto de Exopolítica deben ser el no va más de la risión. Yo quiero ocho o nueve en España.
Además, como maestro de ceremonias -o lo que fuera- estaba el escritor y «roswellista» Javier Sierra.
Ahí queda eso. Si el lector no ha visto una miserable prueba de esa evidencia que nos vendían de antemano en la prensa, en la televisión, en los números de las más importantes revistas científicas que se han publicado en los veinte días que hace que finalizó el acto no es porque esta gente tiene más cara que espalda, no; es porque, en algún momento no determinado, los «hombres de negro» requisaron el material a todos los conferenciantes, o porque les dio vergüenza presentarlas en público, o porque no tuvieron ganas en esos dos días, o porque si las presentaban se les habría acabado el negocio de vendérselas a otro país dentro de unos meses, el viajar gratis, el ver mundo y la cara de los consumidores de conspiraciones a ciento cincuenta euros el kilo, o por alguna otra peregrina razón que a usted y a mí se nos escapa. Pero tenerlas las tienen. Nunca las veremos, pero tenerlas las tienen, no le quepa duda; o mejor sí.
Según cuenta uno de los organizadores de reunión en la web, durante una de las jornadas se produjo un desagradable episodio cuando Steven Greer fue acusado de amenazar de muerte a unas personas del público. Yo de Greer no me creo ni eso. Semejante estupidez -en principio- no puede ser obra más que un fanático con desmedidas ansias de popularidad, así que lo dejamos aparte, y que cada uno, como diría Pérez Reverte, se lama su cipote.
Durante una entrevista que me realizaron en Punto Radio Bilbao pincharon un fragmento de lo que parece ser una declaración inicial de Pepon Jover, uno de los citados organizadores. Jover comunica a los asistentes la buena nueva, preguntado primero quiénes somos y sobre la cosmovisión, que «afecta a los individuos». También les mostró el mito de la caverna de Platón «para que de forma visual podamos hacer un zoom y ver que hay mucho más por descubrir», lo que le lleva a pensar si «¿Vivimos realmente en Matrix?». Anunció que iba a hablar de lo que son los paradigmas científicos, de Kuhn y de la disonancia cognitiva y del antiguo paradigma, «del antiguo, del que ya se queda atrás, que es el de la mecánica newtoniana, el universo como una máquina y del nuevo paradigma, que es el mundo de la cuántica, de la realidad multidimensional, holográfica». Por último, adelantó que hablaría (si no, pocos aficionados a los platillos volantes aguantarían el ladrillo previo, me imagino) del paradigma de la exopolítica, «compartiendo con vosotros la visión de un nuevo inicio, de una nueva humanidad».
No es casualidad -de ello no tiene la culpa Platón- que los habladores del «nuevo paradigma» y conspiracionistas de Internet utilicen el mito de la caverna (República VII, 514a-518d) para sus imaginaciones románticas, vitalistas y anticientíficas. De hecho, creo que el citado mito es tan potente que cualquiera puede realizar una interpretación del mismo con la que arrimar el ascua a su sardina, aunque probablemente algunos de esos ejercicios de interpretación muevan más a risa que a la sorpresa genuina por tropezarte con un pensamiento (ya sea en forma de artículo o de adagio) previamente no pensado por un lector con cierto criterio. En cuanto a Matrix, está todo dicho: no hay otro producto más apto para que quienes se pasan la vida mirando hacia atrás por encima del hombro vean en su trama la «prueba» de sus megalomanías ideológicas.
Tampoco tiene la culpa Kuhn de que la popularización de su difícil obra haya servido para que toda la herrumbre orientalista del XIX y del XX que llegó a Europa, ocultistas y paranormalistas, psicoterapeutas ayurvédidos, mesmeristas-homeopáticos y cazadores de fantasmas usen su terminología para vender su mercancía.
Respecto a la disonancia cognitiva, resulta irónico que un defensor de la «exopolítica» se preocupe de trasladar tal concepto a sus oyentes. Los paradigmas newtoniano, mecanicista y cuántico son cosas que Capra, Sheldrake, Chopra y otros escritores del mercado de la espiritualidad elitista han convertido en frases hechas. Viejos paradigmas con ropajes de la ciencia contemporánea (véase «Quantum Quackery», Victor J. Stenger, o «El mito del alma», de Gonzalo Puente Ojea).
Y así se fue la «exopolítica» con su música a otra parte, como una reina de carnaval llena de plumas y abalorios pero sin sangre azul, con sangre roja y terráquea, con la misma sangre y el mismo ADN que otras creencias maravillosas que la mente de algunos espabilados convierten en dogmas o en sospechas inamovibles, cuentos en los que los críticos y escépticos cumplen también un papel: el de dragones que han secuestrado a la desvalida señorita (ya se imaginan quiénes se atribuyen el papel de caballeros andantes). Si no, la «exopolítica» no existiría, no sería un relato cálido, sugerente y adaptable a cualquier imaginación personal, a las suspicacias y experiencia que cualquier aficionado tiene o cree haber tenido.
Las extravagancias de estas reuniones, las afirmaciones disparatadas, el fuerte olor a timo cultural envuelto en grandilocuentes términos (cambio de paradigma, nacimiento de una nueva humanidad, etc.) no deben llevarnos a desechar su relativa importancia. En mayor o menor grado, sus organizadores y los propios conferenciantes están enviando un mensaje implícito con el que se identifica un buen número de personas: el mensaje de que el orden de la civilización contemporánea se está resquebrajando, está dando paso a otro orden apoyado en otra visión de la naturaleza y del papel del ser humano en ella. Este discurso no es nuevo: es tan antiguo como el mito hindú de la decadencia de los yugas de la edad de oro a la de hierro, y en Europa ha tomado aspectos tanto religiosos de tipo milenarista como seculares en forma de revoluciones. En el caso concreto de la cultura alternativa crítica con la cosmovisión de la ciencia materialista -que es el caso de las ideas que hace suyas la doctrina «exopolítica», puesto que no se limita a la más modesta propuesta de que los extraterrestres nos visitan y hay infinidad de especies alienígenas por esos mundos que sólo los exopolíticos han detectado o intuido- sus propuestas hacen referencia a cambios de paradigma, a oscuras conspiraciones que mantienen ocultos secretos importantes para la humanidad (desde la existencia de otras formas de vida a fuentes energéticas de bajo coste pasando por poderosos grupos de control sin escrúpulos capaces de cometer asesinatos en masa como el de las torres gemelas de Nueva York). ¿Cómo se digiere todo esto, ya que parece obvio que se lo han tragado? Es difícil interpretar esta subcultura. No basta con recurrir a la ignorancia o al dinero fácil vendiendo pacotilla pseudocientífica. Podemos echar mano de etiquetas consolidadas por la historia de las ideas y añadirles un adjetivo que haga referencia a su novedad; por ejemplo, tecno-vitalismo, o romanticismo-digital, o milenarismo-geek. Éstas y otras posibles etiquetas hacen referencia a aspectos de esa cultura que otros han calificado como ciber-misticismo o tecno-gnosis (Eric Davies, «TechGnosis: Myth, Magic & Mysticism in the Age of Information») o ciber-cultura iniciática (Iñaki Arzoz y Andoni Alonso, «La nueva Ciudad de Dios», Ediciones Siruela, Madrid, 2002).
En cualquier caso, cada una de esas marcas necesita ser explicada, lo que arrojaría luz sobre la inspiración, contenidos ocultos y objetivos de quienes envuelven un conjunto de viejas ideas y especulaciones en ropajes poéticos recién comprados en el mercado del lenguaje alternativo. Gerald Holton («Ciencia y anticiencia», Nivola Ediciones, Madrid, 2002) recuerda la semejanza de la subcultura alternativa contemporánea con la de la Alemania de entreguerras. A su lenguaje, al malestar que manifestaban los grupos juveniles, ecologistas y nacionalistas y a la hostilidad que despertaba la ciencia dedicó un ensayo esencial Paul Forman: «Cultura en Weimar, causalidad y teoría cuántica 1918-1927» (Alianza Editorial, Madrid, 1984).
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Actualización de 24 de agosto: en este vídeo pueden comprobar la altura del acto que tuvo lugar en Sitges el pasado mes, detalle al que también me refiero en el artículo reproducido a continuación.
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Nunca debemos subestimar la capacidad del mercado ocultista y de la rumorología patológica de las conspiraciones para poner en circulación una barbaridad más descacharrante que las anteriores, más absurda y más directamente conectada con la explotación del miedo y las preocupaciones sociales. Los críticos, por tanto, no debemos quejarnos, que humoristas involuntarios los seguirá habiendo, y atolondrados encorajinados que les laman las botas también. Todo sea por esa componenda entre el sujeto carismático y la colectividad en la que aquél ejerce su influencia en un ambiente hermético y viciado -aun en la plaza pública-, de conspiraciones, energías libres y nuevos paradigmas.
Un medio ambiente muy parecido a este debió ser el de la reunión sobre «exopolítica» celebrada en Sitges (Barcelona) el 25 y el 26 de julio de 2009, a la que acudieron, según los organizadores, mil cuatrocientas personas, que pagaron entre ochenta y ciento cincuenta euros, dependiendo del momento en que compraban su derecho a escuchar el rosario de delirios correspondiente. Unos setenta medios de comunicación se hicieron eco del «congreso» en el que se presentarían las pruebas de la ocultación de la presencia extraterrestre en nuestro planeta, o de la existencia de los propios ETs, como a usted más le guste. Ya se sabe que en verano estas cosas se venden la mar de bien en los medios ¿informativos? de Internet.
En el vídeo de presentación del acto puede leerse lo siguiente:
«No estamos solos, nunca lo estuvimos. Definitivamente. Archivos secretos. Top Secret. Engaños. Negaciones y mentiras. Abre tu mente».
Y para que quede constancia, la lista de invitados la componía la siguiente peña: Dr. Steven Greer, Bob Dean, Stephen Bassett, Paola Harris, Nick Pope, Dr. Michael Salla, Klaus Dona, Alfred Webre, Dr. Brian O´Leary y representantes de la exopolítica en diversos países europeos, entre ellos un tal Pepon Jover por España. Todos bajo el epígrafe: «Exocon. Evidencia de presencia extraterrestre».
Michael Salla es «fundador del Instituto de Exopolítica, entidad cuyo objetivo es concienciar al público de la presencia extraterrestre entre nosotros, preparar a la humanidad para el contacto abierto con los visitantes de otros mundos y poner las bases de una relación pacífica con nuestros vecinos cósmicos», informó Luis Alfonso Gámez en Magonia un par de meses antes. Verdaderamente esos cursos del Instituto de Exopolítica deben ser el no va más de la risión. Yo quiero ocho o nueve en España.
Además, como maestro de ceremonias -o lo que fuera- estaba el escritor y «roswellista» Javier Sierra.
Ahí queda eso. Si el lector no ha visto una miserable prueba de esa evidencia que nos vendían de antemano en la prensa, en la televisión, en los números de las más importantes revistas científicas que se han publicado en los veinte días que hace que finalizó el acto no es porque esta gente tiene más cara que espalda, no; es porque, en algún momento no determinado, los «hombres de negro» requisaron el material a todos los conferenciantes, o porque les dio vergüenza presentarlas en público, o porque no tuvieron ganas en esos dos días, o porque si las presentaban se les habría acabado el negocio de vendérselas a otro país dentro de unos meses, el viajar gratis, el ver mundo y la cara de los consumidores de conspiraciones a ciento cincuenta euros el kilo, o por alguna otra peregrina razón que a usted y a mí se nos escapa. Pero tenerlas las tienen. Nunca las veremos, pero tenerlas las tienen, no le quepa duda; o mejor sí.
Según cuenta uno de los organizadores de reunión en la web, durante una de las jornadas se produjo un desagradable episodio cuando Steven Greer fue acusado de amenazar de muerte a unas personas del público. Yo de Greer no me creo ni eso. Semejante estupidez -en principio- no puede ser obra más que un fanático con desmedidas ansias de popularidad, así que lo dejamos aparte, y que cada uno, como diría Pérez Reverte, se lama su cipote.
Durante una entrevista que me realizaron en Punto Radio Bilbao pincharon un fragmento de lo que parece ser una declaración inicial de Pepon Jover, uno de los citados organizadores. Jover comunica a los asistentes la buena nueva, preguntado primero quiénes somos y sobre la cosmovisión, que «afecta a los individuos». También les mostró el mito de la caverna de Platón «para que de forma visual podamos hacer un zoom y ver que hay mucho más por descubrir», lo que le lleva a pensar si «¿Vivimos realmente en Matrix?». Anunció que iba a hablar de lo que son los paradigmas científicos, de Kuhn y de la disonancia cognitiva y del antiguo paradigma, «del antiguo, del que ya se queda atrás, que es el de la mecánica newtoniana, el universo como una máquina y del nuevo paradigma, que es el mundo de la cuántica, de la realidad multidimensional, holográfica». Por último, adelantó que hablaría (si no, pocos aficionados a los platillos volantes aguantarían el ladrillo previo, me imagino) del paradigma de la exopolítica, «compartiendo con vosotros la visión de un nuevo inicio, de una nueva humanidad».
No es casualidad -de ello no tiene la culpa Platón- que los habladores del «nuevo paradigma» y conspiracionistas de Internet utilicen el mito de la caverna (República VII, 514a-518d) para sus imaginaciones románticas, vitalistas y anticientíficas. De hecho, creo que el citado mito es tan potente que cualquiera puede realizar una interpretación del mismo con la que arrimar el ascua a su sardina, aunque probablemente algunos de esos ejercicios de interpretación muevan más a risa que a la sorpresa genuina por tropezarte con un pensamiento (ya sea en forma de artículo o de adagio) previamente no pensado por un lector con cierto criterio. En cuanto a Matrix, está todo dicho: no hay otro producto más apto para que quienes se pasan la vida mirando hacia atrás por encima del hombro vean en su trama la «prueba» de sus megalomanías ideológicas.
Tampoco tiene la culpa Kuhn de que la popularización de su difícil obra haya servido para que toda la herrumbre orientalista del XIX y del XX que llegó a Europa, ocultistas y paranormalistas, psicoterapeutas ayurvédidos, mesmeristas-homeopáticos y cazadores de fantasmas usen su terminología para vender su mercancía.
Respecto a la disonancia cognitiva, resulta irónico que un defensor de la «exopolítica» se preocupe de trasladar tal concepto a sus oyentes. Los paradigmas newtoniano, mecanicista y cuántico son cosas que Capra, Sheldrake, Chopra y otros escritores del mercado de la espiritualidad elitista han convertido en frases hechas. Viejos paradigmas con ropajes de la ciencia contemporánea (véase «Quantum Quackery», Victor J. Stenger, o «El mito del alma», de Gonzalo Puente Ojea).
Y así se fue la «exopolítica» con su música a otra parte, como una reina de carnaval llena de plumas y abalorios pero sin sangre azul, con sangre roja y terráquea, con la misma sangre y el mismo ADN que otras creencias maravillosas que la mente de algunos espabilados convierten en dogmas o en sospechas inamovibles, cuentos en los que los críticos y escépticos cumplen también un papel: el de dragones que han secuestrado a la desvalida señorita (ya se imaginan quiénes se atribuyen el papel de caballeros andantes). Si no, la «exopolítica» no existiría, no sería un relato cálido, sugerente y adaptable a cualquier imaginación personal, a las suspicacias y experiencia que cualquier aficionado tiene o cree haber tenido.
Las extravagancias de estas reuniones, las afirmaciones disparatadas, el fuerte olor a timo cultural envuelto en grandilocuentes términos (cambio de paradigma, nacimiento de una nueva humanidad, etc.) no deben llevarnos a desechar su relativa importancia. En mayor o menor grado, sus organizadores y los propios conferenciantes están enviando un mensaje implícito con el que se identifica un buen número de personas: el mensaje de que el orden de la civilización contemporánea se está resquebrajando, está dando paso a otro orden apoyado en otra visión de la naturaleza y del papel del ser humano en ella. Este discurso no es nuevo: es tan antiguo como el mito hindú de la decadencia de los yugas de la edad de oro a la de hierro, y en Europa ha tomado aspectos tanto religiosos de tipo milenarista como seculares en forma de revoluciones. En el caso concreto de la cultura alternativa crítica con la cosmovisión de la ciencia materialista -que es el caso de las ideas que hace suyas la doctrina «exopolítica», puesto que no se limita a la más modesta propuesta de que los extraterrestres nos visitan y hay infinidad de especies alienígenas por esos mundos que sólo los exopolíticos han detectado o intuido- sus propuestas hacen referencia a cambios de paradigma, a oscuras conspiraciones que mantienen ocultos secretos importantes para la humanidad (desde la existencia de otras formas de vida a fuentes energéticas de bajo coste pasando por poderosos grupos de control sin escrúpulos capaces de cometer asesinatos en masa como el de las torres gemelas de Nueva York). ¿Cómo se digiere todo esto, ya que parece obvio que se lo han tragado? Es difícil interpretar esta subcultura. No basta con recurrir a la ignorancia o al dinero fácil vendiendo pacotilla pseudocientífica. Podemos echar mano de etiquetas consolidadas por la historia de las ideas y añadirles un adjetivo que haga referencia a su novedad; por ejemplo, tecno-vitalismo, o romanticismo-digital, o milenarismo-geek. Éstas y otras posibles etiquetas hacen referencia a aspectos de esa cultura que otros han calificado como ciber-misticismo o tecno-gnosis (Eric Davies, «TechGnosis: Myth, Magic & Mysticism in the Age of Information») o ciber-cultura iniciática (Iñaki Arzoz y Andoni Alonso, «La nueva Ciudad de Dios», Ediciones Siruela, Madrid, 2002).
En cualquier caso, cada una de esas marcas necesita ser explicada, lo que arrojaría luz sobre la inspiración, contenidos ocultos y objetivos de quienes envuelven un conjunto de viejas ideas y especulaciones en ropajes poéticos recién comprados en el mercado del lenguaje alternativo. Gerald Holton («Ciencia y anticiencia», Nivola Ediciones, Madrid, 2002) recuerda la semejanza de la subcultura alternativa contemporánea con la de la Alemania de entreguerras. A su lenguaje, al malestar que manifestaban los grupos juveniles, ecologistas y nacionalistas y a la hostilidad que despertaba la ciencia dedicó un ensayo esencial Paul Forman: «Cultura en Weimar, causalidad y teoría cuántica 1918-1927» (Alianza Editorial, Madrid, 1984).
jueves, agosto 20, 2009
lunes, agosto 10, 2009
viernes, agosto 07, 2009
Entrevista en Punto Radio Bilbao
Entrevista en Punto Radio Bilbao el pasado miércoles sobre el circo "exopolítico":
jueves, julio 30, 2009
sábado, julio 25, 2009
Engaño
... los hombres no huyen tanto de ser engañados como de ser perjudicados mediante el engaño; en este estadio tampoco detestan en rigor el embuste, sino las consecuencias perniciosas, hostiles, de ciertas clases de embustes. El hombre nada más que desea la verdad en un sentido análogamente limitado: ansía las consecuencias agradables de la verdad, aquéllas que mantienen la vida; es indiferente al conocimiento puro y sin consecuencias e incluso hostil frente a las verdades susceptibles de efectos perjudiciales o destructivos.
Friedrich Nietzsche
Sobre verdad y mentira en sentido extramoral.
Friedrich Nietzsche
Sobre verdad y mentira en sentido extramoral.
lunes, julio 13, 2009
domingo, julio 12, 2009
El timo del timo del viaje a la Luna
En una entrevista que publica hoy el Magazine (nº 511, 12 de julio de 2009) El Mundo al presentador televisivo Jesús Hermida, éste, a la pregunta Dígame, ¿aquel show fue un montaje para que nos creyéramos que Estados Unidos había llegado a la Luna? asegura que:
Respeto a los que dudan, pero voy a darte algunos datos. En la época de los Apolo, trabajaban para la NASA 400.000 personas. Mi pregunta es: en un mundo donde la gente está dispuesta a vender todas sus miserias por dinero a la televisión, ¿es creíble que entre tantos miles de personas no haya salido ninguna dispuesta a aprovechar ese filón? Segunda pregunta: si aquello no fue verdad, la NASA tuvo que falsificar no sólo el Apolo 11, sino ocho Apolos más. No discuto que pudiera hacerlo pero, ¿nunca tuvo un fallo que desvelara el engaño? Y mi último argumento, una cita de Lincoln: “Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”. No olvidemos que estamos hablando de un país donde la prensa ha sido capaz de echar a un presidente
Sencillo, ¿verdad?
Disponen de fuentes de información en las que se desmonta esta absurda especulación en este enlace y en este.
Y Laetoli acaba de publicar La conspiración lunar ¡vaya timo! , de Eugenio Fernández Aguilar.
Si usted cree en la conspiración debería leer el libro y abrir su mente.
Respeto a los que dudan, pero voy a darte algunos datos. En la época de los Apolo, trabajaban para la NASA 400.000 personas. Mi pregunta es: en un mundo donde la gente está dispuesta a vender todas sus miserias por dinero a la televisión, ¿es creíble que entre tantos miles de personas no haya salido ninguna dispuesta a aprovechar ese filón? Segunda pregunta: si aquello no fue verdad, la NASA tuvo que falsificar no sólo el Apolo 11, sino ocho Apolos más. No discuto que pudiera hacerlo pero, ¿nunca tuvo un fallo que desvelara el engaño? Y mi último argumento, una cita de Lincoln: “Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”. No olvidemos que estamos hablando de un país donde la prensa ha sido capaz de echar a un presidente
Sencillo, ¿verdad?
Disponen de fuentes de información en las que se desmonta esta absurda especulación en este enlace y en este.
Y Laetoli acaba de publicar La conspiración lunar ¡vaya timo! , de Eugenio Fernández Aguilar.
Si usted cree en la conspiración debería leer el libro y abrir su mente.
lunes, junio 22, 2009
martes, junio 16, 2009
Entrevista en Punto Radio
Una entrevista que me hicieron ayer en Punto Radio (a partir del minuto 8) sobre un circo que se va a montar el mes que viene en Barcelona. Empata con una entrevista al director del Centro de Astrobiología de Madrid.
El término "exopolítica" es tan pretencioso que se vuelve ridículo. Intentar vernder una moto de relaciones interplanetarias por 150 eurazos cuando ni siquiera han presentado pruebas de que esas razas extraterrestres existan es tan desvergonzado que sólo en Ovnilandia pueden ocurrir semejantes cosas. Y, claro, lo pretenden hacer no en revistas científicas (donde estas patrañas no soportarían ni una primera lectura en vertical) sino en un acto esencialmente comercial. El negociete de los extraterrestres sigue teniendo tirón, por lo visto.
El término "exopolítica" es tan pretencioso que se vuelve ridículo. Intentar vernder una moto de relaciones interplanetarias por 150 eurazos cuando ni siquiera han presentado pruebas de que esas razas extraterrestres existan es tan desvergonzado que sólo en Ovnilandia pueden ocurrir semejantes cosas. Y, claro, lo pretenden hacer no en revistas científicas (donde estas patrañas no soportarían ni una primera lectura en vertical) sino en un acto esencialmente comercial. El negociete de los extraterrestres sigue teniendo tirón, por lo visto.
martes, junio 02, 2009
El "ovni" de Canarias se aparece en...
Sí, amigos de lo insólito, del misterio y de...; bueno, del asombro ajeno, como siempre: aquí tienen otra vez al nunca bien ponderado (es un decir, sí ha sido bien ponderado) "ovni" de Canarias, que de vez en cuando le da por dejarse ver por esos mundos del más allá y de las naves del misterio (tururú). Esta vez se aparece ante una cámara de vigilancia, un poco tímido, en la esquina superior izquierda. Avisó de su aparición Luis Ruiz Noguez, que desde Marcianitos verdes nos mantiene al día de todas las cosas raras, rarísimas y paranormales que acontecen en este planeta (me pregunto si los extraterrestres tendrán también sus leyendas paranormales; ¿a que no lo habían pensado, eh?). Vean el vídeo:
La información inicial indicaba simplemente que la filmación se realizó desde algún punto de Rusia, pero Manuel Borraz pudo localizar más datos sobre el origen del fenómeno. Para quien no lo sepa, Manuel Borraz es un malvado investigador de salón que en la últimas décadas se ha dedicado a poner en evidencia la miseria intelectual de gran parte de la ufología platillesca española (vean aquí uno de los más destacados ejemplos al respecto). En la misma línea, Juan Carlos Vitorio lleva un buen ritmo en su labor de divertida demolición de la ufología gaceteronorteña en Misterios del aire).
A lo que íbamos: parece que la observación fue debida, segun pudo averiguar Borraz, al lanzamiento que puso en órbita el satélite Meridian-2 el pasado día 22 de mayo. Un cohete Soyuz 2-1a se habría encargado de darle el impulso necesario para colocarlo en órbita. El video se filmó desde Sarapul, en la república rusa de Udmurtia. Eran las 03:07 hora local, que en verano corresponden a las 22:07 GMT. El lanzamiento había tenido lugar poco antes, a las 21:53 GMT, agrega Borraz.
Un detalle curioso es el punto luminoso que aparece a mitad de filmación. En opinión de Luis Eduardo Pacheco es combustible excedente que se desprende en forma de anillo.
Bueno, no desesperen: siempre podrán encontrar a algún testigo que vio cómo el lanzamiento se paró un momento en el aire, cómo cambió de dirección bruscamente y otras de esas maniobras que hacen los cohetes cada vez que se dan cuenta que los están viendo testigos de lo "anómalo".
*******
De paso, les dejo el enlace a un artículo de Alfonso Ferrer sobre este malvado amedrentador de testigos de platillos volantes publicado el pasado domingo en la edición canaria de ABC.
La información inicial indicaba simplemente que la filmación se realizó desde algún punto de Rusia, pero Manuel Borraz pudo localizar más datos sobre el origen del fenómeno. Para quien no lo sepa, Manuel Borraz es un malvado investigador de salón que en la últimas décadas se ha dedicado a poner en evidencia la miseria intelectual de gran parte de la ufología platillesca española (vean aquí uno de los más destacados ejemplos al respecto). En la misma línea, Juan Carlos Vitorio lleva un buen ritmo en su labor de divertida demolición de la ufología gaceteronorteña en Misterios del aire).
A lo que íbamos: parece que la observación fue debida, segun pudo averiguar Borraz, al lanzamiento que puso en órbita el satélite Meridian-2 el pasado día 22 de mayo. Un cohete Soyuz 2-1a se habría encargado de darle el impulso necesario para colocarlo en órbita. El video se filmó desde Sarapul, en la república rusa de Udmurtia. Eran las 03:07 hora local, que en verano corresponden a las 22:07 GMT. El lanzamiento había tenido lugar poco antes, a las 21:53 GMT, agrega Borraz.
Un detalle curioso es el punto luminoso que aparece a mitad de filmación. En opinión de Luis Eduardo Pacheco es combustible excedente que se desprende en forma de anillo.
Bueno, no desesperen: siempre podrán encontrar a algún testigo que vio cómo el lanzamiento se paró un momento en el aire, cómo cambió de dirección bruscamente y otras de esas maniobras que hacen los cohetes cada vez que se dan cuenta que los están viendo testigos de lo "anómalo".
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De paso, les dejo el enlace a un artículo de Alfonso Ferrer sobre este malvado amedrentador de testigos de platillos volantes publicado el pasado domingo en la edición canaria de ABC.
lunes, abril 20, 2009
Critptozoología (pero ¿es necesario el prefijo "cripto"?
Publicado originalmente en Circular Escéptica, 4 (15 de abril de 2009).
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Entrevista a Eduardo Angulo, doctor en Biología y profesor de la Universidad del País Vasco. Su área de investigación es el estudio microscópico de células y tejidos, y su relación con los cambios ambientales. Ha publicado más de cien artículos de investigación en revistas científicas y es autor de los libros «Julio Verne y la cocina: la vuelta al mundo en 80 recetas» y «Monstruos». Es miembro del Círculo Escéptico. Su blog es «La biología estupenda».
Ricardo Campo.- La criptozoología es una de las prácticas pseudocientíficas más hábiles a la hora de camuflarse de ciencia, en este caso ciencia zoológica. ¿Has detectado algún tipo de malestar entre los zoólogos por la divulgación que normalmente hacen los criptozoólogos de sus ideas y especulaciones?
Eduardo Angulo.- No, en realidad la mayoría de los zoólogos ni siquiera conocen la Criptozoología y muchos menos los textos de los criptozoólogos.
R. C.- ¿Se podría decir que la criptozoología es la versión posmoderna de la teratología medieval y renacentista?
E. A.- Tiene una cierta continuidad con la teratología, sobre todo la del siglo XIX, que interesó mucho a los médicos pues ignoraban completamente su causa. Sin embargo, considero, y es mi opinión, que los criptozoólogos pretenden lo contrario. Quieren convertir una leyenda en ciencia, quieren demostrar la realidad, avalada por la ciencia oficial, de algo que, como mucho, es una leyenda popular y más bien materia de antropólogos culturales que de zoólogos.
R. C.- Al comienzo de tu libro «Monstruos» aseguras que Bernard Heuvelmans daba gran valor a los testimonios humanos y que les otorgaba la misma importancia que a las pruebas físicas. ¿Cómo es posible que un científico profesional, un zoólogo, cometiera ese error de perspectiva tan grave? La crítica científica al testimonio humano (en el que se apoyan las leyendas y el folclore), por su escaso o nulo valor probatorio, ya tenía una larga tradición en el momento en que el zoólogo belga se deslizó por la pendiente de la pseudociencia criptozoológica...
E. A.- No sabría contestar a esta pregunta. Nunca he entendido el trayecto que siguió Heuvelmans desde zoólogo hasta criptozoólogo. Quizá recopiló testimonios y no tuvo el valor de negarlos cuando no eran evidencia suficiente por temor a que alguno de esos bichos fabulosos se convirtiera en realidad y tuviera que certificar. Lo poco que he conseguido adivinar de su psicología, y me estoy metiendo en campos que no conozco muy bien, me llevan a pensar en un hombre terco y obstinado, muy seguro de tener razón.
R. C.- Como en otros casos, la criptozoología apela a lo que queda por descubrir, a lo ignorado, en el mundo de las especies (hasta donde sabemos, sólo les interesan los cordados, y sólo los más grandes, y algunos cefalópodos tamaño XXL). Sabemos que existen innumerables especies de artrópodos, por ejemplo, por descubrir, pero ni siquiera a los constantes descubrimientos de esta clase de animales el cripto-aficionado les presta demasiada atención. En algún momento del razonamiento propio e íntimo, el criptozoólogo conecta la enorme variedad de seres vivos por descubrir con la plausible (para él) existencia de seres míticos o quiméricos. ¿Qué falta o qué sobra en la mente de un aficionado habitual que le lleva a no percatarse de ese salto no justificado en el razonamiento?
E. A.- El estudio de las especies de animales, si podemos decirlo así, pequeñas y humildes, necesita de una preparación profunda y de un trabajo minucioso y oscuro de muchos años (Heuvelmans lo sabía muy bien pues había pasado por ello). En cambio, el estudio de los monstruos criptozoólogicos es más sencillo, por la escasez de pruebas que hay, más dado a los fraudes, por la misma razón y por la credibilidad de la mayoría de los criptozoólogos; y, por qué no decirlo, es más divertido y despierta nuestro sentido de la maravilla y nuestro deseo de aventura y exotismo.
R. C.- En pocas palabras: ¿qué tendría que hacer un criptozoólogo para probar alguna de sus extravagantes afirmaciones sobre dinosaurios paseándose por el Congo e innumerables monstruos acuáticos en los grandes lagos del mundo, por ejemplo?
E. A.- Le ofrezco nuestro Laboratorio de Zoología para que nos envíe las pruebas físicas que demuestren su existencia, con un único compromiso, que los resultados obtenidos del estudio de esas pruebas decidamos nosotros dónde y cómo se van a publicar.
R. C.- ¿Por qué los criptozoólogos se han «apropiado» de los calamares gigantes en los últimos años? ¿Tiene sentido tal fijación con un conjunto de especies que se sabe reales pero cuya ecología es poco conocida?
E. A.- Necesitan alguna prueba, aunque sea indirecta e irreal, del contenido científico de su pseudociencia. Con el mismo propósito se han apropiado de otros animales que nada tienen que ver con la criptozoología, como el celacanto y el okapi.
Lago Ness. ¿No lo ven, pero es que no lo ven?
R. C.- ¿Por qué es imposible, ecológicamente, que existan seres como Nessie, el Yeti y otros primos suyos?
E. A.- Ni ecológica ni genéticamente. Desde el punto de vista ecológico, las criaturas criptozoólogicas suelen ser omnívoros o depredadores ubicados en el vértice superior de la pirámide trófica y, por tanto, necesitarían una amplia base de animales y plantas hasta llegar a ellos y eso no ocurre. Por ejemplo, está perfectamente demostrado que el lago Ness no puede alimentar a criaturas del tamaño que se atribuye a Nessie. Desde el punto de vista genético, se necesita, para que sea viable, una población mayor que la que se atribuye a estos monstruos: es curioso, pero nunca se han visto a dos Nessies juntos. Se considera que una población viable desde el punto de vista genético debe tener unos treinta individuos, y para que sea una población con buena salud, unos quinientos individuos. Ningún monstruo llega a tanto; casi siempre son seres solitarios, al estilo del monstruo de Frankenstein.
R. C.- ¿En qué medida el chupacabras se ha convertido en un espécimen criptozoológico más? ¿Tiene algunas connotaciones especiales?
E. A.- No sé mucho del chupacabras, pero nació en los alrededores de la frontera entre México y Estados Unidos, donde ya hay bastantes asesinatos sin necesidad de bichos como éste, pero que, sin embargo, puede servir para encubrirlos aprovechando la credulidad popular.
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Entrevista a Eduardo Angulo, doctor en Biología y profesor de la Universidad del País Vasco. Su área de investigación es el estudio microscópico de células y tejidos, y su relación con los cambios ambientales. Ha publicado más de cien artículos de investigación en revistas científicas y es autor de los libros «Julio Verne y la cocina: la vuelta al mundo en 80 recetas» y «Monstruos». Es miembro del Círculo Escéptico. Su blog es «La biología estupenda».
Ricardo Campo.- La criptozoología es una de las prácticas pseudocientíficas más hábiles a la hora de camuflarse de ciencia, en este caso ciencia zoológica. ¿Has detectado algún tipo de malestar entre los zoólogos por la divulgación que normalmente hacen los criptozoólogos de sus ideas y especulaciones?
Eduardo Angulo.- No, en realidad la mayoría de los zoólogos ni siquiera conocen la Criptozoología y muchos menos los textos de los criptozoólogos.
R. C.- ¿Se podría decir que la criptozoología es la versión posmoderna de la teratología medieval y renacentista?
E. A.- Tiene una cierta continuidad con la teratología, sobre todo la del siglo XIX, que interesó mucho a los médicos pues ignoraban completamente su causa. Sin embargo, considero, y es mi opinión, que los criptozoólogos pretenden lo contrario. Quieren convertir una leyenda en ciencia, quieren demostrar la realidad, avalada por la ciencia oficial, de algo que, como mucho, es una leyenda popular y más bien materia de antropólogos culturales que de zoólogos.
R. C.- Al comienzo de tu libro «Monstruos» aseguras que Bernard Heuvelmans daba gran valor a los testimonios humanos y que les otorgaba la misma importancia que a las pruebas físicas. ¿Cómo es posible que un científico profesional, un zoólogo, cometiera ese error de perspectiva tan grave? La crítica científica al testimonio humano (en el que se apoyan las leyendas y el folclore), por su escaso o nulo valor probatorio, ya tenía una larga tradición en el momento en que el zoólogo belga se deslizó por la pendiente de la pseudociencia criptozoológica...
E. A.- No sabría contestar a esta pregunta. Nunca he entendido el trayecto que siguió Heuvelmans desde zoólogo hasta criptozoólogo. Quizá recopiló testimonios y no tuvo el valor de negarlos cuando no eran evidencia suficiente por temor a que alguno de esos bichos fabulosos se convirtiera en realidad y tuviera que certificar. Lo poco que he conseguido adivinar de su psicología, y me estoy metiendo en campos que no conozco muy bien, me llevan a pensar en un hombre terco y obstinado, muy seguro de tener razón.
R. C.- Como en otros casos, la criptozoología apela a lo que queda por descubrir, a lo ignorado, en el mundo de las especies (hasta donde sabemos, sólo les interesan los cordados, y sólo los más grandes, y algunos cefalópodos tamaño XXL). Sabemos que existen innumerables especies de artrópodos, por ejemplo, por descubrir, pero ni siquiera a los constantes descubrimientos de esta clase de animales el cripto-aficionado les presta demasiada atención. En algún momento del razonamiento propio e íntimo, el criptozoólogo conecta la enorme variedad de seres vivos por descubrir con la plausible (para él) existencia de seres míticos o quiméricos. ¿Qué falta o qué sobra en la mente de un aficionado habitual que le lleva a no percatarse de ese salto no justificado en el razonamiento?
E. A.- El estudio de las especies de animales, si podemos decirlo así, pequeñas y humildes, necesita de una preparación profunda y de un trabajo minucioso y oscuro de muchos años (Heuvelmans lo sabía muy bien pues había pasado por ello). En cambio, el estudio de los monstruos criptozoólogicos es más sencillo, por la escasez de pruebas que hay, más dado a los fraudes, por la misma razón y por la credibilidad de la mayoría de los criptozoólogos; y, por qué no decirlo, es más divertido y despierta nuestro sentido de la maravilla y nuestro deseo de aventura y exotismo.
R. C.- En pocas palabras: ¿qué tendría que hacer un criptozoólogo para probar alguna de sus extravagantes afirmaciones sobre dinosaurios paseándose por el Congo e innumerables monstruos acuáticos en los grandes lagos del mundo, por ejemplo?
E. A.- Le ofrezco nuestro Laboratorio de Zoología para que nos envíe las pruebas físicas que demuestren su existencia, con un único compromiso, que los resultados obtenidos del estudio de esas pruebas decidamos nosotros dónde y cómo se van a publicar.
R. C.- ¿Por qué los criptozoólogos se han «apropiado» de los calamares gigantes en los últimos años? ¿Tiene sentido tal fijación con un conjunto de especies que se sabe reales pero cuya ecología es poco conocida?
E. A.- Necesitan alguna prueba, aunque sea indirecta e irreal, del contenido científico de su pseudociencia. Con el mismo propósito se han apropiado de otros animales que nada tienen que ver con la criptozoología, como el celacanto y el okapi.
Lago Ness. ¿No lo ven, pero es que no lo ven?
R. C.- ¿Por qué es imposible, ecológicamente, que existan seres como Nessie, el Yeti y otros primos suyos?
E. A.- Ni ecológica ni genéticamente. Desde el punto de vista ecológico, las criaturas criptozoólogicas suelen ser omnívoros o depredadores ubicados en el vértice superior de la pirámide trófica y, por tanto, necesitarían una amplia base de animales y plantas hasta llegar a ellos y eso no ocurre. Por ejemplo, está perfectamente demostrado que el lago Ness no puede alimentar a criaturas del tamaño que se atribuye a Nessie. Desde el punto de vista genético, se necesita, para que sea viable, una población mayor que la que se atribuye a estos monstruos: es curioso, pero nunca se han visto a dos Nessies juntos. Se considera que una población viable desde el punto de vista genético debe tener unos treinta individuos, y para que sea una población con buena salud, unos quinientos individuos. Ningún monstruo llega a tanto; casi siempre son seres solitarios, al estilo del monstruo de Frankenstein.
R. C.- ¿En qué medida el chupacabras se ha convertido en un espécimen criptozoológico más? ¿Tiene algunas connotaciones especiales?
E. A.- No sé mucho del chupacabras, pero nació en los alrededores de la frontera entre México y Estados Unidos, donde ya hay bastantes asesinatos sin necesidad de bichos como éste, pero que, sin embargo, puede servir para encubrirlos aprovechando la credulidad popular.
jueves, abril 02, 2009
9ª edición de Ciencia y pseudociencias
El próximo lunes 13 de abril comienza la 9ª edición de Ciencia y pseudociencias (web pendiente de actualización) En este enlace al Círculo Escéptico tienen la programación completa.
miércoles, abril 01, 2009
martes, marzo 31, 2009
Dos premios
Con retraso, agradezco la gentileza de Celia Santos, que ha tenido a bien elegir a este blog -entre otros- como destinatario de los premios Blog de Oro y Dardo. Éstos son sus logotipos. Muchas gracias de nuevo.
viernes, marzo 13, 2009
El "ovni" de Canarias en Crónicas del misterio
El pasado miércoles acudí invitado al programa radiofónico Crónicas del misterio de Gente Radio (Puerto de la Cruz, Tenerife) para hablar del trigésimo aniversario del caso de 5/3/79, de la mano de Alfonso Ferrer. En este enlace tienen el programa completo, en el que desmenuzamos este importante episodio de la historia ufológica española, afortunadamente explicado.
Ferrer también subió hace algunos días una nota a su blog sobre este aniversario.
Ferrer también subió hace algunos días una nota a su blog sobre este aniversario.
lunes, marzo 09, 2009
Globo-ovnis a buen precio
Los amigos de la "magia" de Canarias, de los enigmas, los misterios y otras chucherías alternativas ya no tienen excusa.
Luis Ruiz Noguez ha dedicado numerosas entradas en Marcianitos verdes a estas extrañísimas, misteriosas y acojonatísimas observaciones por todo el mundo. La invasión del papel de arroz (extraterrestre).
No hace mucho, en La Palma, ya se vio uno.
Luis Ruiz Noguez ha dedicado numerosas entradas en Marcianitos verdes a estas extrañísimas, misteriosas y acojonatísimas observaciones por todo el mundo. La invasión del papel de arroz (extraterrestre).
No hace mucho, en La Palma, ya se vio uno.
jueves, marzo 05, 2009
Treinta años del “ovni” de Canarias
Hoy se cumplen treinta años del atardecer del lunes 5 de marzo de 1979 en que se observó un espectacular fenómeno luminoso desde todo el archipiélago canario y varios aviones que sobrevolaban el espacio aéreo (también desde la Península). Como ya me he ocupado en diversas ocasiones de este suceso, remito a los interesados a estos enlaces:
¡Identificados! Los OVNIs de Canarias fueron misiles Poseidón
¿OVNIs o misiles?: juzgue Vd. mismo
5 de marzo de 1979: cuento de la vieja majadera
Añado como referencia el muy buen resumen aparecido ayer en Magonia
Valga también como valioso recordatorio del suceso (aunque no trata exclusivamente del 5/3/79) la publicación en la web de la Fundación Anomalía del estudio de Manuel Borraz
Los gigantes de Gáldar y los avistamientos canarios,
originalmente publicado como monografía número 1 de Cuadernos de Ufología en 1992, un trabajo fundamental que contribuyó a reforzar la hipótesis del lanzamiento balístico para este caso y otros semejantes, luego confirmada gracias a los hallazgos de final de siglo de los que dimos cuenta en este artículo. Incluye un prólogo del que soy autor para situar el trabajo en la perspectiva adecuada. Hoy sólo la cerrazón, la incapacidad para asimilar una explicación racional absolutamente obvia y el deseo interesado de mantener en la confusión a unos pocos ignorantes que desconocen estos trabajos permite a los cultivadores del “misterio” y de la “magia” huir hacia delante sin el más mínimo pudor para seguir hablando de “fenómeno extraño” y cualquier otro capricho similar.
En los próximos meses tendré el placer de informarles de una novedad relacionada con el suceso que da título a esta entrada. Ahora les transmito una jugosa información que también tiene que ver con estas pruebas balísticas en el Atlántico Norte en los años 70 del pasado siglo (agradezco a VJ Ballester Olmos su localización).
*********************************
La anécdota tuvo como protagonista al navegante Thor Heyerdahl, aventurero y defensor de la desacreditada teoría arqueológica difusionista. En Canarias se quedó prendado de los majanos del barrio de Chacona, en Güímar (Tenerife), convertidos en “pirámides” por obra y gracia del citado y de la abundante propaganda pseudocientífica sufrida en Tenerife a principios de los años 90 (véase nota 1, al final).
Según informa el UFO Investigator en su número de junio de 1970, una publicación del desaparecido grupo ufológico pionero National Investigations Comittee on Aerial Phenomena (NICAP), Heyerdahl se encontraba realizando una de sus famosas travesías, la Ra II, cuando, el 11 de junio de 1970, observó un objeto no identificado desplazándose en el cielo. Pudo observarlo durante varios minutos hasta que desapareció “con un destello anaranjado y brillante”. La observación ocurrió en medio del Atlántico (véase nota 2, al final).
En el número del mes siguiente (julio 1970) se informa de que esa observación de Heyerdahl fue en realidad la segunda de tres. En la primera, el día anterior al amanecer, el navegante noruego se encontraba en cubierta solo cuando vio, durante unos segundos, una luz anaranjada y brillante sobre el agua. La noche siguiente, otros dos miembros de la tripulación vieron, casi a la vez, una “llama anaranjada” moviéndose lentamente a través del cielo. Estaba “inclinada hacia la derecha” y continuó moviéndose en línea recta durante varios minutos, hasta que pareció cambiar de dirección y descender. Tan pronto como desapareció tras el horizonte se observó un brillante destello.
La tercera observación tuvo lugar unas tres semanas más tarde, el 30 de junio. La Ra II se hallaba a unas 700 millas al este de su destino, Barbados. A las 01:30 horas un tripulante apellidado Baker terminaba su guardia y llamó a Heyerdahl para que empezara la suya. Mientras esperaba al marino noruego echó un último vistazo al cielo y, para su sorpresa, vio una brillante luz plateada sobre el horizonte de estribor. La luz parecía una cúpula, una luna saliendo. Cuando Heyerdahl llegó, acompañado del antropólogo mexicano Santiago Genovés, vieron cómo la luz iba creciendo, como si estuvieran inflando un globo (esta descripción recuerda en particular al caso canario de 19/11/76, que fuera observado, entre otros muchos testigos, por los tripulantes del buque escuela de la Marina española Juan Sebastián Elcano cuando navegaba desde Lanzarote a Gran Canaria; véase "19 de noviembre de 1979: Poseidón se paseó por Canarias", R. Campo. En: Cuadernos de Ufología, 32, 2007, Fundación Anomalía).
Baker relató al NICAP que la luz era mucho más brillante que la luna y que mantuvo su forma semicircular. Era visible un sector iluminado en el mar como cuando la lune proyecta un haz de luz. En un momento dado, dos pequeñas nubes se interpusieron. Continuó creciendo como una gigantesca nube en forma de seta, hasta que comenzó a desvanecerse. Después de unos ocho minutos desapareció en la oscuridad nocturna. Otro barco, el holandés Themis, también divisó el fenómeno mientras se dirigía a Jamaica. Sus tripulantes lo describieron en términos similares.
UFO Investigator señala que ninguno de los testigos, a pesar de su familiaridad con el océano, pudo identificar lo que habían visto u ofrecer una hipótesis probable. La revista prometía seguir indagando y analizar la información que fuese reuniendo. El resultado apareció en el número de septiembre de ese mismo año:
La observación del explorador Thor Heyerdahl y dos de los tripulantes de su barco el pasado junio (UFO Investigator, julio 1970) fue debida al lanzamiento no anunciado de un cohete desde Cabo Kennedy. El lanzamiento fue realizado la tarde del 29 de junio (30 de junio para Heyerdahl, que estaba en una zona horaria distinta) para probar un misil Poseidon de la Armada [¿les suena?]. Al ascender el misil y alcanzar la luz solar en su trayectoria suborbital iba expulsando los residuos de la combustión en círculos que se ensanchaban, creando una “nube” asombrosamente geométrica que dominó el cielo.
______________________
Recorte de UFO Inestigator en el que se explica la observación de Heyerdahl de 30 de junio de 1970. En la fotografía, de la US Navy, puede observarse el tipico comportamiento de las estelas dejadas por el misil
______________________
El lanzamiento se produjo a las 9:31 horas Eastern Daylight Time (EDT, hora oficial norteamericana de verano), a las 01:31 GMT, casi exactamente a la misma hora en que el vigía del barco de Heyerdahl observó la extraña luz en el horizonte noroccidental, que se encontraba, como dijimos, a unas 700 millas de la costa, justo al este de las Indias Occidentales. Esto lo situaba al borde del Eastern Test Range, que se extiende desde Cabo Cañaveral hasta el Atlántico Norte, según esta información. No era la primera vez, señala la revista, que el lanzamiento de un Poseidon generaba informes de este tipo (pone como ejemplos las observaciones de agosto de 1969, desde diversos lugares del Caribe y los Estados Unidos y la del 16de agosto de 1968, desde Carolina del Sur, relacionada con el primer lanzamiento experimental de este tipo de misil; véase la ilustración) (véase nota 3, al final).
Como bien sabemos en Canarias, tampoco iba a ser la última: al menos en cinco ocasiones se pudo observar desde estas islas atlánticas el efecto que esos misiles norteamericanos producen en la alta atmósfera al ser lanzados desde submarinos al oeste de las islas, a una distancia mínima de unos 760 kilómetros.
---------------------------
1. Léase el artículo de Miguel Ángel Molinero Polo “Morras, molleros, majanos, paredones… El debate sobre las pirámides canarias quince años después” en i-dentidad. Los antiguos. Artemisa Ediciones, La Laguna, 2005. Y, de paso: Maria Cruz Jiménez Gómez/Juan Francisco Navarro Mederos: “El complejo de las morras de Chacona (Güímar, Tenerife): resultados del proyecto de investigación”, XII Coloquio de Historia Canario-Americana (1996), Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria 1998, Volume 1.
2. Thor Heyerdahl, mientras buscaba indicios de la presencia egipcia por todo aquel lugar que le apetecía, conoció a Francisco Padrón con motivo del sarao arqueoparanormal de los majanos de Güímar (véase, por ejemplo, el artículo que Padrón dedicó a ensalzar a Heyerdahl en su sección “Otros mundos, otros misterios” de Diario de Avisos, 28 de enero de 1990 y 28 de abril de 2002. Es de suponer que le contara al ¿ufólogo?-¿parapsicólogo? canario su observación de 1970. Y es de suponer, también, que ninguno de los dos supiera realmente la naturaleza de lo que el noruego observó; y si lo sabían, se lo callaron, no fuera que alguien lo relacionara con el tabú del “ovni” de Canarias.
3. En otra ocasión comentaré el artículo que James Oberg dedica al caso Minsk (7/9/84) en el número de enero/febrero 2009 de Skeptical Inquirer. Pueden leerlo completo en este enlace. Otro caso más debido a lanzamiento de un misil, en este caso desde el mar de Barents, muy probablemente.
¡Identificados! Los OVNIs de Canarias fueron misiles Poseidón
¿OVNIs o misiles?: juzgue Vd. mismo
5 de marzo de 1979: cuento de la vieja majadera
Añado como referencia el muy buen resumen aparecido ayer en Magonia
Valga también como valioso recordatorio del suceso (aunque no trata exclusivamente del 5/3/79) la publicación en la web de la Fundación Anomalía del estudio de Manuel Borraz
Los gigantes de Gáldar y los avistamientos canarios,
originalmente publicado como monografía número 1 de Cuadernos de Ufología en 1992, un trabajo fundamental que contribuyó a reforzar la hipótesis del lanzamiento balístico para este caso y otros semejantes, luego confirmada gracias a los hallazgos de final de siglo de los que dimos cuenta en este artículo. Incluye un prólogo del que soy autor para situar el trabajo en la perspectiva adecuada. Hoy sólo la cerrazón, la incapacidad para asimilar una explicación racional absolutamente obvia y el deseo interesado de mantener en la confusión a unos pocos ignorantes que desconocen estos trabajos permite a los cultivadores del “misterio” y de la “magia” huir hacia delante sin el más mínimo pudor para seguir hablando de “fenómeno extraño” y cualquier otro capricho similar.
En los próximos meses tendré el placer de informarles de una novedad relacionada con el suceso que da título a esta entrada. Ahora les transmito una jugosa información que también tiene que ver con estas pruebas balísticas en el Atlántico Norte en los años 70 del pasado siglo (agradezco a VJ Ballester Olmos su localización).
*********************************
La anécdota tuvo como protagonista al navegante Thor Heyerdahl, aventurero y defensor de la desacreditada teoría arqueológica difusionista. En Canarias se quedó prendado de los majanos del barrio de Chacona, en Güímar (Tenerife), convertidos en “pirámides” por obra y gracia del citado y de la abundante propaganda pseudocientífica sufrida en Tenerife a principios de los años 90 (véase nota 1, al final).
Según informa el UFO Investigator en su número de junio de 1970, una publicación del desaparecido grupo ufológico pionero National Investigations Comittee on Aerial Phenomena (NICAP), Heyerdahl se encontraba realizando una de sus famosas travesías, la Ra II, cuando, el 11 de junio de 1970, observó un objeto no identificado desplazándose en el cielo. Pudo observarlo durante varios minutos hasta que desapareció “con un destello anaranjado y brillante”. La observación ocurrió en medio del Atlántico (véase nota 2, al final).
En el número del mes siguiente (julio 1970) se informa de que esa observación de Heyerdahl fue en realidad la segunda de tres. En la primera, el día anterior al amanecer, el navegante noruego se encontraba en cubierta solo cuando vio, durante unos segundos, una luz anaranjada y brillante sobre el agua. La noche siguiente, otros dos miembros de la tripulación vieron, casi a la vez, una “llama anaranjada” moviéndose lentamente a través del cielo. Estaba “inclinada hacia la derecha” y continuó moviéndose en línea recta durante varios minutos, hasta que pareció cambiar de dirección y descender. Tan pronto como desapareció tras el horizonte se observó un brillante destello.
La tercera observación tuvo lugar unas tres semanas más tarde, el 30 de junio. La Ra II se hallaba a unas 700 millas al este de su destino, Barbados. A las 01:30 horas un tripulante apellidado Baker terminaba su guardia y llamó a Heyerdahl para que empezara la suya. Mientras esperaba al marino noruego echó un último vistazo al cielo y, para su sorpresa, vio una brillante luz plateada sobre el horizonte de estribor. La luz parecía una cúpula, una luna saliendo. Cuando Heyerdahl llegó, acompañado del antropólogo mexicano Santiago Genovés, vieron cómo la luz iba creciendo, como si estuvieran inflando un globo (esta descripción recuerda en particular al caso canario de 19/11/76, que fuera observado, entre otros muchos testigos, por los tripulantes del buque escuela de la Marina española Juan Sebastián Elcano cuando navegaba desde Lanzarote a Gran Canaria; véase "19 de noviembre de 1979: Poseidón se paseó por Canarias", R. Campo. En: Cuadernos de Ufología, 32, 2007, Fundación Anomalía).
Baker relató al NICAP que la luz era mucho más brillante que la luna y que mantuvo su forma semicircular. Era visible un sector iluminado en el mar como cuando la lune proyecta un haz de luz. En un momento dado, dos pequeñas nubes se interpusieron. Continuó creciendo como una gigantesca nube en forma de seta, hasta que comenzó a desvanecerse. Después de unos ocho minutos desapareció en la oscuridad nocturna. Otro barco, el holandés Themis, también divisó el fenómeno mientras se dirigía a Jamaica. Sus tripulantes lo describieron en términos similares.
UFO Investigator señala que ninguno de los testigos, a pesar de su familiaridad con el océano, pudo identificar lo que habían visto u ofrecer una hipótesis probable. La revista prometía seguir indagando y analizar la información que fuese reuniendo. El resultado apareció en el número de septiembre de ese mismo año:
La observación del explorador Thor Heyerdahl y dos de los tripulantes de su barco el pasado junio (UFO Investigator, julio 1970) fue debida al lanzamiento no anunciado de un cohete desde Cabo Kennedy. El lanzamiento fue realizado la tarde del 29 de junio (30 de junio para Heyerdahl, que estaba en una zona horaria distinta) para probar un misil Poseidon de la Armada [¿les suena?]. Al ascender el misil y alcanzar la luz solar en su trayectoria suborbital iba expulsando los residuos de la combustión en círculos que se ensanchaban, creando una “nube” asombrosamente geométrica que dominó el cielo.
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Recorte de UFO Inestigator en el que se explica la observación de Heyerdahl de 30 de junio de 1970. En la fotografía, de la US Navy, puede observarse el tipico comportamiento de las estelas dejadas por el misil
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El lanzamiento se produjo a las 9:31 horas Eastern Daylight Time (EDT, hora oficial norteamericana de verano), a las 01:31 GMT, casi exactamente a la misma hora en que el vigía del barco de Heyerdahl observó la extraña luz en el horizonte noroccidental, que se encontraba, como dijimos, a unas 700 millas de la costa, justo al este de las Indias Occidentales. Esto lo situaba al borde del Eastern Test Range, que se extiende desde Cabo Cañaveral hasta el Atlántico Norte, según esta información. No era la primera vez, señala la revista, que el lanzamiento de un Poseidon generaba informes de este tipo (pone como ejemplos las observaciones de agosto de 1969, desde diversos lugares del Caribe y los Estados Unidos y la del 16de agosto de 1968, desde Carolina del Sur, relacionada con el primer lanzamiento experimental de este tipo de misil; véase la ilustración) (véase nota 3, al final).
Como bien sabemos en Canarias, tampoco iba a ser la última: al menos en cinco ocasiones se pudo observar desde estas islas atlánticas el efecto que esos misiles norteamericanos producen en la alta atmósfera al ser lanzados desde submarinos al oeste de las islas, a una distancia mínima de unos 760 kilómetros.
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1. Léase el artículo de Miguel Ángel Molinero Polo “Morras, molleros, majanos, paredones… El debate sobre las pirámides canarias quince años después” en i-dentidad. Los antiguos. Artemisa Ediciones, La Laguna, 2005. Y, de paso: Maria Cruz Jiménez Gómez/Juan Francisco Navarro Mederos: “El complejo de las morras de Chacona (Güímar, Tenerife): resultados del proyecto de investigación”, XII Coloquio de Historia Canario-Americana (1996), Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria 1998, Volume 1.
2. Thor Heyerdahl, mientras buscaba indicios de la presencia egipcia por todo aquel lugar que le apetecía, conoció a Francisco Padrón con motivo del sarao arqueoparanormal de los majanos de Güímar (véase, por ejemplo, el artículo que Padrón dedicó a ensalzar a Heyerdahl en su sección “Otros mundos, otros misterios” de Diario de Avisos, 28 de enero de 1990 y 28 de abril de 2002. Es de suponer que le contara al ¿ufólogo?-¿parapsicólogo? canario su observación de 1970. Y es de suponer, también, que ninguno de los dos supiera realmente la naturaleza de lo que el noruego observó; y si lo sabían, se lo callaron, no fuera que alguien lo relacionara con el tabú del “ovni” de Canarias.
3. En otra ocasión comentaré el artículo que James Oberg dedica al caso Minsk (7/9/84) en el número de enero/febrero 2009 de Skeptical Inquirer. Pueden leerlo completo en este enlace. Otro caso más debido a lanzamiento de un misil, en este caso desde el mar de Barents, muy probablemente.
sábado, febrero 28, 2009
El universo onírico de la criptozoología
Ése es el título de un muy buen artículo sobre la citada pseudociencia en el nuevo número de el escéptico (nº 28, septiembre-diciembre 2008). Su autor, el profesor de historia Fernando Jorge Soto Roland (que también es autor de este interesante artículo sobre los fantasmas victorianos), inicia su artículo con esta clarificadora interpretación general:
El monstruo es la más clara personificación de lo caótico, de las fuerzas descontroladas de la naturaleza; seres que cuestionan o impiden el avance del universo ordenado, que el hombre encarna con su razón y su tecnología. Constituyen una extraña galería que es lógico ubicar fuera de los mapas, puesto que los escenarios caóticos requieren de seres que representen lo mismo. Como decía un viejo adagio: "Cuanto más lejos, más raro".
Y ya que de criptozoología trata esta entrada, aprovecho para recomendar una vez más el libro Monstruos, de Eduardo Angulo (una reseña y otra).
También disponemos en castellano de El yeti y otros bichos ¡vaya timo!, de Carlos Chordá.
El monstruo es la más clara personificación de lo caótico, de las fuerzas descontroladas de la naturaleza; seres que cuestionan o impiden el avance del universo ordenado, que el hombre encarna con su razón y su tecnología. Constituyen una extraña galería que es lógico ubicar fuera de los mapas, puesto que los escenarios caóticos requieren de seres que representen lo mismo. Como decía un viejo adagio: "Cuanto más lejos, más raro".
Y ya que de criptozoología trata esta entrada, aprovecho para recomendar una vez más el libro Monstruos, de Eduardo Angulo (una reseña y otra).
También disponemos en castellano de El yeti y otros bichos ¡vaya timo!, de Carlos Chordá.
miércoles, febrero 25, 2009
Convencidos, pero equivocados
Otro clásico del pensamiento crítico contemporáneo, Convencidos, pero equivocados
Guía para reconocer espejismos en la vida cotidiana, ha sido traducido al castellano. Recomiéndenlo a sus amistades, en particular a las que crean que los pajaritos amamantan a sus crías.
De paso, agradezco a Pedro Jorge Romero la mención a Vida en el universo. Del mito a la ciencia.
Guía para reconocer espejismos en la vida cotidiana, ha sido traducido al castellano. Recomiéndenlo a sus amistades, en particular a las que crean que los pajaritos amamantan a sus crías.
De paso, agradezco a Pedro Jorge Romero la mención a Vida en el universo. Del mito a la ciencia.
sábado, febrero 21, 2009
Entrevista a Ignacio García-Valiño, autor de El corazón de la materia
Publicado en el número 3 de Circular Escéptica.
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«EL CORAZÓN DE LA MATERIA»
Ignacio García-Valiño
Plaza y Janés, Barcelona, 2008.
- En tu novela haces especial hincapié en la peligrosidad del llamado Nuevo Paradigma. Aunque en la obra aportas algunas pistas, ¿podrías definirlo en pocas palabras y explicar dónde reside su inconveniencia?
El Nuevo Paradigma es una nueva religión de formato científico filosófico. Cala en aquellos creyentes desencantados con la ortodoxia, que ha evolucionado poco desde el medioevo. Podría denominarse «misticismo cuántico», porque arranca de algunas paradojas de la física de partículas para demostrar -haciendo gala de un formidable salto cuántico en su razonamiento- la existencia de una presencia sobrenatural que rige el universo y toda la materia interconectada.
- ¿Por qué elegiste el escepticismo, la crítica a la creencia en fenómenos paranormales, como tema de fondo de la novela?
No era ésta mi intención inicial. Quería escribir una novela sobre un físico que se enfrenta a un suceso aparentemente inexplicable, paranormal. Siempre me han interesado los milagros o sucesos inexplicables que me cuentan personas muy allegadas, de total confianza. Estos temas siempre han despertado mi curiosidad. Yo había marcado un rumbo a la novela, pero en el ecuador, la novela me marcó un rumbo distinto (es un decir, claro) y me aventuré por el mundo del escepticismo, y lo encontré intrigante y divertido, pues, siendo escéptico, nunca había imaginado que el mundo del escepticismo tuviera tanto encanto.
- Uno de los leitmotiv de los escépticos y de los críticos culturales interesados en lo paranormal es que con más divulgación e información estas creencias tienden a desaparecer o incluso a no surgir en mentes bien orientadas desde un principio. ¿Crees que es tan sencillo, que es una cuestión de cantidad de información?
La información no es sinónimo de conocimiento. La información sin reflexión es un contenido superficial. La cantidad no la convierte en algo importante ni más persuasivo. Estamos saturados de información, pero seguimos viviendo en la ignorancia, en una especie de ciberburricie, en la que carecemos de estrategias intelectuales para procesar esa información, separar el grano de la paja y darle un sentido en un sistema cognitivo integrado. Necesitamos educar el sentido crítico, el análisis, la racionalidad, y eso es lo más difícil de enseñar. Y lo que es seguro es que no se puede divulgar, porque es la propia persona quien lo construye desde dentro. En definitiva, es ingenuo pretender que por informar de los argumentos escépticos vayamos a disuadir a nadie. En todo caso, podemos dar alguna pista a seguir, pero nada más.
- ¿Puede leer con provecho o con interés tu novela un creyente convencido en la realidad de los fenómenos citados?
Yo creo que sí; a los creyentes en lo paranormal les divierten mucho las intrigas del escepticismo, como a muchos escépticos les divierten mucho las intrigas de Javier Sierra u otros escritores de novela de misterio o novela esotérica. La mayoría de la gente no lee por instrucción, sino por diversión. Yo creo que hay que leer para vivir.
- En otra entrevista que te realizaron para Internet citas elogiosamente a Teilhard de Chardin, de quien toma título tu novela. ¿Qué aprecias especialmente de su obra?
Creo que fue un gran pensador. Yo encuentro placer intelectual en leer a personas inteligentes e intuitivas, aunque no comulgue con sus tesis, si me abren la mente. Podemos disfrutar del pensamiento de María Zambrano aunque no creamos en ninguna mística, porque su discurso es profundo y tiene sentido. No por ser ateos vamos a disfrutar menos de la pinacoteca del Prado. El error consiste en leer sólo a aquellos autores que sabemos de antemano que vamos a estar de acuerdo con ellos.
- A menudo, la proliferación de creencias extrañas, maravillosas o paranormales se achaca a la causa chestertoniana de que «cuando no se cree en Dios se cree en cualquier cosa». Éste es otro planteamiento simplista que no entra en las causas y motivos auténticos para comprender esa explosión de discursos «alternativos». En mi opinión, el fenómeno tiene algunas de sus claves en la confrontación entre ortodoxia y heterodoxia, normalizado y desviado, religión institucionalizada y religión personalizada o espiritualidad, y por tanto, es un conflicto insoluble, que siempre se ha dado y se seguirá dando. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Comparto esa visión. La fuerza motriz es el miedo a la muerte, al vacío de la vida, la necesidad de un «telos» que cubra de significado toda la existencia y nos de un horizonte consolador. A partir de ahí, cada uno escoge sus creencias a la carta. La Iglesia ha querido detentar el monopolio de esta necesidad, pero la clientela está ansiosa de encontrar nuevos mercados, y éstos han brotado como setas después de la lluvia.
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Otros comentarios y entrevistas relacionadas con la novela:
Presentación de la novela, por Juan Luis Arsuaga
La cultura debe luchar contra la superstición
Los escritores deben defender la cultura frente a la superstición
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«EL CORAZÓN DE LA MATERIA»
Ignacio García-Valiño
Plaza y Janés, Barcelona, 2008.
- En tu novela haces especial hincapié en la peligrosidad del llamado Nuevo Paradigma. Aunque en la obra aportas algunas pistas, ¿podrías definirlo en pocas palabras y explicar dónde reside su inconveniencia?
El Nuevo Paradigma es una nueva religión de formato científico filosófico. Cala en aquellos creyentes desencantados con la ortodoxia, que ha evolucionado poco desde el medioevo. Podría denominarse «misticismo cuántico», porque arranca de algunas paradojas de la física de partículas para demostrar -haciendo gala de un formidable salto cuántico en su razonamiento- la existencia de una presencia sobrenatural que rige el universo y toda la materia interconectada.
- ¿Por qué elegiste el escepticismo, la crítica a la creencia en fenómenos paranormales, como tema de fondo de la novela?
No era ésta mi intención inicial. Quería escribir una novela sobre un físico que se enfrenta a un suceso aparentemente inexplicable, paranormal. Siempre me han interesado los milagros o sucesos inexplicables que me cuentan personas muy allegadas, de total confianza. Estos temas siempre han despertado mi curiosidad. Yo había marcado un rumbo a la novela, pero en el ecuador, la novela me marcó un rumbo distinto (es un decir, claro) y me aventuré por el mundo del escepticismo, y lo encontré intrigante y divertido, pues, siendo escéptico, nunca había imaginado que el mundo del escepticismo tuviera tanto encanto.
- Uno de los leitmotiv de los escépticos y de los críticos culturales interesados en lo paranormal es que con más divulgación e información estas creencias tienden a desaparecer o incluso a no surgir en mentes bien orientadas desde un principio. ¿Crees que es tan sencillo, que es una cuestión de cantidad de información?
La información no es sinónimo de conocimiento. La información sin reflexión es un contenido superficial. La cantidad no la convierte en algo importante ni más persuasivo. Estamos saturados de información, pero seguimos viviendo en la ignorancia, en una especie de ciberburricie, en la que carecemos de estrategias intelectuales para procesar esa información, separar el grano de la paja y darle un sentido en un sistema cognitivo integrado. Necesitamos educar el sentido crítico, el análisis, la racionalidad, y eso es lo más difícil de enseñar. Y lo que es seguro es que no se puede divulgar, porque es la propia persona quien lo construye desde dentro. En definitiva, es ingenuo pretender que por informar de los argumentos escépticos vayamos a disuadir a nadie. En todo caso, podemos dar alguna pista a seguir, pero nada más.
- ¿Puede leer con provecho o con interés tu novela un creyente convencido en la realidad de los fenómenos citados?
Yo creo que sí; a los creyentes en lo paranormal les divierten mucho las intrigas del escepticismo, como a muchos escépticos les divierten mucho las intrigas de Javier Sierra u otros escritores de novela de misterio o novela esotérica. La mayoría de la gente no lee por instrucción, sino por diversión. Yo creo que hay que leer para vivir.
- En otra entrevista que te realizaron para Internet citas elogiosamente a Teilhard de Chardin, de quien toma título tu novela. ¿Qué aprecias especialmente de su obra?
Creo que fue un gran pensador. Yo encuentro placer intelectual en leer a personas inteligentes e intuitivas, aunque no comulgue con sus tesis, si me abren la mente. Podemos disfrutar del pensamiento de María Zambrano aunque no creamos en ninguna mística, porque su discurso es profundo y tiene sentido. No por ser ateos vamos a disfrutar menos de la pinacoteca del Prado. El error consiste en leer sólo a aquellos autores que sabemos de antemano que vamos a estar de acuerdo con ellos.
- A menudo, la proliferación de creencias extrañas, maravillosas o paranormales se achaca a la causa chestertoniana de que «cuando no se cree en Dios se cree en cualquier cosa». Éste es otro planteamiento simplista que no entra en las causas y motivos auténticos para comprender esa explosión de discursos «alternativos». En mi opinión, el fenómeno tiene algunas de sus claves en la confrontación entre ortodoxia y heterodoxia, normalizado y desviado, religión institucionalizada y religión personalizada o espiritualidad, y por tanto, es un conflicto insoluble, que siempre se ha dado y se seguirá dando. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Comparto esa visión. La fuerza motriz es el miedo a la muerte, al vacío de la vida, la necesidad de un «telos» que cubra de significado toda la existencia y nos de un horizonte consolador. A partir de ahí, cada uno escoge sus creencias a la carta. La Iglesia ha querido detentar el monopolio de esta necesidad, pero la clientela está ansiosa de encontrar nuevos mercados, y éstos han brotado como setas después de la lluvia.
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Otros comentarios y entrevistas relacionadas con la novela:
Presentación de la novela, por Juan Luis Arsuaga
La cultura debe luchar contra la superstición
Los escritores deben defender la cultura frente a la superstición
viernes, febrero 13, 2009
¿Vi lo que pienso que vi?
[Resumen del artículo original -en inglés- y contacto con los autores en este enlace].
Los testimonios oculares son una parte crucial en muchos juicios criminales, aun cuando la investigación sugiere con creciente frecuencia que no pueden ser tan exactos como a nosotros (y a los abogados) nos gustaría que fueran. Por ejemplo, si usted ve a un hombre con un suéter azul robando algo y oye por casualidad a varias personas hablando sobre un suéter gris, ¿en qué medida es probable que usted recuerde el auténtico color del suéter del ladrón? Los estudios han mostrado que cuando la gente da información falsa sobre un suceso es fácil mezclar los hechos reales con los falsos. No obstante, existe evidencia de que cuando la gente es forzada a recordar lo que vio (poco después del suceso) es más probable que recuerde detalles de lo que ocurrió.
Los psicólogos Jason Chan, de la Iowa State University, Allana Thomas de la Tufts University, y John Bulevich del Rhode Island Collage querían comprobar en qué medida afecta la información falsa en un test de memoria realizado a voluntarios que habían contemplado un suceso. Un grupo de voluntarios observó el primer episodio de “24” y entonces se les pidió someterse a un test de memoria sobre el capítulo o que jugaran un juego. El siguiente paso fue proporcionar a todos los sujetos información falsa sobre el episodio visto y someterse a un test final de memoria sobre el mismo.
Los resultados, publicados en la edición de enero (2009) de Psychological Science, una revista de la Association for Psychological Science, fueron sorprendentes. Los investigadores hallaron que en los voluntarios que realizaron el test de memoria inmediatamente después de ver el episodio era casi dos veces más probable que recordasen la falsa información que los voluntarios que habían jugado a un juego a continuación del episodio.
Los resultados de un experimento subsiguiente sugieren que el primer recuerdo podría haber mejorado la habilidad de los sujetos para aprender la información falsa, esto es, el primer test mejoró el aprendizaje de la información nueva y errónea. Estos hallazgos muestran que la información recordada recientemente tiende a la distorsión. Los autores concluyen que “este estudio muestra que incluso los psicólogos pueden haber subestimado la maleabilidad de los testimonios oculares”.
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Sin salirnos del tema, les dejo un par de enlaces a Misterios del aire, en los que Juan Carlos Vitorio contribuye al adecentamiento de la historia ufológica española:
El "encuentro cercano" de Pontejos (Cantabria), 6/1/69
Primera parte
Segunda parte
Comparen con la mierda mayoritaria difundida por el platillismo patrio en otros sucesos semejantes, los enemigos del sentido común, del razonamiento crítico y de la aclaración de los supuestos misterios. A quien le apetezca, puede seguir cargando con esa lepra.
Los testimonios oculares son una parte crucial en muchos juicios criminales, aun cuando la investigación sugiere con creciente frecuencia que no pueden ser tan exactos como a nosotros (y a los abogados) nos gustaría que fueran. Por ejemplo, si usted ve a un hombre con un suéter azul robando algo y oye por casualidad a varias personas hablando sobre un suéter gris, ¿en qué medida es probable que usted recuerde el auténtico color del suéter del ladrón? Los estudios han mostrado que cuando la gente da información falsa sobre un suceso es fácil mezclar los hechos reales con los falsos. No obstante, existe evidencia de que cuando la gente es forzada a recordar lo que vio (poco después del suceso) es más probable que recuerde detalles de lo que ocurrió.
Los psicólogos Jason Chan, de la Iowa State University, Allana Thomas de la Tufts University, y John Bulevich del Rhode Island Collage querían comprobar en qué medida afecta la información falsa en un test de memoria realizado a voluntarios que habían contemplado un suceso. Un grupo de voluntarios observó el primer episodio de “24” y entonces se les pidió someterse a un test de memoria sobre el capítulo o que jugaran un juego. El siguiente paso fue proporcionar a todos los sujetos información falsa sobre el episodio visto y someterse a un test final de memoria sobre el mismo.
Los resultados, publicados en la edición de enero (2009) de Psychological Science, una revista de la Association for Psychological Science, fueron sorprendentes. Los investigadores hallaron que en los voluntarios que realizaron el test de memoria inmediatamente después de ver el episodio era casi dos veces más probable que recordasen la falsa información que los voluntarios que habían jugado a un juego a continuación del episodio.
Los resultados de un experimento subsiguiente sugieren que el primer recuerdo podría haber mejorado la habilidad de los sujetos para aprender la información falsa, esto es, el primer test mejoró el aprendizaje de la información nueva y errónea. Estos hallazgos muestran que la información recordada recientemente tiende a la distorsión. Los autores concluyen que “este estudio muestra que incluso los psicólogos pueden haber subestimado la maleabilidad de los testimonios oculares”.
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Sin salirnos del tema, les dejo un par de enlaces a Misterios del aire, en los que Juan Carlos Vitorio contribuye al adecentamiento de la historia ufológica española:
El "encuentro cercano" de Pontejos (Cantabria), 6/1/69
Primera parte
Segunda parte
Comparen con la mierda mayoritaria difundida por el platillismo patrio en otros sucesos semejantes, los enemigos del sentido común, del razonamiento crítico y de la aclaración de los supuestos misterios. A quien le apetezca, puede seguir cargando con esa lepra.
jueves, febrero 12, 2009
Contraportada de una edición de El origen de las especies
En una edición en castellano de El origen de las especies (EDAF, Madrid, 1980)se lee:
Este libro tiene por misión poner al descubierto el origen de las especies, que es tanto como decir el origen de la vida sobre nuestro planeta.
Las teorías y pruebas que expuso Darwin en El origen de las especies han sido un aporte definitivo para la comprensión de la naturaleza, y constituyeron en su época un escándalo para quienes se negaban a aceptar la realidad. Sepa el lector que el libro que tiene en sus manos le descubrirá cómo actúan los procesos reales de la evolución. La obra de Darwin fue escrita para destruir los muchos tabúes que pretendían explicar nebulosamente aquello que ya estaba escrito de manera indeleble en los extractos de la naturaleza.
Este libro tiene por misión poner al descubierto el origen de las especies, que es tanto como decir el origen de la vida sobre nuestro planeta.
Las teorías y pruebas que expuso Darwin en El origen de las especies han sido un aporte definitivo para la comprensión de la naturaleza, y constituyeron en su época un escándalo para quienes se negaban a aceptar la realidad. Sepa el lector que el libro que tiene en sus manos le descubrirá cómo actúan los procesos reales de la evolución. La obra de Darwin fue escrita para destruir los muchos tabúes que pretendían explicar nebulosamente aquello que ya estaba escrito de manera indeleble en los extractos de la naturaleza.
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